Por qué los pacientes desconfían aún de la inteligencia artificial
Un estudio de la Universidad de Harvard concluye que solo el 26% de los enfermos confía en la diagnosis realizada por una máquina
Una de las grandes virtudes de la inteligencia artificial es su facultad de aprendizaje, conocida como ‘machine learning’ o aprendiza automático. Esto resulta de vital importancia en el ámbito sanitario. Las posibilidades de emplear esta tecnología para realizar diagnósticos e incluso prevenir enfermedades son cada vez mayores.
Sin embargo existe una barrera: el propio paciente. Un estudio de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) realizado con más de 200 estudiantes, concluye que solo un 26% está dispuesto a recibir el diagnóstico de una máquina, frente al 40% que prefiere a una persona.
Un dato significativo, sobre todo si se tiene en cuenta que el porcentaje de acierto de los ordenadores a la hora de evaluar a los pacientes oscila en una horquilla de entre el 82% y el 85%. Además, aun ofreciendo un diagnóstico hecho con inteligencia artificial completamente gratuito, la investigación refleja que la opción prioritaria de los pacientes entrevistados sigue siendo los doctores tradicionales.
En otro estudio, realizado por el mismo grupo de investigación sobre una muestra de 700 estadounidenses, se ofrecían dos alternativas: elegir un diagnóstico de un sujeto X —el médico humano— y el sujeto Y, la inteligencia artificial. Con una puntuación de 1 a 7, siendo 1 la ponderación máxima para el doctor, 7 para la máquina y 4 el no tener preferencia por uno de los dos, la puntuación obtenida por la inteligencia artificial fue «significativamente» inferior a la registrada por los doctores humanos, según los autores de la investigación.
El estudio concluye que la razón por la que los pacientes escogen un diagnóstico realizado por personas es que todas sienten su propia dolencia como «única», y desconfían de que una máquina pueda entender las ‘exclusivas’ necesidades de cada individuo. «Los pacientes creen que sus necesidades no pueden ser abordadas adecuadamente por un algoritmo.
Para darse cuenta de las muchas ventajas —y ahorro de costes— que promete la inteligencia artificial médica, los proveedores deberán encontrar formas de superar estas dudas», señala Chiara Longoni, una de las autoras de la investigación.
Un impacto en la medicina de 10.000 millones
Según un informe publicado por Morgan Stanley el pasado marzo, el incremento anual de la tecnología sanitaria será de un 40% durante los próximos cinco años. El impacto económico que generará será de 10.000 millones de dólares —algo más de 9.000 millones de euros— en 2024, frente a los 1.300 millones, unos 1.170 millones de euros aproximadamente.
Además, la entidad señala que las aplicaciones de la inteligencia artificial experimentarán un avance significativo en la próxima década. De esta forma, eliminar enfermedades como el alzhéimer o incluso predecir la propia muerte de un paciente podrían no tardar demasiado tiempo en convertirse en una realidad.