El recelo de la gran banca complica la concesión del Perte del automóvil

Las ayudas europeas implican la participación de pymes que tienen problemas para conseguir el aval que necesitan para recibir la subvención

Coche eléctrico durante una recarga

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El Perte del autómovil ha encontrado un freno por parte de la gran banca. La necesidad de que todos los socios de cada uno de los consorcios que lideran fabricantes como Seat, Opel, Renault o Mercedes tenga avaladas todas las subvenciones y préstamos está generando recelos. Hay participantes del Perte del automóvil que no tienen garantizado el aval. 15 días después de que se anuncie la resolución del Perte tienen que constituir esta garantía. Por esta razón, el Perte que se iba a aprobar el 1 de octubre ahora tiene como fecha «final de esta semana».

«Querer participar en el proceso de reconversión de la industria no significa que las operaciones se aprueben sin pasar por riesgos«, comentan desde la sede de uno de los grandes bancos. «La propia estructura del Perte hace que participen muchas pymes y eso significa que los proyectos en los que algunos se han metido son muy grandes comparados con lo que facturaron el año pasado», apunta un consultor implicado en la convocatoria de ayudas europeas.

Desde el entorno desde el que se conceden los avales ofrecen la siguiente explicación: “Hay empresas que están muy claras y tiene el aval. Hay un segundo grupo donde no entran las entidades financieras, pero sí pueden avalar las SGR. Y hay un tercer grupo que tienen muy complicado obtener el aval. Ahí hay casos de empresas con una deuda de seis veces su facturación y que piden un aval por ocho veces sus ingresos”.

Los problemas que están teniendo tanto entidades financieras como SGR es que existen dos riesgos en estas operaciones de avales. Por un lado, la propia solvencia técnica y financiera del avalado sobre si será capaz de realizar aquello a lo que se ha comprometido y, por otro, la solvencia conjunta del proyecto ya que, en caso de incumplimiento, decaen todas las ayudas recibidas por cada uno de los consorcios.

Otro problema que agrava estos riesgos es que hasta que no se terminen las inversiones que tienen como plazo el 30 de junio de 2025 se tienen que mantener los avales. Son casi tres años con el riesgo vivo sin opción a disminuirlo. «Se podrían hacer certificaciones parciales por entidades homologadas por el ministerio», apuntan fuentes del automóvil.

Según la documentación que ha podido comprobar este periódico, el pasado 1 de octubre fue la fecha en la que los proyectos del PERTE tenían previsto obtener la resolución definitiva que les permitía iniciar los proyectos. El Ministerio de Industria indicó ayer que la última previsión que manejan es que salga la resolución esta semana.

“Hay varias empresas que tienen bastantes dificultades para conseguir un aval”, explican a Economía Digital desde entidades que han negociado con empresas que quieren participar en el Perte del coche eléctrico y conectado. Por otra parte, hay otras pymes que van sobradas. “Tengo el aval preconcedido por Caixabank, Sabadell, Santander y la SGR”, dice un proveedor de la automoción. La búsqueda de entidades capaces de avalar se mantuvo ayer activa.

El riesgo es reducir el uso de fondos europeos y hasta perder proyectos

La consecución o no de los avales para las pymes que actualmente están todavía buscando avales puede tener una repercusión muy diferente según la posición que tengan en el Perte. A nivel global, de los casi 3.000 millones de euros de la convocatoria sólo se concedieron provisionalmente unos 800, de los cuales 106 decayeron tras la renuncia de Ford, tal y como informó en exclusiva Economía Digital.

La pérdida de un proyecto de una pyme tiene un impacto limitado. «Hay proyectos de pymes en los que piden un millón de euros de aval», comentan desde mesas donde se han negociado estas garantías. Eso supone un 0,03% del presupuesto del Perte, que actualmente con la resolución provisional y la renuncia de Ford se sitúa por debajo del 25% de consumo de los fondos europeos.

Otra cuestión, apuntan fuentes consultadas, es si uno de los proyectos de las pymes forma parte de los proyectos fundamentales e irrenunciables para optar a las ayudas del Perte. En este caso, aunque la subvención fuera muy pequeña sería suficiente para que decayera la solicitud de ese fabricante al Perte.

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