Rótulos publicitarios en el espacio
Una startup rusa quiere utilizar decenas de pequeños satélites, del tamaño de una caja de zapatos, para colocar vallas publicitarias en el cielo nocturno
La idea promovida por la startup rusa Start Rocket, bautizada como Orbital Display, consiste en utiliza el cielo nocturno como soporte publicitario, con una «audiencia potencial de 7.000 millones de personas.»
Utilizando un conjunto de microsatélites ya existentes, los denominados Cubesat. Cada un unidad Cubesat tiene un tamaño comparable al de una caja de zapatos, y pueden operar por unidades independientes o agrupados.
La ‘valla publicitaria’ que propone Start Rocket consistiría en una constelación de estos satélites, organizados en órbita para formar mensajes escritos o logotipos de marcas. Situados a una altitud de entre 400 y 500 kilómetros, los satélites pueden cambiar de posición tres o cuatro veces al día para formar representar diferentes mensajes publicitarios.
Para que los mensajes sean visibles los satélites disponen de unos reflectores extensibles, parecidos a velas, que reflejan la luz del sol, abarcando una área visible desde unos 50 kilómetros cuadrados.
Fotografía: Start Rocket.
El CPM, un término utilizado en la industria publicitaria para cuantificar cuánto cuesta mostrar un anuncio a mil personas, se sitúa entre los 8 y los 14 euros según Start Rocket: «muy cerca de lo que cuesta poner un anuncio en un canal de televisión.»
Numerosas aplicaciones
Según Start Rocket las aplicaciones de las vallas publicitarias especiales incluyen desde la industria del entretenimiento y la comunicación hasta la difusión de mensajes de emergencia entre la población.
La configuración de los reflectores puede modificarse para mostrar diferentes mensajes —del mismo modo que se encienden y apagan los píxeles de una pantalla— por lo que el contenido puede modificarse dependiendo del lugar de la tierra sobre la que se sitúa la valla publicitaria o para adecuarse a eventos temporales. Pueden representar «desde logotipos a ofertas especiales de productos de marcas.»
En casos de emergencia o de catástrofe el mismo soporte transmitirá mensajes a la población cuando las comunicaciones en tierra no funcionen o cuando hay cortes de electricidad. Siempre que sea de noche, claro.
Las críticas no han tardado en llegar
Es imposible no encontrar referencias a estas pantallas orbital que no vayan acompañadas de críticas. Especialmente en lo referente a incrementar el número de objetos en órbita terrestre, un problema creciente que cada día poner más en riesgo la expiración especial.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA) en el espacio cercano a la Tierra hay unos 750.000 objetos mayores de 1 centímetros y 166 millones de objetos mayores de un 1 milímetro ocupando órbitas que son comercial y científicamente valiosas. Dicho de otro modo: el 95 por ciento de todo lo que hay en el espacio es basura, incluyendo restos de cohetes, satélites inservibles, herramientas perdidas por los astronautas y chatarra que se mueve diez veces más rápido que una bala y que “puede permanecer ahí durante cientos de años”.
La contaminación lumínica (el exceso de luz artificial o de origen humano que disminuye la «oscuridad» del cielo) y el simple hecho de que vivamos en un entorno ya de por sí plagado de rótulos y vallas publicitarias son el otro principal argumento en contra de este proyecto.