“El 60% de los mandatos compradores o vendedores siguen activos”
El socio director de Main, José Ignacio Lluch, señala que siguen “recibiendo peticiones de empresas que quieren vender y de inversores interesados”
José Ignacio Lluch es socio director y fundador de Main, una firma independiente de asesoramiento integral en Corporate Finance. En sus 25 años de actividad, ha participado en más de 200 operaciones, un 70% de carácter internacional, entre las que destacan la venta de Panaria, Hofmann o Cretraprint. Empresas familiares, equipos directivos, entidades de capital riesgo o grupos multinacionales son su perfil de cliente.
Con esta experiencia a sus espaldas y unas cuantas crisis económicas superadas, Lluch nos da su visión sobre cómo está reaccionando el sector del M&A a la paralización provocada por la pandemia. Asimismo, aporta un enfoque estratégico global sobre la situación española y europea.
¿Está el mercado de las fusiones y adquisiciones totalmente congelado o hay movimientos en algún sector?
No totalmente. A diferencia de otras crisis, en ésta había oferta y demanda muy sólidas y activas hasta que se produjo el parón forzoso consecuencia del riesgo del virus. Las empresas de los sectores más afectados y que tuvieron que cerrar de inmediato (turismo, retail, ocio, etc.) al ver paralizadas sus actividades hemos decidido paralizar los procesos corporativos hasta que retorne la actividad. En otros sectores menos afectados hay actividad de F&A y continúan gestionándose los procesos en la fase en que se encuentren. Sí se está produciendo una importante ralentización de los procesos corporativos motivada por la incertidumbre de cómo y cuándo se volverá a la normalidad.
A nivel global, los datos del primer trimestre apuntan a un desplome del número de operaciones comparable al 2009 y rompiendo la tendencia alcista que existía los últimos años.
¿Esta paralización afecta a todas las operaciones que ya había en marcha o sólo a las que estaban por venir?
En nuestro caso concreto, el 60% de los mandatos compradores o vendedores siguen activos y el resto se han paralizado temporalmente. Ya en el periodo de confinamiento estamos recibiendo peticiones de empresas que quieren vender o un socio financiero y, por otra parte, compradores e inversores que están interesados en estudiar adquisiciones. Donde se produce una lógica paralización es en los grupos industriales que realizan adquisiciones estratégicas y ahora están analizando las consecuencias de cuando esto acabe para redefinir sus acciones corporativas.
¿Es un buen momento para plantearse operaciones corporativas en empresas pymes en algún sector en concreto?
Cuando aparece un cisne negro y te rompe de golpe la placidez de lo planeado y previsible, los empresarios reflexionan y actúan en consecuencia independientemente del sector donde estén.
Habrá algunos que decidan no más sustos, vendo y adiós. Otros verán una oportunidad para diversificarse, reinventarse, expandirse. Y otros, desgraciadamente, no podrán resistir sin el apoyo de medidas fiscales y laborales que no parece se vaya a producir.
Las tendencias de concentración en sectores como el azulejo, ¿cree que se mantendrán una vez pasada la incertidumbre o puede haber un cambio de tendencia?
Cuando un sector está muy fragmentado, el azulejo ha sido un claro ejemplo, la tendencia siempre suele ser la concentración por la vía de las F&A. Las empresas tienden a crecer y expandirse para adquirir tamaño, sinergias, rentabilidad y diversificación. Tras el parón, esta tendencia por lógica seguirá activa en aquellos sectores proclives tanto en términos nacionales como internacionales. Quizá se acentúe porque habrá empresas muy debilitadas que acepten propuestas de adquisición, integración o fusión. Además, estos procesos contarán con el apoyo financiero de los fondos de capital riesgo como ya se produjo en el sector cerámico.
¿Están los fondos privados intentando sacar provecho de la crisis?
Me temo que hay de todo. Los que aprovechando la confusión intentan valoraciones absurdamente a la baja, Los que mantienen valoraciones adecuadas al valor de la empresa sin aplicar rebajas oportunistas. E incluso aquellos que mantienen los valores de las empresas previos a la crisis con un sistema de ajuste (earn out) según se vayan confirmando los resultados.
