Levante UD: ante la oportunidad de ser el nuevo Rey de València

El crecimiento de los de Orriols contrasta con la decadencia valencianista en un verano que puede marcar un antes y un después en el fútbol valenciano

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Entre Aragón y Suecia muchos lo negarán y otros se reirán, pero el verano de 2020 puede marcar un antes y un después en el fútbol de la capital del Turia. La más que complicada situación valencianista contrasta con el auge de los de Orriols. Y es que mientras uno está sumergido en una crisis económica e institucional, el otro no deja de crecer social y deportivamente. 110 años después de su fundación, David puede convertirse en Goliat. 

Para entender la bonanza económica actual de los granotas hay que remontarse al verano de 2009: 60 millones de deuda y la entidad sumergida en un concurso de acreedores. El club se abocaba a la desaparación tras unos años de altibajos con la gestión de Pedro Villarroel y el descenso de categoría.

Es en ese momento cuando aparecen la Fundación Cent Anys y Quico Catalán. La primera como máxima accionista del club con un 70% de las acciones. El segundo como el «salvador» del Levante, al principio como director general y hombre de confianza de los administradores concursales y, a partir de 2010, como presidente del Levante UD. Bajo su mandato el club ha vivido dos ascensos, varias permanencias consecutivas en Primera División y los mejores años de la historia de la entidad. 

La eficiente gerencia de los gestores unido a un éxito deportivo cosechado a «coste 0», bajo la batuta en la dirección técnica de Manolo Salvador, catapultó al Levante como uno de los equipos «clásicos» de La Liga en la segunda década del siglo XXI, exceptuando un año en la categoría de plata.

Once años después, la situación es muy distinta y desde el club se ha dejado atrás el lema «Qué grande es ser pequeño» para pensar a lo grande: «La resistencia, en proceso de expansión». La realidad lo avala: inversiones millonarias en fichajes impensables hasta hace pocos años (47,7 millones de euros invertidos en fichajes desde el regreso a La Liga en la temporada 17/18), la reforma del Ciutat de Valencia para convertirlo en un estadio 5 estrellas y el encaminado proyecto de la nueva ciudad deportiva de Nazaret

¿Cómo financian todos los proyectos?

A la ya mencionada loable gestión económica de la entidad se le une la solicitud de un préstamo de 60 millones de euros, la misma cantidad por la cual el club acabó en concurso de acreedores en 2009. Aunque la situación actual difiere mucho de la de entonces, la nueva política ha levantado muchas críticas. Desde el FROG (Foro de Responsabilidad y Opinión Granota) cuestionan que «¿Cómo afrontaría el Levante entonces el pago de sus nuevas obligaciones sin los más de 50 millones de euros de ingresos previstos por derechos de televisión en caso de que se aplace La Liga? Ni siquiera la venta de nuestros principales activos futbolísticos, en un mercado gravemente alterado por la COVID-19, parece garantizar una solución tranquilizadora al respecto».

Su presidente, Carlos Ayats, señala que «el movimiento es especialmente arriesgado en un contexto de absoluta incertidumbre como en el que nos encontramos, con la segunda oleada de la pandemia en claro auge». Sin embargo, desde el club confían en las saneadas arcas del club y en el sustento deportivo para evitar sustos económicos provocados por un crédito (concedido por el grupo Edmond de Rothschild) que irá destinado a:

  • El coste de la 1ª fase de la remodelación del Ciutat de València: 17 millones de euros.
  • Concluir de pagar el concurso de acreedores de 2009: 16 millones de euros.De ellos, 13 van destinados a bancos, 2 al Ayuntamiento de Valencia y alrededor de 0’8 de necesaria provisión de la parte no reclamada de la deuda concursal. 
  • La pérdida de ingresos de televisión como consecuencia de la pandemia: entre 5 y 8 millones de euros.
  • El inicio, tanto de la 2ª fase de las obras del estadio, como de las de la ciudad deportiva de Nazaret: alrededor de 20 millones. 

EL NUEVO CIUTAT DE VALENCIA

nuevo ciutat de valencia

Se trata del principal proyecto granota a corto plazo. Actualmente, el club se encuentra inmerso en la primera fase de ejecución de la reforma: sustituir la actual cubierta de tribuna por un revestimiento blanco que cubrirá todo el campo y que permitirá instalar la cámara aérea de fondo a fondo. Para ello se han destinado 17 millones de euros. 

