Puig promete trasladar a Sánchez las propuestas de Ascer
La Asociación propusó el pasado lunes 45 medidas para permitir la sostenibilidad económica de la industria
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado en el webinar ‘Nuevos tiempos, nuevas oportunidades. Vías para la recuperación post COVID’, organizado por El Periódico Mediterráneo, que llevará a la conferencia de presidentes de este domingo la propuesta de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer) de establecer deducciones fiscales para las reformas y rehabilitaciones de viviendas.
El presidente asegura que «en solo un mes ha dejado de facturar 160 millones de euros» y en el que la demanda ha caído a la mitad. Por ello, ha puesto en valor la propuesta lanzada por la patronal para articular deducciones fiscales a las rehabilitaciones para impulsar su reactivación. También planteará, ha dicho, la petición de los fabricantes de maquinaria para la industria cerámica de habilitar «puentes comerciales y transportes sanitarios» que faciliten la visita de comerciales y mecánicos a empresas extranjeras sin tener que pasar la cuarentena, lo que «dificulta el proceso».
Preguntado sobre si en el sector cerámico, como en algún otro, ve necesario prolongar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), ha manifestado que sí, ya que hay que «acompasar» su desaparición con la reactivación económica para evitar que se transformen en Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Otros sectores
En su intervención también ha mostrado su apuesta por potenciar la vivienda pública y las ayudas al alquiler, del mismo modo que ha subrayado la necesidad de apoyar la agricultura local, que ha demostrado en esta crisis que «no hay que fiarlo todo a las importaciones» y hay que impulsar el sector primario. «Necesitamos revertir el abandono de la agricultura, nos va la vida en ello», ha afirmado.
Respecto a la ganadería, ha aludido a las «pérdidas millonarias» por el descenso de demanda del canal de la restauración y ha advertido de que implica riesgo de despoblación de pequeños municipios. «¿Qué hubiera pasado si, como se deslocalizó la industria, hubiéramos estado huérfanos de agricultura y ganadería este tiempo? ¿Quién nos hubiera alimentado y qué implicaciones sociales habría tenido?», ha lanzado Puig como reflexión.