La semana pasada se hizo pública la resolución del Tribunal Supremo acerca de los «riders», una sentencia que acabará con el problema laboral de estos trabajadores, que dejarán de ser falsos autónomos. Las grandes plataformas de reparto a domicilio como Uber, Delivero o Glovo son las grandes afectadas: a partir de ahora tendrán que asumir los costes de sus trabajadores.
Auxiliadora Borja, decana del ICAV (Ilustre Colegio de Abogados de Valencia), explica el porqué de la sentencia: «Los ‘riders’ no pueden elegir el precio si no que lo hace la plataforma y eso es una de las notas más relevantes de la dependencia y la ajenidad. Cuando estás bajo una organización con unos datos de pertenencia hay una relación de dependencia». Y es que «cuando eres un autónomo haces lo que consideras: marcas el precio, los tiempos… Sin embargo, los ‘riders’ no pueden fijar nada porque ya lo hace su empresa por ellos, que es la base de todo, por tanto no trabajan por cuenta ajena».
Aunque es consciente de que este problema también afecta a algunos abogados en Valencia, reconoce que no pueden hacer nada contra los falsos autónomos: «No conocemos el número exacto de falsos autónomos, ni lo podemos saber. Eso depende de Inspección de Trabajo que es la que puede llevar ese control y el propio abogado que es falso autónomo que denuncie esa situación, que exija la laboralidad o que presente la demanda correspondiente contra el despacho que lo tenga como falso autónomo».
Y es que no es un problema únicamente del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia: «No podemos hacer nada desde ningún colegio». Por tanto, apela a la responsabilidad individual para hacerle frente: «Es el propio trabajador agraviado el que lo tiene que denunciar porque él es el que tiene una relación laboral encubierta y al que le están obligando a que sea autónomo, cuando realmente lo tiene todo de la empresa: horario, mesa, ordenador…» Ni tampoco es un problema exclusivo de los riders o de los abogados, pues indica Auxiliadora Borja que «en todas las profesiones y en todas las empresas hay falsos autónomos».
No obstante, también señala que muchos de los autónomos del sector, sí que lo son realmente ya que pueden colaborar con varios despachos y «esa figura es correctísima, de hecho, existen muchas colaboraciones en nuestro mundo porque unos abogados tienen una especialidad y otros otras».
Competencia desleal
El principal peligro que tiene la figura del falso autónomo es la competencia desleal. Y es que, como indica Auxiliadora Borja, «No es lo mismo tener 20 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, que tener 20 falsos autónomos que no pagan la seguridad social». De hecho, señala que ese coste se puede disparar hasta los 1.000€ por trabajador.
No obstante, afirma que no todo es blanco o negro y que en ocasiones no es fácil saber si estamos ante un falso autónomo, lo que se podría resolver con una normativa más clara: «Aunque en algunos casos la pared es muy fina y son casos muy dudodos, la legislación lo podría aclarar».