AERTE: «Las residencias no han recibido el apoyo que necesitaban»

La Asociación Empresarial de Residencias (AERTE) destaca que el sector se ha visto "abandonado", sobre todo por parte de la Conselleria de Igualdad

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El presidente de la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la CV (AERTE), José María Toro, lleva meses explicando todo el trabajo que han realizado durante la pandemia las residencias que, desgraciadamente, han centrado la atención de la sociedad. Y la situación actual parece que, al menos en la Comunitat Valenciana, ha mejorado mucho. Así, a principios de octubre, la incidencia de la enfermedad ha disminuido considerablemente en las residencias, con un descenso del 43,8%, y en la actualidad solo hay 32 centros que tengan algún enfermo de los 327 autorizados.

¿Cómo analiza usted, después de estos meses, el trabajo que han desempeñado las residencia durante la pandemia?

El papel de las residencias durante toda esta pandemia ha sido injustamente valorado. No me he cansado de decir que somos centros de servicios sociales, no curamos personas sino que las cuidamos y al sector se le ha exigido como si su labor fuera la de cuidar a las personas. Pero estamos en una crisis sanitaria y la respuesta tiene que venir por parte del sistema de salud. Si el sistema de salud no ha sido capaz, por la dificultad o por la imprevisión, cada uno debe ser responsable de su área.

Pero no debemos ignorar el hecho de que ha fallecido mucha gente en las residencias circunstancia que evidentemente ha generado un desgaste importantísimo en el sector, aunque en la Comunitat Valenciana los datos son de los mejores de España respecto al total de fallecidos en toda la Comunitat.

Y ahora estamos ya en una segunda ola tras una cierta relajación de las medidas, ¿cree que les puede afectar con la misma intensidad que al principio de la pandemia?

Yo creo que realmente el sector no se ha relajado. Quizá, veo una relajación a nivel social, porque la gente necesitaba cierta normalidad para recuperarse. Pero en las residencias no hemos bajado la tensión ni la guardia ni nos hemos relajado, porque sabíamos lo que había fuera: el virus no está controlado, puede entrar en cualquier centro en cualquier momento y es letal con las personas mayores.

Ahora estamos muchísimo más preparados que en marzo, porque sabemos lo que hay. Hay que recordar que entonces Mónica Oltra o Joan Ribó, por citar dos ejemplos de personas con responsabilidad política, decían que esto era una gripe. Oltra ya pidió disculpas, hace unas semanas, pero lo dicho, dicho está en ese momento. Cuando la responsable de la Vicepresidencia te transmite que no es una cosa grave, no te está preparando para lo que viene, no genera alarma pero tampoco genera reacción.

Ahora la vulnerabilidad de los mayores ha quedado más que demostrada y, con todas las medidas que se han incorporado, el sector está muchísimo más preparado.

Pero los contagios en las residencias también continúan.

Es importante aclarar que nadie podrá blindar una residencia, como no se puede blindar un colegio ni una empresa. Uno puede desarrollar sus protocolos, implantar la normativa y puede tener contagios. Y eso no significa que lo haya hecho mal, significa que el virus no lo podemos bloquear de ninguna manera. Mire, el hombre más poderoso del mundo Donald Trump, aunque sea negacionista, se ha contagiado y seguro que cuenta con un círculo sanitario de seguridad para evitarlo. Si él se ha contagiado, ¿cómo no se va a contagiar cualquier otra persona?

¿Cómo ha sido su interlocución con la Generalitat?

En primer lugar nos hemos visto abandonados. El sector no ha recibido el apoyo que necesitaba, sobre todo por parte de la Conselleria de Igualdad. Cada vez que se ha pronunciado ha sido para dictar normativas, sanciones o poner normas por posibles incumplimientos. Yo no he notado en ningún caso, sobre todo en la primera fase, en la más dura, el apoyo y soporte de la consellera de Igualdad. Y lo tengo que decir con toda la pena porque verdaderamente me entristece.

Con Sanidad, la relación ha sido distinta. Hemos tenido muchas interlocución aunque no siempre hemos conseguido lo que necesitábamos, pero por lo menos el nivel de interlocución ha sido muy fluido. Hemos tenido reuniones todas las semanas con las dos secretarias autonómicas, Isaura Navarro y Concha Andrés. Se trataban temas específicos, concretos y se intentaba mejorar. Evidentemente la interlocución con una conselleria y la otra ha sido totalmente distinta.

Ximo Puig y Ana Barceló.

¿Y han llegado a sentirse señalados?

