Hospital de Lliria: la caótica gestión hace estallar a los empleados
Dimite la técnica de gestión administrativa por las presiones de la dirección y es la tercera en el mismo cargo que lo hace desde 2015
Suma y sigue. El inicio del nuevo curso no ha calmado las aguas en el Hospital de Llíria y el personal del centro médico ha vuelto a estallar contra la dirección del mismo.
En esta ocación ha sido la técnica de gestión administrativa la que ha dimitido «por las presiones y la tiranía que ejercen desde la dirección económica», como informan fuentes del hospital. No es la primera vez que ocurre: en los últimos cinco años se han producido tres dimisiones en ese cargo.
Las mismas fuentes señalan concretamente a Santa Pedro García, directora económica, y a Eduardo Piqueras, subdirector económico de infraestructuras, como los principales culpables de la situación. Y es que en los últimos meses la relación gestores-empleados se ha ido deteriorando hasta el punto de volverse prácticamente insostenible.
La última dimisión es únicamente el ápice de un cúmulo de conflictos internos. La situación explotó a finales de mayo con la negativa de la Conselleria de Sanidad a suboragar el personal de mantenimiento. A partir de ese momento, se abrió una «guerra» abierta entre la dirección y los trabajadores, que está presente en cualquier decisión del centro.
Subrogación personal de mantenimiento
A finales de mayo, los trabajadores del hospital se echaron a la calle todos los viernes para protestar en contra de la no subrogación del personal de manteniemiento del centro. Y es que la Conselleria de Sanidad aprovechó el Estado de Alarma para adjudicar a dedo el servicio de mantenimiento de los centros médicos de todo el área de salud Arnau de Vilanova-Llíria. La nueva adjudicataria, Movilfrío SL, decidió, con el consentimiento del departamento dirigido por Ana Barceló, no subrogar a la plantilla de mantenimiento, que fue despedida el pasado 15 de junio.
Además, la nueva adjudicación se produjo con un aumento del importe anual a la nueva adjudicataria de 62.000€, pasando de un total de 1.483.091,40€, que era el precio de la anterior adjudicación realizada en 2018, a 1.545.209,75€ en esta última.
Franquicia de materiales por equipo
Sin embargo, ese no fue el único beneficio económico que tuvo la empresa adjudicada a dedo por la Conselleria. Y es que Sanidad descendió de 2.000€ a 500€ la franquicia de materiales por equipo. Es decir, hasta entonces cualquier material deteriorado con un valor inferior a 2.000€ que necesitaba ser sustuituido, corría a cargo de la empresa de mantenimiento. Sin embargo, a partir del 15 de junio, este importe «tope» pasó a ser de 500€. Por tanto, si algún desperfecto supera esa cifra, en principio es la propia Conselleria la que se hace cargo de ella.
No obstante, dos meses después ya han surgido las primeras dudas al respecto. Y es que el Hospital está incumpliendo ese acuerdo y hasta ahora apenas se ha hecho cargo de las reparaciones que superan los 500€ estipulados, según informan empleados del centro.
La crisis de la legionella
La siguente polémica llegó con el tratamiento de desinfección de la legionella. La cúpula del hospital decidió realizarlo el 7 y 8 de agosto. Pero la respuesta de los empleados no se hizo esperar: el 21 de julio el ingeniero del hospital comunicó que no habría disponibildiad de técnicos de mantenimiento para realizar esas labores en esas fechas. A su vez, el jefe de equipo de la empresa externa de mantenimiento, Movilfrío, informó que para esa fecha tampoco tenía disponibilidad, por lo que se propuso una fecha posterior: el 11 y 12 de septiembre.
Al parecer, Eduardo Piqueras, subdirector económico de infraestructuras, no estaba conforme con ese plazo y decidió comunicar a todas las dependencias hospitalarias que el tratamiento se realizaría el día 8, creando una gran confusión al personal.
Finalmente, se llegó a un acuerdo para que se realizara en una fecha intermedia: el 22 de agosto, como así fue.
Falta de plazas
Ahora las dimisiones y la falta de plazas se han convertido en el nuevo frente de batalla entre los trabajadores y los gestores del Hospital de Llíria. Y es que quedan vacantes las plazas de técnico de función administrativo, técnico de gestión administrativa, subdirector económico, así como la de varios auxiliares administrativos.
La no subrogación del personal de mantenimiento, el incumplimiento de la franquicia de materiales por equipo, la crisis de la legionella y la falta de plazas… Comienza un nuevo curso, pero las tensiones con las que se terminó el anterior siguen intactas en el Hospital de Llíria.