Gran Canaria en 5 restaurantes fuera de lo común
Cinco grandes restaurantes de Gran Canaria para todo tipo de gustos

Los mejores restaurantes para saborear Gran Canaria. Foto: Los Guayres.
En Gran Canaria se come muy bien. Esto, que podría parecer una obviedad, conviene ponerlo de manifiesto una vez tras otra. Sobre todo entre aquellas personas que vienen aquí sin demasiadas expectativas, dejándose llevar por tópicos de otras épocas.
Lo cierto es que en los últimos años el panorama culinario grancanario ha cambiado mucho, evolucionando gracias al empuje de nuevos cocineros magníficamente formados en las mejores cocinas de la Península y otros países especialmente culinarios.
Fieles exponente de esta afirmación son los hermanos Padrón en su restaurante Poemas, reconocido con una estrella Michelin. La misma que luce Los Guayres, restaurante situado en el espectacular y muy botánico Hotel Cordial Mogán Playa. Al frente de la cocina, Alexis Álvarez, un maestro en el arte de fusionar tradición y cocina actual a través de los más puros sabores e ingredientes canarios.
Éstos pueden considerarse los cabezas de cartel de la alta cocina isleña. Pero hay muchos ejemplos más en Gran Canaria. Comedores fuera de lo común por su originalidad, por su calidad o por ambas cosas al tiempo. Y lo mejor es que están distribuidos a todo lo largo y ancho, de Norte a Sur, de esta magnífica isla.
El Ronqueo
A las afuera de Las Palmas, frente al mar, el nombre de El Ronqueo hace referencia, efectivamente, al producto estrella de la casa: el atún. Desde hace tiempo las Canarias se disputan con Cádiz el honor de capturar “mejor atún rojo del país”.
Lo cierto es que, sin entrar en la polémica, el espécimen canario está delicioso. Y en este comedor más aún, por el mimo con el que tratan el producto.
Esto explica solo en parte que la terraza de El Ronqueo esté repleta de comensales cualquier día de la semana (a mediodía y para la cena). Y eso que el ticket medio (en torno a 45 euros) es algo más elevado que el de buena parte de los restaurantes de la zona.
La otra explicación está en la variedad de propuestas de una carta en la que también tienen su protagonismo los arroces y fideuás (hay 15 variedades) y los pescados atlánticos.
Pero no solo; el capítulo de carnes de vacuno y cerdo ibérico también es de mirar con atención. Y ojo a los vinos: sorprendente la variedad y selección de etiquetas nacionales (teniendo en cuenta la distancia a la Península), con alguna que otra referencia internacional.
Casa Romántica
Este restaurante, propiedad de los Lugo-Jorge, la misma familia titular de la frondosísima y recomendable Finca La Laja, es uno de esos lugares que seducen al primer vistazo. Primero, por su ubicación, en el fértil Valle de Agaete y al pie de la montaña mágica (para los guanches) de Tamadaba. Segundo, por la propuesta gastronómica.
En Casa Romántica, el chef Aridani Alonso Rodríguez y su equipo ofrecen el menú Alonso Quesada (65 euros), un alarde de creatividad y de admirable equilibrio entre la intensidad de sabores como el del gofio, la perdiz, el queso curado o el cochinillo y la delicadeza que supone presentarlos en forma de auténticas composiciones pictóricas. Conviene enfrentar este menú sin tiempo definido y disfrutar. Mucho.
En la carta no faltan los vinos de la bodega Los Berrazales, germen del pequeño emporio productivo de la familia, sin desdeñar otras etiquetas canarias. Todas ellas permiten llevarse en el recuerdo gustativo y olfativo parte de lo mucho, bueno, cuidado y original que se está haciendo en el archipiélago en materia de viticultura y enología.
La Catedral Bistró
En plena plaza de San Juan y junto a la construcción más llamativa de Arucas, a la que hace honor con su nombre, está el pequeño restaurante La Catedral Bistró.
En realidad, ese templo no es propiamente una catedral, sino una parroquia, pero es lógico el equívoco (y su nombre popular) teniendo en cuenta los volúmenes y profusión decorativa con que fue levantado, a principios del siglo XX.
Lo que no lleva a engaño alguno es la propuesta de Adrián García, formado en las cocinas de Poemas by Hermanos Padrón (entre otras), y su alter ego Kilian Nordelo, que decidió ampliar conocimientos en el Aponiente de Ángel León.
De esas experiencias en la alta cocina lo que se trajeron estos jóvenes cocineros es un gran sentido del equilibrio en cuanto a sabores y texturas, del ritmo (en el pase de los platos) y mucho sentido común en la elección de los ingredientes. Por todo ello, es más que previsible que su local se convierta en uno de los imprescindibles de Gran Canaria.
Se puede comer dentro de la pequeña sala, con cocina vista, o en la terraza, a la sombra del templo. Opciones igual de válidas y recomendables y en las que sí o sí, deben figurar platos como su curiosa versión del escaldón de gofio, las croquetas de guiso de carne de cabra, el sorprendente arroz con calabaza y castaña y las jugosas formas de tratar los pescados, que llegan al restaurante según mercado.
Son solo algunas ideas, porque la realidad es que tanto el menú degustación de la casa como parte de la carta fluctúan en función de la evolución de cada temporada e, incluso, de cada semana.
Alma Gaia
Un trozo de lo mejor de la Península, gastronómicamente hablando, junto a Maspalomas: este es el planteamiento básico de Alma Gaia, un original local situado bajo el HL Suite Hotel Playa del Inglés.
Un restaurante para quienes les pique el gusanillo de catar algunos de los mejores vinos del panorama nacional (unas 150 referencias) y de acompañarlos con carnes de alta maduración cocinadas a la brasa, jamones y embutidos ibéricos, conservas de pescado o salazones.
También suculentas piezas de atún Balfegó o una colorista ensalada con diferentes tipos de tomate, incluido el canario. Porque, desde luego, la carta no es excluyente y lo local también está muy presente. Por supuesto, con algunas referencias vinícolas de la propia isla y de las vecinas.
Tan impactante como el contenido es el continente: un comedor clásico de bóvedas de ladrillo rojo y piedra, con varias salas enormes y algunos reservados más privados. Y al fondo del local, una barra para combinados y coctelería solo de licores nacionales.
El Churrasco
Como en el anterior, la carne a la brasa es la gran estrella de la carta del restaurante El Churrasco, muy próximo al faro de Maspalomas, en la zona de Meloneras del sur de Gran Canaria, y con impagables vistas al océano tanto desde el interior de la sala como desde la terraza.
Eso sí, aquí las carnes tienen el inconfundible toque (corte, más bien) de las parrillas argentinas, alimentadas con carbón de Marabú 100% ecológico.
Desde luego, gracias a la selección de piezas y el mimo con que los maestros parrilleros tratan el producto, este local es uno de los principales templos para los canarios más carnívoros. También para los que llegan aquí por aire y mar y no quieren renunciar a los placeres gustativos que supone el mundillo de las buenas carnes rojas.
Un dato a tener en cuenta: el punto de cocinado lo completa cada comensal al gusto y en la propia mesa.
Para acompañar, las empanadillas (criolla y de maíz), las croquetas de la casa o un queso herreño al grill. Todo ello se puede armonizar con una interesante carta de vinos grancanarios y del resto de las islas del archipiélago, nacionales e internacionales: franceses, alemanes, argentinos, libaneses y hasta neozelandeses.