El presidente Puig ha dicho en bastantes ocasiones que estaba bastante satisfecho por el trabajo que se ha realizado tanto desde las residencias privadas y públicas de la Comunitat, pero desde el Gobierno de España los mensajes han sido bastante más preocupantes. Aquellas tristísimas declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en las que decía que la UME se había encontrado cadáveres en alguna residencia sin haber confirmado qué había pasado, estaban totalmente alejadas de la realidad y nos pusieron en el punto de mira. Y después el vicepresidente Pablo Iglesias dijo que el sector privado no podía trabajar en este tipo de sectores. Nos pusieron en una situación difícil.

Lo que veíamos nosotros es que el sector residencial privado y el público estábamos luchando solos ante la pandemia. No hemos recibido prácticamente ayuda, sin embargo nos hemos sentido señalados cuando hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos. Han fallecido muchas personas, pero estoy convencido de que hemos conseguido salvar y proteger muchas vidas. Pero esos mensajes que se han dado tan injustos realmente van a pesar mucho en el sector y en la imagen que tiene la sociedad sobre las residencias.

Y ahora, ¿cuál es la realidad de las residencias?

Hay un dato, triste, pero que refleja lo que ha pasado realmente en la Comunitat Valenciana. La tasa de mortalidad en nuestras residencias de mayores ha estado en el 20%, sin embargo la tasa general de fallecidos mayores de 80 años en la Comunitat se sitúa en el 22%. Eso quiere decir que ha habido más probabilidad de morirse estando en casa que estando en una residencia porque ha habido menos tasa de mortalidad en las residencias que fuera de ellas.

Además, más de la mitad de las residencias de la Comunitat Valenciana no han tenido ni un caso de Covid y en el peor momento hubo un 35% de residencias con enfermos. Yo creo que el sector ha trabajado bien, creo que hay que tener confianza en los profesionales, y en las empresas que gestionan esos centros e invito a que se haga esta reflexión basada en los números reales en datos objetivos y en la confianza de que tenemos un sector muy serio.

Pero la imagen que nos ha llegado es que las residencias estaban llenas de contagiados. ¿Qué ha pasado?

Quizá el sector no ha sabido comunicar bien y no supo afrontar lo que estaba pasando. Cuando un día te faltan 10 trabajadores, el centro tiene 20 casos y Sanidad no te responde, intentabas atender a las personas de la mejor manera. Quizá llegamos tarde con la comunicación porque se ha insistido más en la salud de las personas que en comunicar con las familias. Pero en general el sector tardó mucho tiempo en explicar que estábamos en una crisis sanitaria, una crisis de carácter social y que nosotros no estábamos diseñados para atender una pandemia.

¿Qué opina sobre los planes para ayudar al sector residencial anunciados desde la vicepresidencia y las pagas extraordinarias a sus trabajadores?

No tengo más información que lo que ha anunciado la vicepresidenta en 2 o 3 ocasiones. Con nosotros no se ha reunido para explicar en qué consiste o para recabar nuestra opinión, cosa que me extraña, porque si quieres apoyar un sector lo primero sería que lo escuchases.

Nosotros siempre defendimos, desde que el presidente Puig anunció que se iba a dar una paga extraordinaria para todo el personal sanitario, que debían incluir al personal de las residencias privadas, como han hecho en Cataluña. Esas pagas son un reconocimiento público al trabajo realizado, independientemente de donde uno trabaje, por tanto tienen que llegar al 100% de las residencias, a todos los trabajadores del sector. No se puede dejar a nadie fuera y menos a trabajadores que han estado en primera línea, como cualquier otro trabajador público.

¿Cómo afrontan el futuro económicamente?

Cifras no tenemos pero la previsión evidentemente es que muchas empresas van a entrar en pérdidas. Hemos sufrido la pandemia desde el primer momento, con un incremento de los gastos muy elevado y un descenso de los ingresos. El nivel de ocupación es importantísimo para los ingresos y se ha visto disminuido de manera importante respecto del año pasado. Sin duda este año muchas de las empresas pueden entrar en pérdidas.

¿A qué se debe esa bajada en el nivel de ocupación?

Por un lado, la administración está paralizando los ingresos públicos, cuando está obligado a mantener un 10%, contrariando incluso su propia normativa e incumpliendo los contratos de plazas concertadas que hay con el sector privado, desde nuestro punto de vista. Además, es verdad que se está notando menos demanda en el cliente privado quizá por esa imagen distorsionada que se ha generado sobre la realidad de las residencias.

 

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