Los exportadores de naranja advierten de los riesgos de limitar los fitosanitarios: plagas y abandono de campos

El Comité de Gestión de Cítricos, que agrupa a las grandes empresas citrícolas, piden “alternativas biológicas eficaces" para cumplir con los nuevos requisitos de la Comisión Europea

naranjas

Naranjas en el árbol. Foto: Pixabay

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Los principales productores de cítricos de España, ubicados en la Comunidad Valenciana, pero también en Murcia, Almería, Huelva y Tarragona, han advertido que el nuevo reglamento fitosanitario impuesto por la Comisión Europea impide el uso de plaguicidas en “zonas sensibles” lo que abre la puerta a la proliferación de plagas. Para evitarlo, desde el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), sugieren “alternativas biológicas eficaces” que permitan cumplir con los nuevos requisitos de la Comisión Europea.

La normativa planteada por la Comisión Europea exige reducir en un 50% el uso y el riesgo de los plaguicidas. Para lograrlo, la propuesta plantea que en todas las zonas llamadas ‘sensibles’ quede prohibido aplicar estos productos.

La presidenta de la patronal, Inmaculada Sanfeliu, ha advertido de las consecuencias de esta medida de la CE, especialmente, en las zonas «ecológicamente sensibles» que se incluyen en la Directiva Marco del Agua, Red Natura 2000, los parques protegidos e incluso en los espacios que en el futuro reserve la nueva regulación en materia de polinizadores, aún pendiente de aprobación.

Tal y como como denunció recientemente AVA-SAJA, a partir de estimaciones oficiales extraídas por la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), esta media afectaría al 30% de la superficie agraria del país, aunque, en el caso de los cítricos, sería mucho mayor porque en esas tierras se asientan gran parte de las plantaciones de mandarinas y naranjas.

Cítricos afectados por Delottococcus aberiae, una plaga llegada de Sudáfrica cuyo control se ha complicado por la prohibición del Clorpirifos y Metil-clorpirifos.

De aplicarse, la merma en la producción en estas áreas -que dejarían de poder ser tratadas con fitosanitarios- afectaría especialmente a la Comunidad Valenciana y a otras zonas productoras como Andalucía (Almería y Huelva), Murcia y la zona próxima a la desembocadura del Ebro en Tarragona.

Reclaman alternativas eficaces y ágiles

Por ello, desde CGC reclaman que las alternativas biológicas a los insecticidas, herbicidas o fungicidas convencionales, sean eficaces y que los procesos para disponer de estas herramientas se agilicen, ya que denuncian que «imponen unos resultados, pero no los medios para alcanzarlo».

“La retirada del Clorpirifos y Metil-Clorpirifos ha servido para evidenciar que la estrategia de lucha biológica aún tiene serias limitaciones. Hoy seguimos sufriendo pérdidas millonarias por plagas nuevas –como el ‘Cotonet de Sudáfrica’- o por otras que hasta ahora manteníamos a raya –como la araña roja-» denuncia Sanfeliu.

«Principio de reciprocidad» y «cláusulas espejo»

Por ello, también reclaman medidas que garanticen el cumplimiento del «principio de reciprocidad», para que la producción europea pueda «concurrir al mercado comunitario y competir con las mismas condiciones que la importada desde países terceros», según explican en un comunicado.

Asimismo, también piden incorporar las llamadas «cláusulas espejo» para cumplir el principio de reciprocidad y todos los comerciales suscritos por la Unión Europea.

De no ser así, alertan que la aplicación de esta medida conllevaría caídas drásticas de la producción agroganadera de entre el 5 y el 15% (en el caso de los críticos españoles sería superior), agravaría el déficit comercial de la UE en alimentos, aumentarían los precios y caerían las rentas de los productores.

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