La oposición sindical de Ford Almussafes pide ayuda a Podemos para romper todos los pactos con la dirección
Miquel Rosaleny, histórico líder de Comisiones Obreras, asegura que no hay lugar a experimentos en las elecciones del 21 de febrero, pide recordar los cierres de Saarlouis y Genk, y se alinea con las inversiones que salvan empleos, "lo que defiende UGT"
El sindicato STM va a pedir ayuda a Podemos de cara a las elecciones de Ford Almussafes, que se celebran el 21 de febrero. El objetivo es romper todos los pactos que UGT ha llegado con la dirección durante los últimos 20 años. Tal y como explica Daniel Portillo, dirigente de STM, a Economía Digital, «para la campaña sindical sí que voy a pedir ayuda a Podemos».
Portillo asegura que el partido morado ya se ofreció para ayudar en las elecciones sindicales y que, dado que hoy se inicia la campaña, llega el momento de saber con qué medios puede contar. «Todas las herramientas que tengamos en nuestras manos las vamos a utilizar», asegura. Es previsible que el apoyo de Podemos se limite a ayudas logísticas. Portillo tiene relación con este espectro político ya que milita en Izquierda Unida y forma parte de una coalición de extrema izquierda que le permite compatibilizar su candidatura en Catarroja con la pugna sindical que preconiza.
Actualmente, el comité de empresa de Ford Almussafes está formado por 35 representantes de los trabajadores de los cuales 21 son de UGT, 9 de STM, 3 de Comisiones Obreras y 2 de CGT. Tras los últimos despidos, el comité se reducirá a 31 miembros. Hoy, 10 de febrero, y durante seis días laborables, se inicia la campaña que tiene el 20 de febrero como día de reflexión.
Las elecciones tienen dos bandos y STM es el mayoritario en la oposición. Portillo dice que va a hacer «una campaña propositiva, como hacemos siempre» que, en resumen, consisten en hacer lo contrario que «la mayoría sindical de UGT que negocia de una forma muy sencilla: Dice sí a todo y aceptan los recortes de la factoría».
Respecto a las medidas concretas, STM propone reducir los ritmos de trabajo, incrementar de 15 a 30 minutos la parada en los comedores (entonces sí que daba tiempo a dar mítines sindicales mientras se comía) y ampliar a tres días el preaviso en caso de ERTE. Estas medidas no difieren de las que piden CGT, que tal y como explica Mariano Bosch, «el objetivo es que cambie la mayoría absoluta que durante 20 años está haciendo concesiones y, si siguen, vamos a seguir perdiendo derechos». Aunque sí que hay una diferencia: CGT rechaza el apoyo de Podemos. «Somos anarcosindicalistas y no queremos ningún partido político», recuerdan. La edad media de esta lista electoral es la más elevada por la falta de relevo generacional en este sindicato.
Comisiones Obreras tiene ahora de cabeza de lista a Alejandro Osma, que pide transparencia en los procesos de negociación, recuperación de los derechos perdidos y defensa del empleo porque «nuestra principal idea es hacerle ver a los trabajadores que no es bueno seguir con una mayoría absoluta y ha quedado evidente durante el último año».
En clave sindical, STM quiere recuperar el pacto que había entre la primera y segunda fuerza sindical cuando eran UGT y Comisiones Obreras las dos organizaciones que mayoritariamente representaban a los trabajadores. «Entonces, UGT tenía la presidencia del comité de empresa y el puesto de secretario era para Comisiones Obreras», asegura Portillo.
El líder entonces de Comisiones Obreras era Miquel Rosaleny, que ha explicado a Economía Digital cuál es la situación que tiene Ford Almussafes. «Yo voy a hacer campaña por la serenidad y la no estridencia. No estamos en momentos de hacer experimentos. Los que se acercan a mí les digo que la situación es muy complicada y muy dificil«, explica Rosaleny.
El que fuera azote de UGT y máximo referente de la oposición sindical en Ford reflexiona sobre los últimos años. Y se retrotae hasta el anuncio del cierre de Genk en 2012. «Los últimos que han entrado en la factoría hace ya muchos años no se acuerdan de lo ocurrido. Sólo han vivido el cierre de Saarlouis pero antes se cerró la planta belga». Aquello se anunció hace más de 10 años. En resumen, los sindicatos belgas incrementaron la tensión laboral, iniciaron las huelgas y cuándo creció la tensión, Ford tuvo que elegir entre mantener la producción del Mondeo, S-Max y Galaxy en Bélgica o venirse a Valencia. A Almussafes llegó, incluso, hasta alguna ya por entonces vieja prensa. Y de aquella decisión aún hay hoy empleados de Almussafes trabajando montando los monovolúmenes más grandes del portfolio de Ford.
Aunque el cambio de estabilidad social por inversiones y empleo tiene más historia. Como mínimo hay que remontarse hasta el verano de 2007, cuando UGT firmó la paz social con Ford a cambio de inversiones. Rosaleny fue muy crítico entonces con el secretismo del mítico pacto Pino-Fleming y ahora afirma: «Lo importante es que lleguen inversiones porque sin inversiones no hay futuro«.
E incorpora matices en su lenguaje. «Hay que explicar bien las cosas», afirma. «No estamos en una crisis. Estamos en una transición, que es como lo llama UGT y como lo llama la dirección. Y esto no es una crisis porque hay dinero invertido en la electrificación y, por eso, lo que defiende UGT, que yo estoy de acuerdo con serenidad y sin estridencias, es que estamos en una transición hacia el vehículo eléctrico», explica el histórico líder de Comisiones Obreras en Ford Almussafes.
El papel de Comisiones Obreras, de hecho, es una de las incógnitas en estas elecciones. Con un proceso de ERE en el sindicato a nivel autonómico y sin haber presentado lista para los puestos de oficinas, su futuro es incierto, en lo que puede convertirse en un duro varapalo para el histórico sindicato que lleva décadas de relaciones rotas entre la factoría y la dirección en la plaza Nápoles y Sicilia.
La otra duda es el porcentaje que tendrá la votación dentro del cuerpo de operarios de la fábrica. Las oficinas se da por descontado que serán dominadas por UGT mientras la última votación del personal entre máquinas dejó un escaso margen para el sindicato mayoritario. El logro de las inversiones que derivarán de la elección de Almussafes para la fabricación del Mustang vía la plataforma GE-2 es elemento crítico en estas elecciones.
José Luis Parra (UGT) explica: «Desde UGT llevamos más de 20 años liderando el comité de empresa de Ford, gracias al apoyo mayoritario que nos otorgan nuestros compañeros de trabajo. Nunca antes en la historia de Ford se había vivido una legislatura tan convulsa empezando por una pandemia global la posterior crisis de semiconductores y la profunda reestructuración de Ford en Europa en la que sean suprimido más de diez mil puestos de trabajo en los centros de fabricación europeos. En todas estas situaciones, que de manera independiente ya son de por sí dramáticas, ha sido la mayoría que representamos UGT en el Comité de Empresa, la que ha permitido alcanzar acuerdos que han salvaguardado, y continúan haciéndolo, los intereses de los trabajadores en Ford Almussafes, a la vez que caminábamos en solitario el camino hacia la electrificación, como la unica posibilidad de tener nuestro futuro, un futuro que lamentablemente para los compañeros de Saarlouis es más que incierto».