¿Todavía pagan las mujeres más que los hombres por productos similares?
Un estudio del Departamento de Asuntos del Consumidor de Nueva York encontró diferencias de precios en el 42% de los casos analizados
8 de marzo. Día internacional de la mujer trabajadora. Sin embargo, todavía en la sociedad de 2016 las mujeres pagan más que los hombres por artículos muy similares. Así lo demuestra un estudio realizado por el Departamento de Asuntos del Consumidor de Nueva York.
Tras analizar cerca de 800 productos, el estudio concluye que en el 42% de los casos las mujeres pagan más que los hombres por los mismos artículos. Uno de los ejemplos que se cita son las maquinillas de afeitar, según publica CNN Money.
El impuesto rosa
Es lo que se ha bautizado como impuesto rosa, ya que, en ocasiones, la única diferencia es simplemente el color rosa.
No obstante, es verdad que a veces existen algunas diferencias más, pero no siempre. Michael Cone, un abogado comercial que ha pasado años investigando este tema, encontró algunos ejemplos como las camisas con botones. Las importaciones de las que tienen los botones en el lado derecho (más pensadas para los hombres) costaban un par de puntos porcentuales menos que las camisas con botones en el lado izquierdo (más pensadas para las mujeres). Llevó estos casos a la corte federal alegando que los aranceles de importación de Estados Unidos discriminan por género. Pero ambos fueron desestimados.
Leyes contra la discriminación por género
Sin embaro, Ted Potrikus, Presidente y CEO del Consejo al por menor del estado de Nueva York asegura que «hay mucho más en el precio de lo que se ve en la etiqueta». Pero en 2010 otro estudio elaborado por Consumer Reports analizó varios productos de droguería. Las versiones femeninas de un mismo producto llegaban a costar hasta un 50% más que la de los hombres.
Incluso en Gran Bretaña, la cuestión se ha planteado en el Parlamento después de una investigación realizada por The Times concluyera que las mujeres podrían estar pagando hasta dos veces más que los hombres por lo que parecían productos idénticos.
No hay ninguna ley federal de los EEUU que prohíba cobrar más por algunos productos o servicios por una cuestión de género, pero hay leyes estatales y municipales que sí lo hacen. En 1995, California se convirtió en el primer estado en prohibir las diferencias de precios basados en el género para servicios como salones de belleza y tintorerías. Asimismo, Nueva York también cuenta con una ley similar que prohíbe la fijación de precios basada en el género.