“El Puerto verá una caída en los tráficos, pero se recuperará”
El presidente del Club Propeller Valencia, Pedro Coca, explica los efectos del COVID 19 sobre el Puerto de Valencia
La crisis sanitaria del coronavirus ataca diariamente a la actividad económica mundial. A nivel nacional, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dictado el cese de las actividades no esenciales durante dos semanas. ¿Qué efectos veremos próximamente?
Economía Digital analiza con Pedro Coca, presidente del Club Propeller Valencia (Asociación de directivos logísticos del Puerto de Valencia), el papel del Puerto de Valencia en los distintos escenarios que lo atañen, desde el COVID 19 hasta la Terminal Norte.
El COVID 19 marca el ritmo mundial, ¿qué efectos se prevén en la actividad del Puerto?
El Puerto verá una caída en los tráficos, pero luego se recuperará. En sí, la crisis económica va a afectar muchísimo a las rentas de las personas. Primero, mucha gente no está vendiendo porque las tiendas están cerradas y, segundo, los compradores van a verse afectados en sus ingresos. Resultado, un parón en el consumo que afectará también al transporte.
En sí, va a aumentar el desempleo y la deuda pública, y también va a descender la capacidad de consumo de la gente, circunstancia que afectará a todos los que estamos relacionados con la cadena de consumo -desde la distribución comercial hasta las empresas navieras, logísticas, ferroviarias, camiones, etcétera-, quizás se salva la alimentación, pero lo demás se va a notar gravemente.
A modo reflexivo, quizás debamos pensar a partir de ahora que a lo mejor conviene pagar un poco más por tener la producción más cerca y accesible. En general, desde mi punto de vista, después de la crisis debe venir una profunda reflexión sobre nuestros modelos sociales de producción.
Hace tres semanas el Puerto de Valencia estaba en el centro de distintas polémicas que iban desde la ampliación hasta el acceso Norte. ¿Cómo valora las modificaciones que se han planteado para satisfacer a Compromís y al alcalde Ribó?
No se ha realizado ninguna modificación para satisfacer a un partido o persona aunque se trate del alcalde de València. De hecho, las modificaciones provienen de dos cuestiones: alegaciones y análisis de expertos.
En sí, está muy bien que se presenten alegaciones por parte del Ayuntamiento, grupos políticos, sociales y empresariales, pero la respuesta del puerto ha sido amparándose en estudios técnicos basados en los trabajos del CEDEX. Al final, entre todos, haremos un proyecto mejor porque los mecanismos de presentación de un plan pasan por un anteproyecto primero, y luego por información pública y alegaciones, en este caso se han tenido en cuenta para mejorar la propuesta inicial.
¿Cree que está cerca el final de las tensiones?
Hace tres semanas, mi respuesta hubiera sido negativa, porque creo que estás tensiones, en parte, obedecen a ciertos criterios o consignas políticas de determinados grupos. Pero hoy, ante el drama mundial que estamos viviendo, quizás empiece a existir apoyo a proyectos que apuesten por el equilibrio de sostenibilidad y crecimiento económico. Tendríamos que estar apoyándonos.
¿Cómo está repercutiendo esta situación en el sector?
El sector se siente decepcionado por las actitudes de ciertas instituciones políticas. Al final cualquier sector económico es instrumento de generación de riqueza para la sociedad. Pero los responsables políticos no aprietan filas, dudan y califican al proyecto como “un tema político espinoso”. La nueva terminal generaría 6.000 puestos de trabajo estables en València y aún las decisiones políticas son ‘tibias’.
Aun así, una de las funciones del empresario es ser inasequible al desaliento. Por lo tanto, dicho ya que estamos decepcionados, a trabajar todos los días y seguir defendiendo los empleos que generan nuestras empresas, la actividad logística.
Pero el Puerto del Pireo ha superado en número de contenedores al de Valencia por primera vez, ¿cómo interpreta esta situación? ¿Se corre el riesgo de una pérdida definitiva del liderazgo valenciano?
