Qué es la cibercondría y por qué debes evitarla
La hipocondría digital es uno de los trastornos de ansiedad más comunes desde la llegada de internet a los hogares
El primer paso es sentir una dolencia, habitualmente sin identificar de qué se puede tratar. El segundo, acudir a Google a buscar a qué enfermedad corresponden los síntomas. El tercero, entrar en pánico al descubrir el abanico de posibilidades de la inabarcable fuente de información sanitaria que internet provee. Cuatro de cada 10 españoles sufren este procedimiento, denominado cibercondría o hipocondría digital, es decir, la preocupación excesiva por la salud que lleva a los internautas a buscar en el navegador la enfermedad que un médico debería diagnosticar.
Se trata de un trastorno relacionado con la ansiedad, pero que, a diferencia de la tradicional hipocondría, viene asociado a las nuevas tecnologías. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 70% de las mujeres que navega por internet busca información relacionada con la salud, mientras que el porcentaje de los hombres se reduce a algo más del 57%.
Sin embargo, recurrir a Google para conocer a qué enfermedad corresponden los síntomas suele desembocar en una técnica aún más peligrosa: la autodiagonisticación, o que cada persona se recete los medicamentos que le indica el navegador web. Según reconoció en una entrevista con El Confidencial Xavier Amatriain, consejero delegado de Curai, una startup dedicada a realizar diagnósticos médicos sin que el paciente tenga que desplazarse al centro sanitario, «másd el 65% de los americanos se autodiagnostican en Google» anualmente.
Una investigación llevada a cabo este año por la British Medical Journal concluyó que los verificadores online, como la mayoría de páginas que ofrece Google, suelen ser erróneos. Es entonces cuando los efectos de la cibercondría, asociada también a trastornos de estrés, pueden dispararse provocando un malestar añadido en el usuario. Una situación que podría haberse evitado.
¿Por qué deberías evitar la cibercondría?
En primer lugar, la misma investigación apunta a que en ciertas ocasiones, buscar los síntomas en Google puede evitar que un paciente vaya al médico por una dolencia menor. Sin embargo, la cibercondría, que tiene un difícil diagnóstico, puede ocasionar en los internautas una espiral ansiosa de la que no es tan fácil escapar.
Paula Gubern, médico del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, explicó las consecuencias de buscar la autodiagnosis en internet durante el certamen Mobile Week celebrado en la Ciudad Condal en febrero. «Puede ayudar mucho, pero también ofrece demasiada información y, para gente que no tenga los conocimientos o el entrenamiento adecuado, puede ser muy difícil distinguir lo que es fiable de lo que no», explicó.
¿Cómo combatir la cibercondría?
Probablemente, muchos usuarios que lean estas líneas ya hayan buscado un medicamento para contrarrestar la hipocondría digital. No obstante, aquí hay varias pautas a tener en cuenta antes de bajar a la farmacia.
- Si se acude a un artículo, debería estar contrastado por una segunda fuente de valor, es decir, que una entidad o profesional con prestigio demostrado valide la tesis del artículo.
- Si en el contenido hay citas de expertos suficientemente reconocidos, se trata de una buena fuente de información.
- Si se encuentra un estudio que indica unos síntomas que son familiares para los internautas, estos deberían leer la publicación al completo, ya que en muchas ocasiones conocer toda la información ayuda a combatir la ansiedad.
- Ir al médico. Si después de muchas consultas y de cumplir los tres consejos mencionados, un usuario sigue teniendo motivos de preocupación, es necesario acudir a profesionales que certifiquen -o, en la mayoría de casos, desmientan- a qué enfermedad corresponden los síntomas mostrados.