¿Qué va a pasar con todo el dinero que iban a invertir los fondos privados? ¿Dónde irá?
Ciertamente hace apenas unas semanas los fondos disponían de una enorme liquidez para invertir en empresas. Este dinero ni desaparece ni cambia de objetivo. Se utilizará para los fines previstos que no es otro que las empresas. Los gestores de tales fondos siguen trabajando para obtener los mejores resultados a sus inversores realizando inversiones en proyectos empresariales bien gestionados y con capacidad de crecimiento. La posición inversora es muy potente y no tiene por qué desaparecer. Es muy probable que lo que tengan es mucha más demanda por parte se las empresas y tendrán que seleccionar sus inversiones, como siempre, pero entre muchas más opciones.
¿Deben todas las empresas que estaban pensando en comprar o vender replantearse sus planes de negocio frente al COVID? ¿Cómo pueden revalorizarse tras el periodo de paralización económica?
No necesariamente. Los planes que las empresas desarrollan en F&A se basan en objetivos y estrategias, tanto para vender como para comprar, que estaban ahí antes y estarán después del bicho. La decisión de desinvertir, expandirse, diversificar mercados o países, integrar empresas en la cadena de valor y cualquier otro fin típico de la actividad corporativa se mantendrán igual.
En algunos casos, determinadas estrategias se revisarán y en base a como vaya reaccionando la economía real y el daño, ahora incierto, que pueda sufrir alguna empresa, provocará cambios o replanteamientos de los objetivos a corto plazo. Y respecto a cómo pueden revalorizarse tras la paralización económica, bastaría con que vuelvan a poder actuar en sus mercados, como lo hacían antes y lo hacían muy bien.
Los efectos dañinos de la parálisis, que según sea más o menos larga, hará más o menos daño, tendría que paliarse con liquidez disponible para las empresas. Esta liquidez que ha sido mermada por razones ajenas a la actividad económica debería facilitarse no sólo en el mercado de deuda sino evitando excepcionalmente drenar los recursos líquidos de las empresas con impuestos, tasas, cuotas y demás. No hay mejor liquidez que la propia y la que no es arrebatada de las debilitadas cajas de las empresas.
Hay muchas empresas buscando financiación, sobre todo pymes, para superar este bache. ¿Sería buena fórmula acudir a la venta de parte del negocio en vez de a créditos? ¿Por qué?
Si lo que busca la pyme es financiación le aconsejaría que recurría por este orden a estas vías: primero a la financiación bancaria por ser la más barata, segundo a la financiación alternativa de fondos de deuda y en último lugar a socios de capital. Vender una parte de la propiedad de una empresa debe hacerse no por una necesidad financiera devenida y de corto plazo. Un socio significa un copropietario de la empresa y para comprar el paquete accionarial habrá un proceso largo de negociaciones de valor, verificaciones, Due Diligence y demás. El nuevo socio exigirá unos pactos y unas condiciones que protejan su participación.
Abrir el capital a un nuevo socio es una decisión que no debe basarse en una necesidad financiera puntual. Compartir la propiedad de una empresa requiere que el nuevo socio comparta el proyecto empresarial y aporte a la empresa algo más que una financiación. El capital es el recurso financiero más caro, por ser el de más riesgo, y se queda dentro. Es muy conveniente vender o ceder parte de las acciones vía aumento de capital a un nuevo socio siempre que sea para un proyecto de expansión empresarial de medio o largo plazo y que cualitativamente el nuevo socio aporté algún valor superior al monetario en sí.
Algunas grandes compañías están replanteándose volver a traer sus fábricas a Europa y dejar de producir en China para evitar futuros colapsos. ¿Cree que es una decisión acertada?
Puede ser, aunque tendría que producirse una oleada de relocalizaciones empresariales para que el dato fuera relevante. Una cierta recuperación de la actividad va a producirse con certeza. Donde hay mercados y empresas, hay F&A. La actividad de F&A se suele resentir cuando hay una crisis económica global. Dependiendo de la rapidez y la fuerza con que cada país o zona geográfica se recupere, y habrá distintas velocidades, las economías más saneadas irán realizando operaciones cross border.