Samsung apuesta por la inteligencia artificial tras el fiasco del Galaxy 7
La tecnológica surcoreana compra Viv Labs, creadora del asistente de voz más desarrollado del mercado
El tropezón de Samsung con sus incendiarios Galaxy 7 puede llevar a la empresa surcoreana a un agujero financiero que superaría los 5.200 millones de euros, y eso sin contar con la pérdida de prestigio que puede lastrar las ventas de sus modelos futuros.
Para recuperar posiciones en el duro mercado de los móviles (Samsung sigue siendo el mayor fabricante del mundo), la apuesta de la tecnológica pasa por el nuevo ‘juguete’ de estas terminales: los comandos de voz y asistencia digital generados por inteligencia artificial.
Esta semana Samsung ha comprado Viv Labs por un monto que no ha revelado. La empresa, con sede en San José (California) ha sido fundada por Adam Cheyer y Dag Kittlaus. ¿Y quién es Kittlaus? Pues el creador de Siri, el asistente de voz incorporado a los nuevos iPhone que se ha convertido en la aplicación estrella del iOS10, porque permite buscar teléfonos o direcciones con órdenes orales.
Viv, un paso por delante de Siri
Pero en Viv Labs quieren ir un paso más allá, y lo han logrado con Viv, un asistente de voz más complejo porque, además de realizar más funciones y poder utilizarse en aplicaciones de otros desarrolladores, también responde con preguntas para comprender mejor las órdenes.
El objetivo de Samsung es incorporar las funciones de Viv en los futuros Galaxy S8, y así recuperar el terreno perdido tras este annus horribilis –en el que suman los problemas en sus lavadoras, que les obligó a retirar 2,8 millones de unidades del mercado-.
El futuro pasa por la AI
La inteligencia artificial (AI, por su nombre en inglés) es la nueva frontera del desarrollo tecnológico. Este concepto describe la capacidad que tiene un equipo o sistema para interpretar las órdenes en una forma similar al razonamiento humano. Por ahora se puede establecer un diálogo básico con los dispositivos equipados con este sistema, pero no faltará mucho tiempo para que se pueda conversar casi con la misma fluidez que tienen las personas. Y ese es el objetivo de sus desarrolladores.
Su aplicación en los comandos de voz no se limita sólo a los móviles: se espera su expansión en los ordenadores a bordo de los coches o incluso en los electrodomésticos como los refrigeradores, los televisores (¿adiós al mando a distancia?) o hasta en las luces de un hogar.