¿Ante las últimas horas de Ana Barceló al frente de Sanidad?
La crisis de la COVID19 podría provocar una reconstrucción del Ejecutivo valenciano que afectaría a las consellerias de Sanidad y Justicia
El cierre del curso político y la crisis provocada por el coronavirus han dejado tocado al Gobierno valenciano. Fuentes próximas al Palau señalan que Ximo Puig pretende darle un impulso y estaría pensando en una remodelación del mismo antes de septiembre.
Una vez conseguido que todas las fuerzas políticas (excepto Vox) se unan al pacto de reconstrucción, el próximo objetivo del presidente de la Generalitat sería reestructurar las consellerías de Justicia y Sanidad, dirigidas por las socialistas Gabriela Bravo y Ana Barceló, respectivamente.
Y es que la Conselleria de Justicia se ha desmoronado en las últimas semanas. A la salida del jefe de Gabinete de Bravo, Alberto Muiños, como asesor del nuevo presidente de la República Dominicana, se le ha unido en los últimos días el cese de Bárbara López, directora general de Modernización, «por motivos personales», según informó la Conselleria.
Desde los mentideros políticos se apunta a que la próxima en abandonar el departamento será la propia Gabriela Bravo con rumbo a Madrid. En ese caso, su puesto lo ocuparía la denostada Ana Barceló, jurista y vigente consellera de Sanidad, que desde la crisis de la COVID19 ha perdido mucha popularidad y cuenta con el rechazo de todos los colectivos médicos. Y es que a la huelga de los MIR, las quejas por falta de personal y las listas de espera, se le han sumado las manifestaciones en defensa del personal de mantenimiento.
Todo apunta a que en su actual sillón se sentará Concha Andrés, secretaria Autonómica de Eficiencia y Tecnología Sanitaria y número 3 del departamento, en un año que se presenta frenético desde el punto de vista sanitario.
A priori, estos son los únicos movimientos previstos ya que no se esperan más modificaciones en departamentos socialistas ni en las consellerias dirigidas por Compromís y Podemos. Desde el seno del Botànic con conscientes de la crisis institucional de la triple coalición PSOE-Compromís-Podemos y se confía en un cambio de aires para reflotar un barco que va a la deriva.