Rodar películas y series en España genera un impacto de 646 millones
El incentivo fiscal que reciben las productoras que vienen a rodar a España es insuficiente para que nuestro país atraiga rodajes pese a sus horas de luz
Desde los tiempos del mítico Spaguetti Western, España busca asentarse como plató de cine internacional. Producciones como Juego de Tronos, Terminator o Rambo han rodado en nuestro país en los últimos dos años. Y, en principio, lo tenemos todo para que vengan más: clima agradable, paisajes variados, muchas horas de luz al día, seguridad, precios competitivos… y ese plus que no aparece en las memorias de los rodajes pero que productores y directores valoran mucho: la satisfacción del equipo después de salir a cenar y tomar unos vinos en lugar de quedarse encerrados en un hotel en medio de ninguna parte.
«Ha habido rodajes en Marruecos en que los miembros del equipo de rodaje se cogían un ferry para irse de copas a Málaga», recuerda a modo de anécdota Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission. La SFC aglutina a todas las oficinas y comisiones de nuestra geografía que comparten una misma misión: facilitar a los productores de ficción y de publicidad, tanto nacionales como extranjeros, la gestión de un rodaje.
En 2015, la Ley del Impuesto sobre Sociedades recogió por primera vez un incentivo fiscal para los rodajes extranjeros en España en su artículo 36.2. «Hasta entonces, ninguna ley del audiovisual español ni ningún documento del ICAA (el Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, dependiente del Ministerio de Cultura) mencionaba los rodajes», señala Rosado.
Ese incentivo toma la forma de un ‘tax rebate’: Hacienda devuelve a las productoras un 20% de lo que gastan en el rodaje en nuestro país. Pero en otros países esa devolución supera el 30%. Además, como apunta el presidente de la SFC «nuestro incentivo exige una inversión mínima de 1 millón de euros y establece un máximo de 3 millones para beneficiarse de él. Así que no solo debería aumentarse el incentivo hasta, al menos, el 30%, sino también elevarse ese límite hasta los 10 millones o más».
Según el cálculo de la Asociación de Productores APPA, la economía de los rodajes de cine y series en España ya genera 646 millones de euros anuales, a los que hay que añadir la facturación anual de 457 millones de los rodajes publicitarios (según datos de su asociación de productores). Si a eso le sumamos los 900 millones que, según la APPA, se dejan de ganar por no tener un incentivo fiscal competitivo, hablamos de una industria de 2.000 millones de euros al año. O lo que es lo mismo, un tercio del ingreso turístico en la ciudad de Madrid en el mismo periodo.
«El problema con el ‘tax rebate’ es que tiene un ‘efecto muro’: es lo primero que miran las productoras y, si no es competitivo, no miran nada más», lamenta Piluca Querol, directora de la Andalucía Film Commission, decana entre las entidades españolas de gestión de rodajes. «Nuestros mejores aliados son las Secretarías de Turismo, porque saben que un rodaje atrae visitantes durante el mismo, para ver a las estrellas, y también después, generando muchos ingresos en la hostelería y otros sectores. Incluso países que han pasado por guerras, como Serbia; por crisis económicas, como Portugal; o por graves problemas sociales y económicos, como Irlanda del Norte, invierten en su industria de los rodajes a día de hoy, estableciendo incentivos muy altos. Ninguno de los países que lo ha hecho los ha retirado o los ha bajado después».
Turismo, empleo, imagen de país, consumo masivo y economía sostenible
Para la Spain Film Commission, el atractivo de la industria de los rodajes para un país no solo es el turismo de ‘fans’, algo que en muchos lugares de España se explota desde hace años. Una estatua de Ava Gardner corona, por ejemplo, el hermoso castillo junto al Mediterráneo de Tossa de Mar (Gerona), en recuerdo del rodaje de ‘Pandora y el holandés errante’ en la localidad en 1950, y desde entonces ha atraído a infinidad de mitómanos.
«El audiovisual es un sector que en muchos momentos registra pleno empleo en España, y además es un empleo de calidad», señala Carlos Rosado. Solo las series de ficción generan ya 13.944 empleos directos, según un estudio de PwC. «Además, está muy comprometido con la green economy y la sostenibilidad. Y tiene el potencial de proyectar la imagen de España por el mundo entero, porque es de consumo masivo en todo el planeta, también en países que hasta ahora no nos tienen como lugar turístico de referencia».
Como ejemplo, una película india de 2011, Zindagi Na Milegi Dobara, una road movie de colegas que recorren España en coche al más puro estilo Bollywood, protagonizada por muchas de las grandes estrellas de cine del país, tuvo tanto éxito que permitió a la Spain Film Commission lograr un convenio con la poderosísima industria del cine indio. Ese convenio nos convierte en uno de sus 20 países preferentes del mundo para rodar. Gracias a él, Suiza, que ya ha albergado tres grandes rodajes de Bollywood en los últimos años, ha experimentado un repunte del turismo procedente de la India.
Pero esa promoción no siempre es sencilla: «Muchas veces hay que negociar mucho tiempo con las productoras para que te dejen usar alguna imagen del rodaje o de la película con fines promocionales, algo que sería mucho más sencillo si la ley les obligara a hacerlo», afirma Piluca Querol. «¿Podemos imaginar que Eon Productions no dejara al Reino Unido usar imágenes de James Bond para promocionarse? Pues eso es lo que sucede muchas veces en España».
Del Ministerio de Cultura al Ministerio de Industria
Una de las principales dificultades a la que se enfrenta la industria española de los rodajes es que se trata de una actividad muy transversal, que afecta a diversos sectores y que «necesita de una agilidad que rara vez se encuentra en el Ministerio de Cultura», según Carlos Rosado, presidente de la SFC. «Una solución sería que dependiera del Ministerio de Industria», como ya ocurre con los rodajes publicitarios, «o de una vicepresidencia capaz de aglutinar muchas competencias diferentes. Porque, aunque todas las piezas están, no están dispuestas de manera que puedan vertebrar un Marca España del cine con una fortaleza competitiva suficiente». Entidades como el ICEX, con su programa Invest in Spain, «ofrecen al inversor exterior una perspectiva más adecuada de los beneficios de comprometerse con nuestro sector audiovisual».
Para la creación de ese ‘hub audiovisual’ español prometido por Pedro Sánchez en su último discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas, no solo hace falta que el Ministerio de Hacienda entienda el ‘tax rebate’ como un incentivo clave para desarrollar una industria con un gran potencial. Algo que parece más cerca de conseguirse desde que el ministro de Hacienda del anterior Gobierno, Cristóbal Montoro, supo de los más de 40 millones de euros que el rodaje de Exodus (2014), de Ridley Scott, dejó en nuestro país.
También es imprescindible «que en España se cree un gran centro de producción nacional como los estudios Pinewood en Reino Unido». Y aclara que la inversión para ese centro no tiene por qué ser pública. «El grupo Secuoya tiene unas instalaciones propias magníficas que ya han sido reservadas al completo por Netflix para sus rodajes en España. E instalaciones similares en toda Europa tienen listas de espera de tres años. ¿No es esto atractivo para un inversor privado? Sin embargo, para facilitar esa inversión, el Gobierno tiene que tomar decisiones estratégicas y, por supuesto, su interinidad actual tampoco ayuda».
Noticia original: Business Insider
Autor: Rafa G.-Palencia