Puig da marcha atrás con el impuesto a los ricos de Madrid tras el rechazo de Montero
El presidente regional afirma ahora que jamás propuso la creación de esa tasa, aunque insiste en el "efecto capitalidad" de Madrd.
Ximo Puig ha recogido el cable. El presidente de la Comunidad Valenciana ha negado ahora que haya propuesto formalmente la creación de un nuevo impuesto para gravar a las rentas más altas de Madrid, después de haberse quedado sin apenas apoyos dentro del Gobierno de Pedro Sánchez.
«Yo nunca dije que debiera ser un impuesto, dije que se debía estudiar cómo compensar el efecto capitalidad», ha matizado el barón socialista en rueda de prensa.
Puig se alineó junto con Esquerra Republicana para solicitar esta nueva fórmula impositiva que acabara con el denominado dumpling fiscal que beneficia a las comunidades con unos impuestos más laxos. Sin embargo, su propuesta solo logró cautivar al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que sí que se posicionó a favor.
La creación del impuesto quedó desterrada en el mismo momento en el que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, cerró la puerta al plan valenciano. «No está en la agenda del Gobierno ni lo va a estar nunca», afirmó con contundencia la máxima responsable de las finanzas del Estado.
Tras la negativa, Puig ha aclarado que su propuesta para reequilibrar la carga fiscal de cada una de las comunidades no pasa directamente por la creación de una nueva tasa. «No dije que tuviera que ser por la vía de un impuesto nuevo», ha reafirmado.
Puig insiste en su discurso sobre el «efecto capitalidad» de Madrid
Su cambio,eso sí de postura no ha echado por tierra sus reivindicaciones. El barón socialista ha insistido en su discurso sobre las consecuencias de la capitalidad sobre el resto de las regiones, algo que atribuye a que la Comunidad Valenciana se sitúe 12 puntos por debajo en la renta media per cápita. «Hay que buscar fórmulas«, ha insistido.
Su plan no solo no logró seducir a Ferraz, sino que provocó un aluvión de críticas por parte de la derecha. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos acusaron a Puig de practicar la «madrileñofobia» con sus declaraciones, que se han venido repitiendo desde el inicio de la legislatura.
«La libertad y la prosperidad no están en venta», contestó entonces la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.