Toys ‘R’ Us se despide y los juguetes se fijan en el cine
La cadena estadounidense de jugueterías Toys 'R' Us anuncia el cierre de todas sus tiendas mientras el sector del juguete fía sus éxitos al cine
Para muchas personas de entre 20 y 40 años, Toys ‘R’ Us suponía la meca de la diversión durante su infancia. Las megatiendas de la jirafa Geoffrey estaban repletas de juguetes donde podían emular al Tom Hanks de Big, perdidos entre todo tipo pasatiempos.
La mayoría, no obstante, dejaron de jugar hace tiempo y cambiaron las estanterías repletas de fantasía por largas tardes en Ikea. Con su vida adulta se fue acercando también el ocaso de la tienda juguetera. El Wall Street Journal anunció la semana pasada que la compañía cerraría sus locales en Estados Unidos, Reino Unido, España o Francia – entre algunos de los 38 países totales en que tiene presencia actualmente.
Un dominó inevitable
La empresa americana tuvo que afrontar impagos debido a su aireada bancarrota y sólo en Estados Unidos tendrá que bajar la persiana en más de 700 locales. La filial española, por su parte, presentó la declaración para entrar en concurso de acreedores y espera poder conservar de esta forma los inmuebles que tiene en propiedad.
Las noticias del adiós a la tienda insignia de los juguetes afectó, evidentemente, a las marcas más prestigiosas como Mattel y Hasbro – que cayeron en bolsa – o Lego, cuyas ventas se redujeron por primera vez en 13 años. Al contrario que ocurre en la moda, las marcas de juguetes no tienden a contar con tiendas propias y confían en otros distribuidores para vender sus productos. Y sin la complicidad de Toys ‘R’ Us, todas las miradas recaen sobre los portales de venta online.
El cerca del 10% de volumen de ventas que Toys ‘R’ Us suponía para todas las grandes compañías de juguetes tendrá que encontrar nuevos canales de distribución, y Amazon es uno de los medios que se perfila como potencial punto de concentración del negocio.
La búsqueda de nuevas formas de llegar al público, sin embargo, también viene acompañada de la obligación de pensar en las mejores formas de promocionar productos para niños cada vez más volcados con la tecnología y menos con muñecas y peluches. Por suerte, entre el panorama de pesimismo, asoma un potente aliado.
De la gran pantalla a todas las casas
El cine se presenta como un gran aliado para la industria del juguete. La venta de merchandising asociado a películas es todo un filón, sobre todo porque atrae a niños y adultos. El fenómeno Star Wars es un claro ejemplo, y Hasbro tiene un enorme filón en este sentido.
La multinacional americana, que arrebató a Mattel la producción de “princesas Disney” cifrada por Bloomberg en 500 millones de dólares, es la encargada de dar vida a los personajes más famosos de la saga galáctica. Cierto es que las ventas de figuras del universo creado por Lucas cayó en el último cuatrimestre de 2017, pero aun así supuso cerca de un 25% de ventas para Hasbro.
El breve descenso, no obstante, se vio compensado con la venta de productos que también son propiedad de Disney, y por los que Hasbro supo apostar de forma arriesgada. El superhéroe de Marvel, Black Panther, contó con la mayor producción de juguetes que la compañía había hecho jamás para los distintos personajes de cómic, y está siendo todo un éxito de ventas.
Con el estreno de los esperados Avengers: Infinity War y Solo: A Star Wars Story, es previsible que las ventas repunten todavía más en este sentido. Hasbro fía su éxito al impacto de las películas y la competencia trata de no quedar al margen. Los juguetes se adaptan a la demanda del mercado y mientras tanto, Toys ‘R’ Us pone fin a una etapa con la que acaban también tardes de ilusión para muchos niños y niñas.