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La pérdida de un 90% de los viajeros en la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València ha determinado la propuesta de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Y es que estado de alarma ha simplificado notablemente el número de movimientos entre los valencianos.

La crisis de la EMT se inició antes del impacto del COVID 19 con fraudes de hasta cuatro millones de euros. Robos que golpearon a la financiación de la compañía y que el alcalde de València, Joan Ribó, daba totalmente por perdidos.

Ahora, desde el pasado 23 de marzo, la dirección y el Comité de Empresa de EMT han mantenido constantes reuniones para analizar la situación actual y trabajar conjuntamente en diferentes medidas que permitieran hacer frente a la crisis sin perjudicar las condiciones de la plantilla ni los puestos de trabajo.

Actualmente, el servicio de la EMT ha sido reducido en un 45%. Una situación que costará tan solo tres millones a la compañía según las proyecciones realizadas por la empresa municipal. València no es la única ciudad afectada, Madrid, Málaga y Valladolid también han tomado medidas similares para afrontar los estragos del COVID 19.

ANTES DEL COVID 19

La EMT anunció nuevas rutas para distintas líneas de autobuses. Así, las principales asociaciones vecinales y económicas de València solicitaron al Ayuntamiento paralizar la remodelación prevista en la EMT. Una reestructuración que suponía más caos a la complicada situación de la compañía valenciana.

En cuanto a los vehículos, la mitad de los autobuses siguen teniendo más de quince años y hace un mes sufrían una media de 57 averías al día. Además, la empresa se encontraba inmersa en plena negociación del nuevo convenio colectivo de los trabajadores.

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