Mónica Alegre: “Alargar los ERTE puede mantener el empleo»
AVIA considera que el sector del automóvil "está muy afectado por la crisis y lo que realmente importa es que se reactive la demanda"
El sector de la automoción está sufriendo directamente la pandemia del Covid. En el mes de agosto, la venta de coches ha bajado un 10,1% respecto al mismo mes del pasado año, mientras que el acumulado del año, hasta el 31 de agosto de 2020 se han matriculado en España cerca de 525.000 coches, lo que supone una caída del 40,6% respecto al mismo período del año pasado. Sin embargo, el sector ya está viendo un repunte en las últimas ventas y no pierde el optimismo ante la recuperación del mercado como analiza la presidenta del Clúster de Automoción de la Comunitat Valenciana (AVIA), Mónica Alegre.
¿Cuándo cree que el sector volverá al optimismo y se cambiará la tendencia actual?
En realidad, en estos meses se está produciendo un repunte de las ventas, entendemos que, por el efecto de las ayudas a la automoción y por la necesidad de un transporte individual y seguro. Más allá, no podemos hacer grandes previsiones porque todo va a depender de la recuperación del mercado, de la actividad, de la seguridad que tengan los consumidores en la economía y en la seguridad en torno al vehículo que podamos adquirir para la reducción de las emisiones de CO2.
En este sentido, en AVIA queremos lanzar un mensaje de pragmatismo a los consumidores: deben comprar el vehículo que vayan a necesitar para los próximos 5-8 años, ya que los grandes cambios en la reducción de emisiones de CO2 están previstas para el año 2040 y 2050, tiempo suficiente para que un consumidor cambie entre dos y tres veces de vehículo, y que la tecnología y la electrificación hayan avanzado. A día de hoy, un consumidor debe comprar el coche que necesita en el presente.
A este respecto, ¿qué estrategia o medidas piensa impulsar para afrontar y contrarrestar la posible pérdida de producción, empleo y oportunidades?
Las empresas de AVIA desde el primer momento han tratado de seguir trabajando. Muchas de ellas se han acogido a los ERTE y poco a poco han ido recuperando a sus empleados, conforme se ha incrementado la demanda y la producción. Sin embargo, el sector del automóvil está muy afectado por la crisis y lo que realmente importa es que se reactive la demanda. Si no se venden coches, no podemos seguir fabricando.
Por otro lado, desde la crisis anterior, los proveedores de automoción ya habían diversificado su producción hacia otros sectores, y esto les permite mantener actividad y facturación. En cualquier caso, el año 2020 supondrá un ejercicio de retroceso en nuestra cuenta de resultados. Pero, entendemos, que como en todos los sectores.
¿Cuál es su opinión sobre los ERTE? ¿Deberían prolongarse más allá de septiembre?
Los ERTE han sido un instrumento clave en la gestión de esta crisis y deben seguir siendo una herramienta que permita a las empresas flexibilizar sus equipos antes las fluctuaciones de la demanda. Para la industria han sido fundamentales y entendemos que alargarlos puede ser una solución que mantenga el empleo.
¿Hasta cuándo se puede mantener el sector con estos niveles de ventas?
Obviamente, ningún sector puede mantenerse si no se recuperan las ventas. Y la automoción es especialmente sensible, ya que adquirir un vehículo es una inversión importante para las familias. Confiemos en que, con los repuntes y con todas las medidas de seguridad, se vaya recuperando la economía y la confianza, y se recuperen las ventas.
Hemos empezado el curso escolar con un nuevo ERTE en la planta de Ford hasta final de año. ¿Cómo les puede afectar a todas las empresas proveedoras?
Las empresas que son proveedoras de Nivel 1 tendrán que equiparar sus días a los paros de Ford. Pero debemos recordar que los proveedores valencianos lo son de otros fabricantes y de otros sectores. Está claro que bajará la carga de trabajo, pero se mantendrá actividad.
¿Qué expectativas maneja en este inicio de curso con respecto a la incidencia de la segunda oleada de la pandemia en la labor empresarial?
Los asociados de AVIA han tomado todas las medidas necesarias para preservar la seguridad y la salud de los empleados y colaboradores. Es cierto que estamos viendo un repunte de casos de coronavirus y por eso en las empresas se extreman las precauciones. El alcance de esta situación, como se está viendo, es que las autoridades sanitarias ordenen confinamientos parciales y que eso afecte a alguno de nuestros empleados. Pero lo cierto es que nuestras empresas han diseñado protocolos de actuación muy, muy estrictos para evitar contagios. Y también se ha implantado, en las áreas administrativas y de gestión el teletrabajo, por lo que también reducimos el número de exposiciones.
¿Contempláis una situación similar a la padecida durante la primera ola con algún tipo de confinamiento o medida parecida?
No, desde el punto de vista de la economía, creemos que es necesario que se mantenga la actividad, insisto, con todas las precauciones. Creemos que ahora serán confinamientos parciales.
¿Qué os parece la medida del Gobierno de que el teletrabajo se aplique a partir del 30% de la jornada laboral?
En principio, puede ser beneficiosa si se da un margen de flexibilidad para desarrollarla. Como comentaba anteriormente, en las áreas de gestión se puede implantar el teletrabajo, pero hay otras en las que es más difícil. Obviamente supone una medida que puede ayudar tanto a frenar la propagación del virus y como a la conciliación familiar, pero si no se sabe gestionar bien puede convertirse en un arma de doble filo. Se trata de una medida que cada empresa debe valorar. Las áreas de gestión han podido teletrabajar y ahora es el momento de valorar los resultados, aunque un camino puede ser la implantación paulatina. Desde luego, el teletrabajo se ha revelado como una herramienta para minimizar el impacto de posibles confinamientos por contacto estrecho, y así se pueden reducir el número de bajas. No obstante hay que analizar la normativa que se vaya a desarrollar y conocer todos los detalles.