Doble vara en el Botánico: Ximo Puig se vuelca con el canal de acceso y Podemos carga contra el puerto

El presidente de la Generalitat presenta la inversión ferroviaria de 440 millones como un "hito fundamental" para Valencia mientras su vicepresidente censura la ampliación ya realizada en el Puerto de Valencia

Ximo Puig, presidente de la Generalitat, flanqueado por la ministra de Transportes y la delegada del Gobierno

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El gobierno del Botánico, formado por el PSOE, Compromís y Podemos, tiene dos posturas antagónicas respecto a las grandes obras. El presidente de la Generalitat (PSOE), Ximo Puig, se vuelca con las transformaciones vía obra pública, como el canal de acceso ferroviario a la ciudad de Valencia y el Corredor Mediterráneo, mientras el vicepresidente de la Generalitat (Podemos) Manuel Illueca lanza una ofensiva contra las grandes infraestructuras como la ampliación del Puerto de Valencia.

El paso que se dió ayer con la presencia de Ximo Puig fue la firma del acta de replanteo del canal de acceso ferroviario a la ciudad de Valencia, que da paso a las campañas de topografía, sondeos complentarios y movimientos de tierras de unas obras que tienen 440 millones de presupuesto. La actuación implicará primero un desvío ferroviario de la línea de alta velocidad para ejecutar las pantallas de la estructura del canal de acceso.

Las obras están financiadas con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a través de los fondos de la Unión Europea Next Generation EU, e incluye la construcción de un nuevo canal de acceso, la ampliación y remodelación de la estación de València-Joaquín Sorolla y la ampliación de su aparcamiento.

El soterramiento de las vías permitirá una mejora de la conectividad para pasajeros y mercancías, especialmente del Corredor Mediterráneo, una de las reivindicaciones que de manera más enérgica han pedido los empresarios agrupados en la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el lobby presidido por Vicente Boluda e impulsado por Juan Roig y los principales líderes empresariales de la Comunidad Valenciana.

Para la formalidad de la firma del acta de replanteo, Ximo Puig se rodeó ayer de la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé. Este respaldo gubernamental es especialmente relevante tras los desplantes que desde el ejecutivo de Pedro Sánchez han dedicado a su barón valenciano en relación con el trasvase Tajo-Segura.

El presidente de la Generalitat se centró en que el inicio del canal de acceso a Valencia supone un “hito fundamental” para la transformación ferroviaria de la ciudad mientras subrayó que “todas las grandes ciudades de Europa tienen hitos fundamentales” y Valencia, como gran ciudad europea, “se merecía este impulso, que ha tardado demasiado tiempo, pero que ya es una realidad”.

Mientras hacía estas declaraciones, su vicepresidente segundo, Héctor Illueca, se centró en intentar torpedear otra obra similar en cuanto a sus retrasos de ejecución y al efecto transformador que tiene para la Comunidad Valenciana. El dirigente de Podemos criticó la ampliación del Puerto de Valencia (defendida por su socio el PSOE y los empresarios) al tildarla de operación urbanística en la que acaba predominando «intereses de una minoría y de empresarios raritos y oscuros como el señor Boluda», que «están demasiado acostumbrados a que sus éxitos dependan de las subvenciones públicas» y de «seguir succionando los recursos públicos».

Illueca hizo estas declaraciones tras reunirse con díscolos de la ampliación del puerto. En declaraciones a los medios de comunicación, el vicepresidente del Consell sentenció que detrás de estas grandes obras en la Comunitat «lo que hay es destrucción del territorio y corrupción, y no podemos permitir que eso vuelva».

«Lo hemos vivido en el pasado y no podemos permitir que ese pasado nos atrape otra vez», ha dicho Illueca, que mantenido que la Generalitat «tiene que escuchar las demandas ciudadanas que están empujando para frenar una operación que puede degradar nuestro territorio y poner en cuestión ecosistemas fundamentales y queridos como es el caso de la Albufera«.

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