El Consell se pone de perfil ante la fusión de Caixabank y Bankia
El Consell evita entrar en analizar las repercusiones de la fusión para evitar discrepancias internas
El Consell ha adoptado una actitud de cautela ante las informaciones que confirman la fusión de Caixa Bank y Bankia y la consiguiente creación de la primera entidad financiera del país. Su valoración inicial se ha quedado únicamente en “desear” que la futura sede de la entidad bancaria se quede en Valencia, con las repercusiones económica y sociales que tiene, ya que constituiría “un hito muy positivo para la Comunitat Valenciana”. Tanto el president de la Generalitat, Ximo Puig, como la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, no han querido ir mucho más en sus valoraciones.
Sin embargo, esta actitud inicial choca con las repercusiones políticas y económicas de la fusión. El tripartito no ha tenido un criterio único y claro sobre la necesidad de crear un banco público, propuesta que hasta ahora siempre ha sido defendida por Unidas Podemos y por muchos sectores dentro de Compromís. Sin embargo, el cambio de criterio desde el Gobierno central, puede afectar a las relaciones del tripartito que hasta ahora ha querido transmitir un criterio único de todo el Consell y para evitar futuras disprepancias y problemas internos ha optado por un nivel bajo en sus anállisis.
Desde Compromís, ya el alcalde de Valencia, Joan Ribo, afirmó que la presencia de la sede central del banco en Valencia era el aspecto “menos importante” de la fusión. “A mí lo que me interesa es que el Estado y las comunidades autónomas tengan mecanismos de financiación públicos. Creo que ese es un tema importante».
Además, el alcalde defendió que su opción “sería que Bankia fuera una banco estatal, evidentemente. Dicho esto, al menos, no nos olvidemos de que a los bancos les dimos muchos miles de millones de euros para salir de la crisis y que este dinero lo tienen que devolver. Ahí, en Bankia, hay muchos. 27.000 millones si no recuerdo mal», explicó Ribó.
Desde Unidas-Podemos ya han dejado clara su oposición a la fusión, pero los miembros del Consell han preferido abstenerse de realizar cualquier análisis de la nueva situación y su repercusión directa en la Comunitat Valenciana a la espera de que avance la fusión, mientras esperan que sean más las consecuencias positivas sin disponer de una estrategia clara que asegure la presencia de la futura sede central de la nueva entidad en la Comunitat.
En contraste con esta posición, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana y las Cámaras de Comercio han defendido esta fusión por “el decisivo papel de los bancos en el entramado económico que hace necesario disponer de entidades financieras fuertes y solventes, capaces de responder a las necesidades de financiación de nuestras empresas».
Cierre de oficinas
Las repercusiones laborales afectarán fundamentalmente a la Comunidad Valenciana que tiene 681 oficinas de ambas entidades y unas 4.500 personas. Al ser preguntado el presidente Puig por la posible eliminación de oficinas de las dos entidades y los seguros despidos, sólo ha señalado que las empresas tendrán que abordar la reforma «con la menor pérdida de puestos de trabajo posible». «Se trata de hacerlo de la mejor forma en defensa de los intereses de los clientes valencianos y de los trabajadores».
Esta posición contrasta con la manifestada por los sindicatos. Así, desde CCOO ya han reclamado «garantía de empleo, preservación y mejora de las condiciones salariales y laborales y un proyecto de empresa con viabilidad futura», así como «criterios laborales responsables». Además, han dejado claro que “se opone a las salidas traumáticas si se produjeran excedentes y solicita la aplicación responsable de criterios laborales pactados ante la grave destrucción de empleo que podría implicar la decisión».