A mí me preocupa poco si el Pireo nos adelanta, a mí me interesa que la estadística de los movimientos del Puerto de Valencia no decrezca. Mientras nuestra economía, el comercio exterior, funcione y las grandes navieras sigan apostando por el puerto de Valencia, tendremos tanto tráfico de import-export como tráfico de transbordo. En sí, quiero que sigamos creciendo sin retroceder porque en el mundo marítimo no te puedes quedar quieto, o creces o decreces.
Entonces, en la Comunidad Valenciana -empresas, políticos, responsables del gobierno y del propio puerto- debe interesarnos que el puerto siga creciendo y este año se mueva un ’x’ por ciento más. Porque a diferencia del Pireo, el Puerto de València tiene detrás una zona de comercio exterior con una riqueza mayor.
Una vez superada la incertidumbre sobre la fecha del Brexit, ¿cree que ya ha afectado todo lo que tenía que afectar?
De momento del Brexit se ha resuelto la incertidumbre, una mala compañera de viaje para la economía. Ahora, las empresas tienen más capacidad para analizar y adaptarse. También, esta ruptura era una especie de cierre a los flujos, por una decisión política, y en este momento puede haber cierre a los flujos por una decisión sanitaria. Entonces, se están superponiendo dos efectos. Hasta que no pase un tiempo no se podrán evaluar los efectos.
Crisis como el coronavirus o las tensiones internas del Gobierno de Sánchez, han reducido la presencia mediática de la situación de Cataluña ¿Cómo ve la evolución de ese aspecto? ¿Prevé un relevante efecto económico para España?
Cómo presidente de Propeller no tengo nada que decir, ya que desde la asociación de empresarios y directivos de la logística no nos hemos posicionado nunca. A título personal, pienso que todo el proceso de Cataluña es una situación que me genera profunda tristeza. Cataluña es un gran territorio donde he trabajado muchos años. Allí he dirigido empresas del mundo del transporte y la logística. Ellos son emprendedores, ingeniosos, trabajadores… y no se merecen lo que se les está haciendo. Si no se hubiera alimentado tanto el odio y el rencor, posiblemente seguirían valorando muchos catalanes al resto de España y el resto de España a los catalanes. Ahora se ha creado una ruptura, desde mi punto de vista, muy condicionada por la presión social y mediática.
A día de hoy, suma ya año y medio al frente del Club Propeller, ¿se está cumpliendo la hoja de ruta que se fijó para su mandato?
Nos propusimos objetivos que fueran alcanzables porque al final somos empresarios, sabemos planificar y lograr lo que nos proponemos. Por ello, quisimos tener una presencia social y la conseguimos. Luego, nos planteamos reivindicar la importancia de la profesión de directivos y directivas que forman parte del Propeller, y cada vez hay más conciencia de ello. También, optamos por resaltar a los empresarios juniors del club como una cantera de nuevos directivos, y lo estamos logrando. Además quisimos trabajar la solidaridad con los barrios y el entorno donde desarrollamos nuestro trabajo, y lo hacemos con una cena benéfica anual donde somos los principales aportadores. Por último, quisimos defender ante la sociedad valenciana la importancia de la terminal norte y de los efectos socioeconómicos de esta, y lo demostramos con un estudio realizado por la Universitat Politécnica de València.
¿Cuáles tienen que ser las principales apuestas de la organización de cara al futuro?
Nos estamos preocupando mucho por la formación, en concreto, por la profesional. Actualmente, existe un grupo que está reuniéndose con el Director General de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial en València para promoverla en nuestro sector. Así, en septiembre prevemos lanzar el curso.
Por otra parte, seguiremos transmitiendo a la sociedad la importancia del proyecto de la terminal Norte. Un plan que supondría 6.000 nuevos puestos de trabajo, estables y de calidad (el salario medio superaría al salario medio de la Comunitat Valenciana).