Los mejores lugares de Barcelona para comer churros con chocolate

Hay chocolaterías donde la combinación de los churros con chocolate es casi un ritual religioso. Elegimos los siete locales que necesitas conocer

Imposible resistir a los chocolates con churros en invierno. Foto Hyosun Rosy Ko – Unsplash

El frío empuja al cuerpo a recorrer las callejuelas del Barrio Gótico, los chaflanes del Eixample, y las estrechas vías de Gràcia buscando esas granjas y bares de Barcelona donde sirven potentes churros con chocolate.

Algunos de estos locales tienen décadas de vida y suelen estar atiborrados de gente; por lo que se recomienda evitar las tardes de los fines de semana. Otros son agradables sorpresas que llenan el cuerpo de calorías para seguir recorriendo las calles invernales de la capital catalana.

Veamos algunos sitios donde comer churros con chocolate estos días.

La Pallaresa

Con toda justicia se puede nombrar a la pequeña Petritxol como la calle de los churros. La razón es que allí se concentran algunas de las granjas más emblemáticas de la ciudad, como La Pallaresa, en el número 11.

Tradicional local, casi siempre con colas para esperar, su chocolate suizo con nata es una bomba. Además de churros, se pueden pedir ensaimadas y bizcochos.

Petritxol Xocoa

En el local contiguo, Petritxol Xocoa es una elegante tienda donde se venden chocolates en tableta, como trufas o bombones.

A lo largo de la pequeña calle Petritxol, en el Barrio Gótico, se concentran varias granjas que venden chocolates con churros

Allí también se ofrecen meriendas, como el pack de dos chocolates con nata y churros artesanos para compartir; además de batidos y helados, si es que alguien se anima a esta combinación de fríos y calientes.

Granja Dulcinea

A pocos pasos, en Petritxol 2, está la Granja Dulcinea, que recuerda su pasado en su local decorado con madera.

Los churros con chocolate de Graja Dulcinea
Fachada de Dulcinea. Foto Facebook

Fundada por Joan Mach y Elvira Farràs en 1941, además de su tradicional chocolate con nata acompañado de churros o melindros hay una interesante variedad de tés.

Granja Viader

En la angosta calle Xuclà 4, en el Raval, la granja Viader presume de haber inventado el Cacaolat en los años ’30, aunque el local estaba abierto desde 1870.

La tradición del Cacaolat en Granja Viader

Hay que esperar un buen rato para conseguir lugar, pero además de sus churros y el chocolate espeso también se puede probar el Cacaolat caliente servido en copa ancha, rematado con un penacho de nata.

La Nena

Por suerte para muchos padres existen sitios como La Nena, pensados para que los más pequeños no se aburran. En Ramón y Cajal 36, en el barrio de Gràcia, entre churros con chocolate, los niños pueden pasar el tiempo en la pequeña sección infantil, con libros y juegos.

La estética infantil de La Nena

Faborit – Casa Amatller

La Casa Amatller, diseñada por Josep Puig i Cadafalch, es una de las maravillas del modernismo que se encuentran en el Paseo de Gràcia.

Vecina de la Casa Batlló, al final de la planta baja se encuentra una tienda de chocolates que recuerda que el pertenece a la familia Amatller, que llevan tres generaciones dedicadas a la elaboración de exquisitos derivados del cacao.

El local de Faborit en la Casa Amatller

En la planta baja de la Casa Amatller se puede probar el exquisito chocolate que esta familia elabora desde hace tres generaciones

Allí también funciona una cafetería regenteada por Faborit donde se puede probar un recomendado chocolate a la taza.

La Xocolateria

Otro local de chocolates que destilan elegancia. La Xocolateria by Oriol Balaguer (Fusina, 5), una tienda decorada con cerámicas, además de sus sofisticados bombones y panettones ofrece chocolates y churros servidos con cucuruchos de papel, ideal para los que gustan comer mientras caminan por las callejuelas del Born.

La Xocolateria by Oriol Balaguer

Como opción más liviana, atención a sus cruasanes, que han ganado diversos premios.

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