Salas, el pequeño rincón de Asturias que tienes que descubrir el próximo puente
Con uno de los patrimonios históricos mejor conservados de Asturias, los palacios, iglesias, torres y otros rincones de Salas abren sus puertas al turismo
Los valles y costas de Asturias están tapizados de pueblos, uno más bonito que el otro. Y uno de los que tienen una mayor carga histórica es Salas; un núcleo de 5.000 habitantes que al estar en la senda del Camino Primitivo de Santiago es un antiguo punto de peregrinación que con los siglos le ha dotado de numerosos monumentos que siguen en pie.
De hecho en su pequeño núcleo histórico se encuentran tres Monumentos Nacionales, aunque los lugareños -según afirman en Turismo Asturias– deberían considerar incluir en esa categoría a los carajitos del profesor, un popular dulce que tiene más de un siglo de antigüedad.
La puerta de Occidente
Su conjunto histórico, muy bien conservado, fue designado como Bien de Interés Cultural en 1994
El centro de Salas, en excelente estado de conservación, cuenta con tres Monumentos Nacionales
No solo los peregrinos pasaban por Salas. La ‘puerta de Occidente’, como se la conoció durante generaciones, también era punto de encuentro de los vaqueiros de alzada que llevaban el ganado de las montañas a las tierras bajas, de los pescadores que buscaban salmones en el río Narcea y fue el hogar de regreso de varios indianos que tras hacer fortuna en América han construido fastuosas mansiones.
El pasado medieval de Salas
Salas creció en torno al castillo que regaló la Reina Urraca al Conde Suero en 1120 sobre el río Nonaya.
De sus años medievales se conserva la Torre de la Villa, del s.XIV, construcción de tres alturas y un sótano que si se ve tan bonito es porque fue reconstruido en el siglo pasado.
Un arco de medio punto conecta la poderosa torre con el Palacio de Valdés Salas.
Si la Torre de la Villa se ve tan bien es porque fue reconstruida en el siglo pasado
Este palacio data del siglo XVI y fue hogar del Inquisidor Mayor de España y fundador de la Universidad de Oviedo, construcción que presenta dos torres y una fachada recia.
Actualmente el lugar funciona como hotel, oficina de turismo y Museo Prerrománico de San Martín de Salas.
Estos dos edificios son Monumentos Nacionales, categoría que también ostenta la Colegiata de Santa María la Mayor, una iglesia de estilo gótico-renacentista del s.XVI fundada por la poderosa familia Valdés Sala, donde hay que ver el mausoleo familiar de alabastro y los retablos barrocos del s.XVII.
Residencias nobles
Caminando por las estrechas calles de Salas se pueden encontrar varias fincas señoriales que recuerdan el pasado de esplendor de la villa asturiana.
Algunas de ellas son la Casa María Veigas, antigua fonda de diligencias del s.XVII con un llamativo balcón de madera, su galería acristalada y su blasón. O el Palacio de la Condesa de Casares (Casa del Regente), un caserío del s.XVIII con capilla y lagar, que destaca su corredor con 12 columnas de piedra.
La iglesia de San Martín de Salas
Otro de los Monumentos Nacionales es la Iglesia de San Martín de Salas, a un kilómetro de la céntrica Plaza de la Campa.
Construida en el s.XVIII sobre un templo prerrománica, se encuentra cerca del bonito Tejo de San Martín, otro monumento, pero natural.
Cascada de Nonaya
Hablando de bellezas naturales, uno de los rincones más buscados de las afueras de Salas es la cascada de Nonaya, que se puede conocer tras hacer una caminata de tres kilómetros.
La bonita cascada de Nonaya está cargada de leyendas, como la de los jóvenes que concurrían para buscar pareja
El entorno, plagado de leyendas (como la de los jóvenes que concurrían para buscar pareja) también es un popular punto de encuentro de los peregrinos que van por el Camino Primitivo.
Recuerdos históricos
Otra pequeña joya cerca de Salas, también a unos tres kilómetros, es el Santuario de la Virgen de la Asunción del Viso; al que se puede llegar tras caminar por el sendero PR AS-131, y que tras un pequeño esfuerzo permite atrapar las mejores vistas de Salas.
Los peregrinos del Camino de Santiago suelen detenerse en el monasterio de San Salvador de Cornellana, conjunto de la orden benedictina que está a punto de cumplir los 1.000 años de existencia.
Al llegar hay que ver con detalle la portada primitiva y la barroca del s.XVIII, asi como el claustro y los retablos que detallan la vida de San Benito.
El legado de los indianos
Las huellas de los indianos que en su niñez o juventud partieron desde los puertos asturianos o gallegos al Nuevo Mundo para regresar con sus bolsillos llenos se pueden encontrar tanto en el centro de Salas como en los cercanos pueblos de Maeza y Maecina, donde las residencias como las de Villa Alicia, Casa Panchón o el Palacio de Conde Toreno le han valido el sobrenombre de ‘Pequeña Habana’.
En cuanto a la herencia indiana de Salas algunas casas continúan como viviendas privadas, otras son coquetos alojamientos rurales y están las que se han transformado en restaurantes, como el Al Son del Indiano; un lugar que desde 1895 sirve poderosos platos de la cocina tradicional asturiana.