Ford Almussafes vuelve a trabajar con el miedo a un nuevo ERE y la esperanza del Mustang

UGT insiste en el diálogo frente a la adversidad: “Somos capaces de atraer inversión que garantiza miles de puestos de trabajo en muy buenas condiciones”

Ford. Foto: EFE.

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La factoría de Ford Almussafes y su parque de proveedores volverán este lunes, 21 de agosto, al trabajo con una mezcla de miedo y esperanza. Es probable que para algunos empleados estas hayan sido sus últimas vacaciones mientras que para la mayoría se abre un horizonte solvente en las que sus manos crearán el icónico Mustang, la apuesta más americana de Ford.

El primer examen fue aprobado con nota por la fábrica valenciana al imponerse a la planta alemana de Saarlouis logrando la adjudicación de la plataforma eléctrica GE-2, evolución del actual Mustang Mach-e diseñada íntegramente por Ford para sus modelos propios, al contrario que la plataforma compartida con Volkswagen, la MEB, que es la que se ha implantado en Ford Colonia.

Durante este curso escolar, la factoría tendrá dos fuerzas contradictorias. Por un lado, en el horizonte está el 17 de abril de 2024, que es cuando Ford celebrará el 60 aniversario del lanzamiento del primer Mustang. Se prevé que para entonces pueda comercializarse la nueva versión de este ‘pony car’ y que antes del próximo verano se produzca el anuncio.

La llegada a Europa de esta versión del Mustang llamada a ser líder de ventas en su sector es todavía una incógnita que los equipos de desarrollo guardan en secreto. El código S650 esconde los planes de este modelo, confirman los que están trabajando en ello.

Mientras tanto, la factoría de Almussafes se irá desinflando progresivamente tras un verano sin obras en la factoría con la única novedad de su nueva planta fotovotaica. Hoy hay 6.000 empleados en la fábrica, unos 1.000 menos que antes del inicio de esta crisis y en el horizonte hay otro ERE, como ya anunció Stuart Rowley. Hasta el verano, la producción se ha situado en el entorno de las 155.000 unidades, de las que 95.000 (el 61%) han sido Kuga. La Transit Connect ha rozado las 46.000 unidades (29%). El resto fueron S-Max, Galaxy y Mondeo.

Ford Almussafes incrementa la producción un 45% respecto a 2021 y el objetivo es superar las cifras de 2020

El incremento respecto a 2021 es enorme, del 45%, ya que hace un año se montaron apenas 107.200 vehículos dada la mayor intensidad del COVID. Aún así, los registros se quedan muy lejos de la capacidad de fabricación de Ford Almussafes.

La previsión es montar 1.520 unidades al día a partir de ahora. Todo ello contando con 10 días de ERTE en los que se siga montando el Kuga y que no existan más parones en noviembre y diciembre. El ERTE en vigor en Ford Almussafes acaba el 31 de octubre y nadie en la automoción valenciana pone la mano en el fuego porque no se vaya a renovar. Los planes de sábados extra de producción de Seat Martorell o de Stellantis Figueruelas ni se plantean en territorio valenciano.

Este volumen de producción supondría sumar 100.000 coches más de producción en lo que queda de año. En 2020 se alcanzaron las 235.000 unidades, una cifra que se puede superar este año pese a los constantes cortes de suministro acrecentados por la invasión de Ucrania por parte de Putin. Las 345.000 de 2019 son inalcanzables.

Uno de cada tres coches fabricados en Ford Almussafes está electrificado

Respecto al mix de propulsión, la factoría hasta ahora ha realizado un coche electrificado por cada dos coches de combustión. Esto se debe a que toda la producción de la furgoneta Transit es carbonizada mientras el Kuga supera la barrera del 50% de electrificación en sus ventas.

Con la pérdida de la producción de la furgoneta con destino a Estados Unidos, prevista para final de año, la cuota de electrificación de la factoría aumentará ya que la línea de montaje de la Transit Connect puede usarse para incrementar la producción del Kuga.

La decisión que se tomé al respecto será crítica para el cálculo del excedente de personal que tiene la fábrica. El fin definitivo de la producción de la furgoneta se producirá en 2023 mientras S-Max y Galaxy, cuyos volúmenes ya son nimios, se prolongarán hasta 2024, según lo previsto.

La progresiva pérdida de producción marcará los plazos de la negociación que tienen, por un lado, la evidencia de que va a sobrar personal, y, por otro, que la llegada de nuevos modelos requería que nuevamente se necesite a más empleados, tal y como ya publicó Economía Digital en marzo cuando desveló la llegada del Mustang a la fábrica valenciana.

Sabemos que serán tiempos complejos porque nunca en la historia de la fábrica se ha vivido una transformación en un contexto global realmente complicado e inestable

José Luis Parra, portavoz de UGT en Ford

La postura de UGT, sindicato mayoritario de la fábrica, es claramente conciliadora. José Luís Parra, portavoz de UGT-Ford, parte de un diagnóstico de la situación: “Sabemos que serán tiempos complejos porque nunca en la historia de la fábrica se ha vivido una transformación, una reconversión como la que traerá la nueva plataforma eléctrica de Ford, en un contexto global realmente complicado e inestable”.

Ante ello, posición de UGT-Ford es: “Con diálogo y estabilidad, somos capaces de atraer inversión que garantiza miles de puestos de trabajo en muy buenas condiciones”.

La evolución de la cadena de suministro marcará a partir de ahora si los planes de producción deseada en la factoría se pueden cumplir mientras la aceleración mundial de Ford para la electrificación señalará cuando se anuncian los nuevos modelos. La carta que guarda Almussafes es su historial de rápida implantación de los cambios, lo que supone una ventaja competitiva para la adjudicación de modelos y un quebradero de cabeza para los ingenieros de la fábrica, que cada vez tienen menos tiempo para los lanzamientos.

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