La Portavoz y Secretaria de Relaciones Institucionales del Consejo Ciudadano Valenciano de Podem, María Teresa Pérez, no duda en afirmar que la batalla contra la COVID19 aún no ha acabado: “Desgraciadamente todavía quedan meses duros y es importante no flaquear”.
Esta crisis sanitaria ha traído consigo otra económica sin precendentes. La también exdiputada y ahora Directora General de Juventud (INJUVE) del Gobierno de España lo tiene claro y explica que «de esta crisis se sale haciendo lo contrario de lo que se hizo en la anterior”.
¿En qué situación económica se encuentra la Comunitat Valenciana ahora mismo? ¿Por qué hay un mayor desplome de la economía que en el resto de países europeos?
En toda España la crisis económica derivada de esta emergencia humanitaria es innegable, aunque las ayudas a autónomos y la protección a empresas y trabajadores mediante la política de ERTEs costeados por el Estado han sido grandes aciertos del Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz. Aún así, es una crisis sin precedentes, por la rapidez, la intensidad y por lo incierto de su duración ligada a la pandemia de la COVID19.
En la Comunitat, como para el resto del país, la importancia del sector servicios y del turismo particularmente, con su práctica parálisis por el confinamiento y la nueva normalidad, provoca que la crisis sea más profunda. Pero el problema viene de lejos, de la pérdida de la base productiva de nuestra economía. Se ha ignorado el problema de la deslocalización de nuestra industria, no se ha fomentado la creación de empleo de alto valor añadido ni la inversión en i+D+i… Hemos vivido décadas sumidos en políticas neoliberales tendentes a primar la economía especulativa y el negocio fácil que ya habían introducido al país en la senda de la crisis.
El Botànic defiende una subida de los impuestos para salir de la crisis. ¿Puede ser esto contraproducente?
La pregunta clave que debemos hacernos en el debate de los impuestos es quién está pagando más y quién paga poco o nada. No se trata de subir o bajar impuestos, en abstracto. Eso es hacer trampas en el debate y mucha demagogia, que es a lo que se dedica la derecha. Se trata de plantearse a quién hay que subirle los impuestos y a quién hay que bajárselos. Todavía tenemos muy reciente la memoria sobre la anterior crisis económica de 2008, cuyas consecuencias recayeron sobre las espaldas de nuestro pueblo, de las clases trabajadores y sectores populares. Es sencillo: debe apretarse más el cinturón el que más tiene. Lo que no ocurrió en la nefasta salida de la crisis anterior debe ocurrir ahora: una gestión de la crisis para una salida justa y social, que no empeore las ya malas condiciones de vida de los trabajadores, autónomos, jóvenes, etc.
Nosotras siempre hemos apostado por el impuesto a las grandes fortunas, por la lucha contra el fraude fiscal, por un sistema fiscal progresivo, es decir, que quien más tiene aporte lo que le corresponde proporcionalmente para que el sistema sea más justo. La pandemia ha hecho más evidente que nunca la necesidad que tenemos de reforzar los servicios públicos. No abordar el tema de los impuestos es, sencillamente, no apostar por los servicios públicos y, por tanto, un ataque a los derechos de los sectores populares. Lo hemos dicho muchas veces: de esta crisis se sale haciendo lo contrario de lo que se hizo en la anterior. Sin dejar a nadie atrás y sin que recaiga todo el peso en la gente humilde.
Por otra parte, muchos Ayuntamientos valencianos se han quejado de la decisión del Gobierno de quererles quitar su remanente. ¿Cómo se les explica?
Hemos mantenido la misma posición siempre. Unidas Podemos se abstuvo en el acuerdo de la FEMP con Hacienda porque consideramos que es importante la autonomía local, aquellos consistorios que generan remanentes deben poder usarlos cuando existan urgencias y precisamente ahora estamos en una situación de excepcionalidad. Sin embargo, valoramos positivamente la posibilidad de utilizar el superávit, que los ayuntamientos participen directamente como beneficiarios del fondo de Recuperación de la UE y que no se exija el cumplimiento de la regla de gasto. Además, hay un férreo compromiso de este gobierno por abordar la reforma del sistema de financiación local. Nosotros seguimos insistiendo, sigue siendo una prioridad derogar las restricciones impuestas en la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
Los niveles de paro no tienen precedentes. Y eso que no se tienen en cuenta las personas que están en un ERTE. ¿Qué medidas se han de tomar para poder dar un giro a la situación?
Es necesario generar actividad productiva que a su vez es el mejor garante de la creación de empleo de calidad. La reindustrialización bajo parámetros de sostenibilidad y de soberanía económica deben ser objetivos de nuestro país. Trabajaremos para que los nuevos presupuestos del Estado y el plan de ayuda europea recientemente aprobado sirvan para iniciar esa senda.
No hay que volver a repetir modelos fracasados. Dejar de apostarlo todo a sectores que sólo crean empleos temporales, precarios y que acaban generando más paro y pasar a apostar por un modelo productivo sólido, estable y que genere empleos de calidad. El modelo de la derecha siempre ha sido hacernos elegir entre paro o precariedad, las jóvenes lo sabemos bien porque ya hemos vivido una crisis que nos azotó fuerte y ahora nos enfrentamos a otra y nuestras tasas de paro han sido muy altas. Es una obligación tener mirada larga y ponernos manos a la obra desde ya para cambiar nuestro modelo productivo.
