El confinamiento de dos meses, la limitación de aforo, las medidas de seguridad, el miedo al contagio… Y el toque de queda. Llueve sobre mojado en la hostelería valenciana, que recibe la nueva medida del Gobierno como una puñalada al borde del abismo: «Han caído ya un 25% de empresas del ocio nocturno, estamos facturando un 50% menos que en 2019 y con el toque de queda vamos a perder 5,5 millones de euros diarios, la situación es insostenible», afirma la Coordinadora de Hostelería de Barrios de Valencia.
Y es que por cada hora menos de actividad “se deja de ingresar una media de 160 euros”. Además, «la restricción de la movilidad a las 00.00 horas significa que media hora antes, como mínimo, hay que empezar al desalojo de los clientes y la recogida de sillas y mesas de terrazas”, lo que reduce las horas de actividad», aseguran en un comunicado.
Su portavoz, Gemma Piqué, señala que «todo sigue igual menos la hostelería, pero nos hemos puesto las pilas y cumplimos con las medidas sanitarias, la gente va a seguir saliendo y en vez de a bares lo harán a casas particulares, no somos culpables de lo que está ocurriendo».
¿Por qué seguir pagando gastos?
Es la gran pregunta que se hacen los hosteleros en estos momentos: ¿Por qué nos hacen seguir pagando gastos si no nos dejan ingresar dinero? Luis Padilla, dueño de Radio City Valencia, considera que «si a un sector se le prohíbe trabajar, lo mínimo es ayudarle y la ayuda más sencilla es eximirle los gastos».
Califica la situación de «insostenible» y sostiene que de seguir así el ocio nocturno se va a la ruina: «Se nos prohíbe tener ingresos y todo el mundo sabe que Beneficios=Ingreos-Gastos, por lo que si nos quitan los ingresos obviamente el resultado da negativo. Por tanto, si nos siguen haciendo pagar los gastos nos hunden. No deberíamos pagar nada de gastos de autónomos, que nos eximan del pago de la luz, del teléfono, del agua… Estamos cerrados y tenemos que seguir pagando las hipotecas, a los caseros… Ya no pedimos un plan de rescate o ayudas, sino simplemente eximirnos de gastos. Es muy simple, pero no se hace y se está condenando al sector«.
En la misma línea, la portavoz de la Coordinadora de Hostelería de Barrios de Valencia, Gemma Piqué, plantea que «con lo grandes que son los locales ¿cómo no vamos a ser capaces de buscar el perímetro para que la gente esté tomándose una copa tranquilmante sin necesidad de estar cercano con otros?»
Y es que sostiene que «la gente necesita socializarse y va a seguir saliendo a casas particulares, mientras que nosotros podemos higienizar nuestros locales para que sean puntos de encuentro seguros y nos cierran, ¿así vamos a parar la epidemia?«