La segunda, que a priori tendrá lugar el próximo verano, supondrá recubrir los cimientos del Ciutat de Valencia con una fachada de nueva generación y la apertura de nuevos espacios comerciales en el interior del estadio. Sin embargo, todavía necesita la concesión de las licencias respectivas por parte del Ayuntamiento: «Estamos en trámites con el ayuntamiento. Uno de los grandes problemas es que el campo ocupa hasta aquí y no te puedes mover más. La segunda fase necesita más trámites urbanísticos. Tenemos que ver con calendario deportivo cómo lo podemos compatibilizar», afirma Gerardo Reillo, gestor del proyecto.

 
 
CIUDAD DEPORTIVA DE NAZARET
nazaret
El megaproyecto granota. El paso definitivo para entrar de lleno en València. El hecho de que ahora la ciudad deportiva esté situada en Buñol le priva de muchos privilegios, en lo que a cantera se refiere, en comparación con el Valencia CF. El cambio a Nazaret supone instalarse en plena ciudad y en uno de los barrios granotas por excelencia. 

No obstante, la pandemia ha vuelto a retrasar las obras, que teóricamente estaban previstas para finales de 2019, hasta principios de 2021. Y es que el club todavía no cuenta con el visto bueno de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad y el Consell Jurídic Consultiu. Con el beneplácito de la Generalitat, el Levante UD obtendrá la licencia de actividad y, a partir de ahí, podrá emprender el proceso de adjudicación de las obras.

 
LÍMITE DEL FAIR PLAY FINANCIERO 

Un clásico que viene marcando las últimas ventanas de fichajes granotas. El límite del fair play financiero ahoga deportiva y económicamente al club con la imposibilidad de reforzarlo con grandes nombres y con la necesidad de liberarse de las fichas altas. Sin ir más lejos estos momento el primer equipo cuenta con 32 fichas.

Y es que la política de cesiones cada verano aprieta más la soga a una dirección técnica que tiene ante sí del reto e liberarse del sueldo de los futbolistas que no cuentan para Paco López: Ivi (700.000€ anuales), Sadiku (1.200.000€ anuales), Doukouré (1.500.000€) o Antonio Luna (2.000.000€ anuales), entre otros. Unos jugadores con fichas de estrellas, pero con un rendimiento muy por debajo de lo esperado. 

El club, ahogado en este sentido, les busca una salida que les otorgue mayor flexibilidad a la hora de realizar futuras operaciones que permita seguir creciendo al Levante UD en lo deportivo

En esta última temporada el equipo logró su segunda mejor puntuación liguera en Primera División y, aunque parezca que la palabra «Europa», esté prohibido desde dentro de la entidad, los proyectos del club señalan en esa dirección: asentar al Levante UD como un habitual de La Liga y sumergirse de lleno en la ciudad. 

Desde el club tienen claro los medios para llegar al objetivo: fidelizar al abonado y crecer desde abajo, fomentando el levantinismo entre la juventud. Bajo el lema «L’equip dels valencians» ha conseguido el primero: récord histórico de abonados en cada una de las tres temporadas, y potenciado la presencia de gente joven en el Ciutat de Valencia: con el abono de padre/abuelo de familia, los menores de 14 pasan gratis.  

levante ud ciutat de valencia estadio exterior molcaworld 948Por tanto, el crecimiento social es indudable: más de 20.000 espectadores de media por partido y récord en cada una de los tres últimas temporadas. Pero el crecimiento económico tampoco se queda atrás: mientras 60 millones de euros casi llevan al club a desaparecer en 2009, ahora es la propia entidad la que solicita esa cantidad. Nadie sabe qué hubiera pasado en otras circunstancias, en otro tiempo alejado de la COVID19 o si Quico Catalán hubiera aceptado la oferta de Robert Sarver en 2016, pero la política está clara desde el club: crecer de la mano de València. 

Como señala Carlos Ayats, presidente de FROG;.»El ejemplo de lo que no se debe hacer lo tenemos bien cerca. No repitamos los mismos errores. Los ojos, bien abiertos, y los pasos, lo más lejos posible del barro». 

Se trata de un verano que puede marcar un antes y un después en el fútbol valenciano. Goliat ya no es lo que que era y David ha dejado atrás el «Qué grande es ser pequeño» para aspirar a convertirse en el nuevo amo de la ciudad. Se busca Rey. 

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