¿Cómo de clave son los próximos presupuestos generales? ¿Sobre qué sectores y colectivos se ha de apostar?
Son más importantes que otros años, son vitales, porque deben responder a una crisis histórica y porque deben junto con los fondos europeos ser la base de la reconstrucción económica. No vamos a apoyar unos PGE que supongan un giro a la derecha. Volver a la senda del neoliberalismo con recetas fracasadas como las que propone la derecha sería una auténtica catástrofe económica y social. Las lecciones de esta crisis son claras y deben reflejarse en los PGE: el sector público es clave y merece la máxima protección y la economía productiva es la base de cualquier desarrollo.
También la transición ecológica y los cuidados son dos sectores claves en muchos sentidos y es vital apostar por ellos para hacer frente a la crisis climática y a la crisis de los cuidados. El movimiento ecologista y el movimiento feminista lo llevan peleando años y han conseguido situarlo en la agenda política. Lo sabe bien nuestra Ministra de Igualdad, Irene Montero, y su equipo, que están trabajando en una propuesta en torno al sistema de cuidados, con vistas a redistribuir justamente las tareas de sostenibilidad de la vida, de cuidados, no solo entre hombres y mujeres sino también entre el sector público y las familias. Todo ello debe ir avalado por los PGE. Es momento de ser valientes y trabajar incansablemente por unos presupuestos que permitan avanzar y superar esta crisis con dignidad y como referencia internacional.Como directora de INJUVE, ¿se encuentran los jóvenes en una situación igual de precaria que en la crisis de 2008? ¿Cómo se puede revertir su situación laboral y económica?
España ya tenía una deuda enorme con su juventud y, tras la COVID19, va en aumento. Cuando todavía estaban abiertas las heridas de la crisis del 2008, ha llegado otra crisis que ha supuesto un hachazo para muchos jóvenes que intentaban comenzar esa vida adulta autónoma. Es la primera generación que vive dos crisis en poco más de una década. En el parón por la pandemia, los ERTE a jóvenes han supuesto una salvaguarda, un paraguas muy importante, pero era temporal, y también son los jóvenes los que más riesgo tienen de perder el empleo ante el fin de los ERTE. Todo eso ocurre por un sistema laboral dual que contrata a jóvenes en precario en épocas de bonanza y los expulsa a bajo coste cuando vienen crisis de consumo. No podemos depender de contratos temporales, mayoritariamente en el sector servicios (turismo, hostelería), que son muy inestables y generan una precariedad estructural difícil de revertir.
A medio plazo tenemos propuestas para adaptar el sistema de Garantía Juvenil y el Plan de Choque por el Empleo juvenil. Se debe actualizar el enfoque para que no se base en una búsqueda de empleo rápida y puntual, que suponga perderlo igualmente rápido. A largo plazo, reindustrialización verde e inversión en I+D+I. Es clave vincular la creación de empleo juvenil a la nueva generación de empleos sostenibles y de calidad a través de la transformación digital y de modelo energético. Necesitamos empleos de alto valor añadido. La mayor lección de esta crisis es la necesidad de cambiar de modelo productivo, además de proteger lo público.
¿Cómo valora la gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno estatal y del autonómico?
Hasta ahora la gestión ha sido buena a pesar de las dificultades, muchas de las cuales solo se han podido ver con el transcurso del tiempo, acumulando meses de experiencia en la respuesta a la COVID19. Junto con Italia, nos tocó enfrentar la llegada más dura de la pandemia a Europa y ciertamente, tras mucho sufrimiento, conseguimos frenar al virus tras dos meses de confinamiento. Tanto en el Gobierno estatal como autonómico estamos haciendo una apuesta firme por afrontar esta crisis sanitaria, social y económica de manera radicalmente diferente a como se hizo en 2008. Lo que se ha conseguido es una muestra de ello sin precedentes. Sin embargo, esta batalla no ha acabado. Desgraciadamente todavía quedan meses duros y es importante no flaquear.
En la Comunitat Valenciana, ¿qué ha flojeado?
Creo que hemos sido una de las autonomías que mejor ha organizado la atención a los enfermos y la respuesta sanitaria en su conjunto. Inicialmente, como en el resto del mundo, faltaron test y faltaron conocimientos acerca de los tratamientos a aplicar. Pero tanto los hospitales de campaña, el material médico directamente traído por la Generalitat, el acuerdo entre docentes y Conselleria para el inicio de las clases y el Plan de reconstrucción aprobado por un amplio consenso son muestra de un trabajo bien hecho en el que Unides Podem ha participado como parte de un Consell progresista y diverso que ha sabido caminar mano a mano.
La derecha critica continuamente esta gestión, pero en las comunidades autónomas en las que gobiernan se demuestra que la suya no ha sido excesivamente buena. ¿Cómo cree que estaría ahora mismo España si hubiese estado la derecha al frente de los Gobiernos?
Sería trágico para España que esta crisis nos hubiera pillado con un gobierno de derechas. La Comunidad de Madrid es el caso paradigmático. Estados Unidos o Brasil, salvando las distancias, también. Ha quedado demostrado que organizar la respuesta a la pandemia desde determinados postulados ideológicos es un error que se paga con vidas. Pero yendo más allá, las comunidades en las que las políticas neoliberales más habían degradado y privatizado la sanidad son las que peor capacidad de respuesta han demostrado, por ejemplo Madrid y Cataluña son una muestra.