Zuckerberg alza su imperio social con la compra de Whatsapp
La mayor operación en Internet desde la fusión de Time Warner con AOL pone de relieve la determinación de Facebook para ganar el mercado de la mensajería, una herramienta indispensable en la era móvil
Sorpresa en Silicon Valley por la elevada cifra relativa a la operación de absorción de Whatsapp por Facebook. El fundador de la mayor red social del mundo, Mark Zuckerberg, invertirá 19.000 millones de dólares (12.000 millones de euros) en comprar la aplicación móvil más popular dedicada a la mensajería instantánea. Una cuarta parte se pagará en efectivo. El resto, en acciones.
Con 450 millones de usuarios, la herramienta creada por dos ex empleados de Yahoo!, Brian Acton y Jan Koum, atesora más registrados que la mismísima Twitter. Whatsapp sólo tiene rival al Este del globo, donde Line y Wechat captan mercado a un ritmo intratable. Ambas compañías, de origen y capital asiático, son los únicos polos que permanecen como contrapoder al imperio social que acaba de nacer.
Claves de la operación
La gigantesca operación se firma justo cuando Facebook delataba signos de agotamiento. De hecho, toda una generación le da la espalda. Los expertos en redes sociales conocen a los disidentes de Zuckerberg como los ‘Facebook nevers’ (los ‘nunca Facebook’). Son adolescentes que prefieren la conexión directa que ofrecen aplicaciones como Whatsapp.
¿Qué no encuentran en el otrora innovador libro de caras de Zuckerberg? La mensajería proporciona una manera rápida para que los usuarios de teléfonos inteligentes compartan de todo: desde textos breves a fotos –incluso insinuantes— o clips de Youtube. Disfrutan de esta comunicación y pasan por alto la necesidad de pagar a las telefónicas por estos servicios.
Crecimiento paralelo
“Whatsapp es la adicción de aproximadamente un millón de usuarios al día”, ha dicho Zuckerberg en su página de Facebook al poco de hacer pública la noticia. “Complementará nuestros servicios de chat y mensajería existentes para ofrecer nuevas herramientas a nuestra comunidad”.
Las cartas quedan expuestas. Whatsapp y el sistema de mensajería de Facebook convivirán puesto que están orientados a dos públicos totalmente diferentes, con hábitos casi opuestos. “Vamos a invertir en los dos”. Los analistas internacionales coinciden en que esa complementariedad existe.
“Facebook se centra en los contenidos, pero tenía descuidada la manera de transmitirlos”, explica a Reuters uno de los accionistas de Snapchat, Jonathan Teo. Se trata de otra empresa que coqueteó con el gigante de Internet.
Letra pequeña
Los términos de la operación son tan extensos como la propia cifra. En Internet sólo ha habido una operación mayor. La fusión de Time Warner con AOL se cerró por 120.000 millones de dólares en 2001, según los datos que ha recopilado Bloomberg. El volumen exige, por tanto, ciertas precauciones. Los fundadores de Whatsapp cobrarán una indemnización de 2.000 millones de dólares si se aborta la absorción.
Los órganos de gobierno de Facebook se modificarán. Koum se incorporará a la alta dirección como mano derecha de Zuckerberg. Juntos administrarán el nuevo imperio social, cuyos tentáculos llegan más lejos de lo que algunos recuerdan. En 2012, la víctima fue Instagram. Los accionistas del servicio para compartir fotos se dejaron seducir por 700 millones de dólares.
Facebook también cuenta con aplicaciones complementarias, diseñadas para llegar a más usuarios a través de los teléfonos inteligentes y tabletas.
Usuarios desprotegidos
Se plantean dudas ahora en relación a los millones de usuarios. La unión de ambos gigantes despertará recelos en el tratamiento de la ingente cantidad de información personal que acumularán juntos. Y los temores tienen precedentes. Facebook y Whatsapp han cosechado investigaciones sobre fuga e intercambio de datos. Incluso se sospecha de colaboración con el espionaje ilegal en Estados Unidos.
La política de privacidad apadrinada por Zuckerberg está bajo la lupa permanente, por ejemplo, de la Unión Europea; los especialistas consideran a Whatsapp el servicio más inseguro. Son los nubarrones que oscurecerán el nuevo operador. Dudas a las que quizá Zuckerberg responda en su próxima visita a Barcelona como invitado estrella, precisamente, del Mobile World Congress.