Ximo Puig rechaza más de 300 millones privados por el control de la nueva Feria Valencia
La propuesta de un inversor internacional que aportaba un plan de inversiones para diversificar y aumentar el negocio del recinto ferial no tuvo respuesta de PSOE y Compromís
La Generalitat ha rechazado una oferta de más de 300 millones de euros por parte de un inversor internacional que pedía el control de la nueva Feria Valencia. Según han confirmado a Economía Digital fuentes próximas al entorno empresarial, la oferta era de un operador internacional que cotiza en más de una decena de mercados y que aportaba un plan de inversiones con el que diversificar y aumentar el negocio de Feria Valencia.
La propuesta se fraguó en el otoño pasado y llegó hasta el despacho del presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Se realizó un pacto de silencio para no desvelar la oferta y evitar errores del pasado. El hecho de que se hiciera pública en 2018 la oferta del operador francés GL Events, gestor de 42 recintos en todo el mundo, provocó tensiones en la negociación que ahora se han querido evitar.
La carta de intenciones del inversor que se postuló el otoño pasado tenía fecha de caducidad, por lo que actualmente se encuentra rechazada. “No contestaron”, asegura la fuente conocedora del proceso. La oferta se presentó una vez desencallado el problema de los 227,5 millones de euros de bonos de Feria Valencia y pese a que la idea de buscar socios internacionales con capacidad para montar grandes eventos rentables nació de Ximo Puig y ha tenido como aliado en Compromís a Natxo Costa, vicepresidente de Feria Valencia y subsecretario de la consellería de Economía Sostenible.
Este intento de relanzar Feria Valencia ha sido el último que se ha presentado a PSOE y Compromís después de una hoja de ruta anunciada en 2016 y cuya tórpida y lenta evolución ha demostrado la incapacidad política de relanzar el recinto ferial. “Feria Valencia se han funcionarizado. Están inmersos en pequeños detalles sobre quién forma parte del patronato y todavía no han decidido quién va a ser capaz de realmente relanzar el recinto ferial. Habría que pensar más en cómo conseguir el Mobile World Congress o ferias parecidas en vez de convertirse en un almacén para la Generalitat”, aseguran otras fuentes empresariales.
La deuda de Feria Valencia se subrogó en 2020
La ampliación de Feria Valencia fue ampliamente utilizada en el relato de la izquierda valenciana para cargar contra la política de grandes eventos de PP. La herencia de 1.000 millones de deuda que se repitió hasta la saciedad realmente sumaba 600 millones de capital pendiente más los intereses que se generaron hasta su vencimiento, que estaba previsto en 2027. Y el problema, además de la cantidad, fue la fórmula.
Se emitieron bonos sobre los que se pagaba un seguro que garantiza el rendimiento. Feria Valencia ha sido incapaz de pagarlos por lo que la Generalitat ha tenido que hacer frente a esta deuda cada año. En la presentación de la hoja de ruta presentada hace seis años, este problema se solventó en una frase: “La Generalitat asumirá la deuda”. Se dijo en mayo de 2016 y no fue hasta julio de 2020 cuando se culminó el proceso de subrogación de 227,5 millones de euros de deuda. Los bonistas lo aceptaron en diciembre de 2020.
El pasado viernes, el Consell autorizó la creación de una nueva sociedad de Feria Valencia. El debate, como si de un “déjà vu” se tratara, fue la representación del mueble. Por un lado está, Confecomerç, integrada en la CEV y Cámara Comercio y, por otro, Unión Gremial, origen de Natxo Costa (Compromís), hoy subsecretario de la consellería de Industria y vicepresidente de Feria Valencia. Las presiones para que ninguno o los dos estuvieran han soportado largos debates. Al final, entraron los dos. Unos por derecho y los otros por la libre designación de la Conselleria de Industria. “Estos son los debates que hay hoy cuando ahora podríamos estar hablando de los planes del inversor que pone más de 300 millones”, apuntan las fuentes consultadas.
La actividad ferial será en 2022 prácticamente la de antes de la pandemia
Y, mientras tanto, Feria Valencia oficialmente se focaliza en su actividad tras haber asumido hace ya demasiados años que la refundación está en el apartado de “tareas pendientes”. El hecho de que se convierta en una empresa pública no cierra la puerta a que se pueda convertir en mixta, es decir, que la entrada de un nuevo socio podría ocurrir, aunque la falta de respuesta al inversor con la propuesta de más de 300 millones de euros el otoño pasado ha desactivado esta opción.
Con esta opción apartada, la realidad de los datos de la actividad de Feria Valencia sigue siendo compleja. Los ingresos por ferias propias durante los años 2020 y 2021 fueron un 78,9% inferiores a los de 2019. Esto se debió a la pandemia que impidió celebrar los certámenes más relevantes de Feria Valencia durante dos años. Sin embargo, la previsión ahora es que durante este año se celebren 36 ferias propias, lo que supone 22 más que el año pasado y prácticamente el nivel de actividad ferial que había antes del coranavirus. Y con unas grandes previsiones para la feria de Hábitat, que se celebrará en septiembre.