The Wolves Cave: la coctelería secreta de Barcelona que tienes que conocer

En el corazón de Las Ramblas esta coctelería homenajea a la calle más famosa de Barcelona con una original carta de combinados, equilibrada con una selecta oferta gastronómica y música en directo

Llega una coctelería que recupera el glamour de Las Ramblas. Foto The Wolves Cave

En el corazón de Las Ramblas esta coctelería homenajea a la calle más famosa de Barcelona con una original carta de combinados, equilibrada con una selecta oferta gastronómica

Las Ramblas necesitaban un lugar como este, con elegancia, donde se pueda tomar un cóctel y comer bien”, dicen Juanón Gaspart y Francesco Giusti. Estos dos expertos en hostelería desterraron el salón de desayunos del hotel boutique Ramblas Internacional y lo convirtieron en The Wolves Cave, un nuevo templo de los cócteles en Barcelona.

Aunque por supuesto los turistas son bienvenidos, la idea es que los residentes vuelvan a enamorarse de su calle más famosa, lastrada por una demorada reforma y una abundancia poco agradable de tiendas de souvenirs, restaurantes de paellas congeladas y bares de sangrías infames.

El local presume de elegancia. Foto The Wolves Cave

Un oasis discreto y elegante

Así The Wolves Cave se convierte en una especie de oasis secreto, al que se accede por la discreta entrada de Las Ramblas 80, y tras girar por una escalera una pesada cortina da paso a un largo salón de sillones señoriales, luces tenues, un tapiz de plantas secas y un angosto balcón con vistas directas al Liceu, el mosaico de Joan Miró y al hormiguero humano en que puede ser esta calle.

The Wolves Cave aporta una cuota de elegancia a Las Ramblas, que necesitan recuperar su glamour

Asesorados por los bartenders de Dr. Stravinsky (perteneciente al Grupo Paradiso, donde está la mejor coctelería del mundo), hace cinco meses abrieron sus puertas con una carta de 16 combinados que cada noche, entre las 19:00 y las 3:00, crea el equipo liderado por Elía Felicetti.

La coctelería tiene una capacidad para 70 personas. Foto The Wolves Cave

Entre el espectáculo y el homenaje

“Queremos darle un toque de espectáculo como hacen en Paradiso”, dice Gaspart, y por ahora, ese añadido son servir las preparaciones en unos curiosos vasos. Por ejemplo, el Wolf Cave (vodka Belvedere de Kumquat, sirope de mango y azafrán, limón y ginger beer) se ofrece en una cabeza de lobo aullando (que dialoga con las imágenes de este cánido que decoran el local); o el Fuente Canaletas (gin Bombay Pressè y Sapphire macerado en olivas y romero, vermut Carpano Dry de hoja de limonero y Anís del Mono) se sirve en un pequeño surtidor modernista con cuatro grifos.

Está el Colón que llega en una pequeña carabela de madera con velas al viento y cuerdas, o el fuerte Casa Beethoven (gin Le Tribute, Glemorangie X, Martini Ambrato, cordial de vino rosado y soda) que se descubre tras abrir una caja de música con una minúscula bailarina.

Un toque de espectáculo a los cócteles. Foto The Wolves Cave

Como se ha podido adivinar, cada uno de los 16 cócteles tiene una referencia a un sitio emblemático de las Ramblas, donde se añaden sitios como el Café Zúrich, el Museu Erótic, la Farmacia Nadal, la Pastelería Escribà, el mosaico de Miró o la parroquia Mare de Deu de Betlem, el único sin alcohol.

“Y también tenemos el Caminante de las Ramblas, un cóctel que cambiamos cada 15 días”, apunta Gaspart.

Es más, esta coctelería se impuso el reto de renovar toda su carta cada siete meses, aunque se mantendrán los nombres de los combinados.

La carta de cócteles parece una guía turística, con reseñas históricas y pinturas en acuarela

Sus propuestas se presentan en una elegante carta que más bien parece una guía turística, con pinturas en acuarela de cada sitio, además de una breve reseña histórica y la distancia en metros para que tras la visita al The Wolves Caves se vaya a conocerlo o redescubrirlo in situ.

El cóctel Wolf Cave se sirve en una cabeza de lobo. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Música y gastronomía

Cada día hay música en vivo, desde jazz a nostalgias de los ’80 pasando por ritmos cubanos o de otras latitudes.

“También queremos ofrecer una propuesta gastronómica que vaya más allá de los snacks”, dice Gaspart, y para ello, presentan una carta con platillos como ostras, croquetas y gambas a otros más elaborados como carpaccios de ternera o pulpo, patatas bravas (imprescindibles), mejillones de salsa Thai, tabla de quesos o vegetales con tempura.

Y si alguien quiere blindar su estómago ante el alcohol, puede elegir paellas, pastas, hamburguesa Wolves, el solomillo de ternera, el pulpo con parmentier o los tartares de salmón o atún.

Una elegante preparación. Foto The Wolves Cave

Pero también hay vida más allá del cóctel, como whiskies, tequilas, ginebras y mezcales de todas partes del mundo (y con un amplio abancio de precios); así como vinos, cavas como los Mbosh Brut Nature o Mont Paral Vintage o champagnes exclusivos de la casa Moët Chandon.

Una sugerencia: tras pedir algún cóctel, salga al balcón, disfrútelo y siéntase como un lobo que discretamente contempla el paisaje tras haber terminado su día de cacería.

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