El sector de la hostelería sufre desde el inicio de la crisis provocada por el coronavirus efectos devastadores. Ahora con el proyecto de desescalada, los problemas aumentan en vez de descender, y “los imprevistos causan pérdidas de entre 5.000 y 8.000 euros por establecimiento”, asegura el presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), Manuel Espinar.
Así, con 1.500 empresas asociadas en toda la provincia de Valencia, Economía Digital entrevista a Manuel Espinar para hacer balance de la situación en sector y conocer de primera mano que consecuencias están teniendo decisiones como el estancamiento en la fase 0.
¿Qué exige la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia para afrontar el proceso de desescalada?
Necesitamos políticas de acompañamiento, sin ellas se perderán aproximadamente 60.000 puestos de trabajo y 10.000 empresas en la Comunitat Valenciana. ¿Cuáles son esas políticas? Tema de alquileres, tema de financiación, tema de exoneración… Si no se actúa, al final la viabilidad de nuestro negocio va a ser prácticamente imposible. Y es que hay un miedo endémico, se ha generado una herida en la sociedad que va a costar mucho de curar y levantar. Seguramente las terrazas serán el primer medio que nos ayudará de alguna manera a generar dinero, pero la vuelta de la gente dentro de los locales costará.
¿La ampliación de los Expedientes de Regulación Temporal (ERTE) que efecto tendrá en el sector?
Ahí tenemos otro problema, la CEOE y los sindicatos ha firmado la prolongación de los ERTE hasta el 30 de junio, una propuesta que se elevará al Consejo de Ministros y saldrá publicada el próximo miércoles. ¡Eso es una barbaridad para nuestro sector! Siendo conocedores de que no vamos a tener turismo este verano, solo local e internacional de forma residual, la FEHV ha pedido crear una comisión urgente porque nuestro sector no puede absorber todas las plantillas el día 30 de junio, va a ser totalmente inviable. De hecho, si los ERTE concluyen el 30 de junio, muchas empresas cerrarán de forma automática.
En sí, sobre la noticia del pasado viernes donde se anunció que muchas partes de la Comunitat Valenciana no pasaban a la fase 1, ¿cómo ha reaccionado el sector? ¿Qué efecto ha tenido?
La decisión ha sido como un jarro de agua fría. Las expectativas que teníamos eran muy altas porque el Gobierno nos aseguró que pasaríamos con nota a la siguiente fase. Así, todo el mundo se fio, y aquellos que tenían una terraza amplia se pusieron en marcha para abrir. A mediados de semana empezaron a limpiar, sacaron a empleados del ERTE y comenzaron a aprovisionarse. ¿Y qué ha pasado? Que todo el género perecedero que has comprado lo tienes que tirar a la basura. En estos momentos, la horquilla en pérdidas está entre 5.000 y 8.000 euros por establecimiento. Y el mayor problema está con los trabajadores que han sacado del ERTE que por ahora no se pueden volver a integrar otra vez. Ahora estamos trabajando con Madrid a través de la SEPE para conseguir llegar a un procedimiento que desestime la renuncia.
Y evaluando las consecuencias desde el inicio de la pandemia, ¿qué problemas hay?
Problemas muchos desde que empezamos a cerrar, nos hemos sentido más bien tirados en la cuneta. Tenemos verdaderos problemas de financiación porque estamos pidiendo microcréditos abalados por el Gobierno a través de los ICO de 25.000 euros, automáticamente para que la gente pueda abrir con dignidad sus puertas. Además, más del 80% de mi sector no ha podido acceder a ningún tipo de financiación.
Del mismo modo, nos topamos con el tema de los alquileres que era también una batalla de las que teníamos con el Gobierno, ahora lo ha solucionado, pero mal porque lo que ha hecho es una moratoria. O sea que cuando empecemos a abrir será con la mochila cargada de deudas. Realmente, lo que pedíamos era la exoneración.
Asimismo, perseguíamos la exoneración de todos impuestos, pero no se ha producido, exceptuando algún ayuntamiento. Por ejemplo, el ayuntamiento de Valencia nos ha exonerado del pago de la tasa de terrazas, aunque en líneas generales lo único que está haciendo son moratorias. Hecho que hará inviable nuestro camino una vez se tenga que afrontar todo este tipo de pagos.
Cómo hemos comentado, se presentaba la opción de abrir los establecimientos este mismo lunes. ¿Existían protocolos oficiales?
Los protocolos se publicaron el pasado domingo, allí ha fluido la información de abajo hacia arriba porque todas las asociaciones a nivel nacional pasaron propuestas. Aun así, ya teníamos los borradores y estábamos trabajando con ellos.
La organización general se llevó a través del Instituto de la Calidad que depende del Gobierno y con el encargo del Ministerio de Sanidad. En general, ha sido un trabajo que hemos hecho entre todos y está consensuado.