“La triste realidad” del pequeño comercio en la Comunitat
Hasta un 20% de los pequeños comercios valencianos corren el riesgo de cierre por la falta de ayudas
«Esa es la triste realidad”, ha lamentado el presidente de la Confederación del Comercio de Alicante, Castellón y Valencia (Confecomerç CV), Rafa Torres, durante la presentación de la campaña ‘Pequeño Comercio. El futuro que compras’, de Confecomerç CV, junto al conseller de Economía, Rafa Climent.
La crisis derivada de la COVID19 ha provocado que, tras tres meses con las persianas bajadas, un 20% de los comercios corran el riesgo de cerrar definitivamente. Torres ha expresado que «me sienta mal cuando oigo eso de que ‘nadie se va a quedar atrás’ porque los más débiles se están quedando atrás”.
Los principales motivos por los que el pequeño comercio está sufriendo sobremanera son, por una parte, la ralentización del consumo, que no se espera que comience a normalizarse hasta septiembre con el inicio de curso escolar. A ello se une la falta de ayudas. Los procesos burocráticos hacen que las ayudas de los Ayuntamientos no lleguen, mientras los bancos deniegan el acceso a la financiación del IVF, SGR o créditos ICO.
Al respecto, Torres ha señalado que el pequeño comercio necesita «instrumentos, más soporte y más avales para el acceso a créditos de los más necesitados». Asimismo, ha denunciado que los Ayuntamientos «no están haciendo el esfuerzo que corresponde”. Por otra parte, ha apuntado que «nadie entiende» que el Gobierno central no dé luz verde a los consistorios para usar su remanente frente a la crisis generada por la COVID19.
En cuanto al acceso a financiación, ha puntualizado que el planteamiento de los créditos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) o el Instituto de Crédito Oficial (IVF) «no sirven” puesto que «muchos establecimientos no tienen acceso a la financiación porque los bancos al final eligen a los mejores clientes, a los más solventes”.
La parte positiva , según Confecomerç, es que la crisis ha llevado al pequeño comercio de barrio a redescubrirse. Estos, por ejemplo, han acelerado su digitalización con la pandemia para llevar sus productos allá donde están sus vecinos, que principalmente han estado haciendo sus encargos por WhatsApp. Como consecuencia, un 30% de los consumidores ha modificado sus hábitos de compra para acercarse a los establecimientos más próximos.