Samsung afronta su peor crisis por la retirada mundial del Galaxy Note 7
La multinacional, que tenía previsto el lanzamiento mundial la próxima semana, ordena la retirada de todos sus teléfonos por un lote de baterías que explotan
Samsung afronta su peor crisis con la retirada mundial de su teléfono Galaxy Note 7, uno de sus tres grandes lanzamientos previstos para este año. La compañía había organizado la presentación mundial de su nuevo «phablet» (híbrido entre teléfono y «tablet)» la próxima semana en Nueva York (EEUU), pero un problema detectado en un lote de baterías ha ocasionado la suspensión de la venta y el lanzamiento.
Samsung había comenzado la distribución en todo el mundo y desde el 19 de agosto se podían hacer órdenes de compra. Los primeros lotes ya estaban en camino de las tiendas, e incluso algunos habían llegado a los almacenes de los grandes distribuidores, según han confirmado este viernes fuentes cercanas a la compañía.
Pero la multinacional coreana detectó que uno de sus fabricantes de baterías fabricó un lote defectuoso que se recalienta e incluso puede llegar a explotar e incendiarse con el uso. «Se sobrecalientan, se hinchan y llegan a destrozar el terminal», explican las mismas fuentes.
El lanzamiento se cancela
Para evitar graves incidentes con los usuarios, la compañía ha decidido retirar absolutamente todos los teléfonos, incluyendo los lotes en los que no se habían detectado problemas. De esta forma, Samsung desmonta su lanzamiento más esperado del año, pocos días antes de que su principal competidor, Apple, lance su iPhone 7.
El Galaxy Note 7, que incluye bolígrafo digital, se uniría en septiembre a la venta de los dos teléfonos más populares de Samsung: el S7 y el S7 Edge.
Samsung ha reconocido este viernes que el fallo afecta a 24 unidades entre un millón de teléfonos producidos, pero ha decidido retirar todos los productos por seguridad y para proteger la imagen de la marca. No obstante, fuentes cercanas al fabricante consideran que la cantidad de baterías afectadas podría ser más elevada.
Sólo ello justificaría la cancelación de un evento, decisión que tendrá consecuencias millonarias para la compañía. Es la primera vez que el fabricante coreano suspende un lanzamiento mundial por un problema técnico que debió haber sido detectado en las fases inciales de los controles de calidad.
Las consecuencias
La suspensión del lanzamiento mundial pone en entredicho a los fabricantes de baterías, casi todos instalados en grandes centros de producción en China. Los fabricantes ya habían sido señalados por la fabricación de baterías defectuosas que se hinchan y explotan.
Este medio reseñó en abril pasado cómo una usuaria de Barcelona vio que su teléfono, que llevaba en la mochila, se incendiaba. Se trataba de un móvil BQ que había sido vendido en un centro comercial de Barcelona. La compañía española explicó entonces que se trataba de un caso aislado que no sembraba dudas sobre la seguridad del resto de teléfonos.
Los precedentes
Pese a tratarse de casos aislados, el incendio de baterías no son una sorpresa para el sector. La explosión de una batería de móvil derribó dos tabiques y causó graves daños en una casa de Murcia en septiembre pasado, según denunció su usuario.
Una mujer sufrió graves quemaduras en Suiza tras explotarle su Samsung en el bolsillo en 2013 y un hombre estadounidense denunció un caso similar hace dos años en Arizona con su iPhone 6.