La falta de criterio de las familias para educar con la tecnología
El 25% de las familias españolas ya utiliza activamente el móvil o Internet como herramientas pedagógicas. Los expertos alertan de la falta de planificación
Son herramientas novedosas y con gran potencial, pero que deben ser utilizadas bajo una serie de pautas no siempre conocidas. Internet y los dispositivos móviles, elementos ya imprescindibles en nuestras rutinas, también se han incorporado a los procesos educativos en el entorno familiar. En torno a una de cada cuatro familias españolas los utiliza. El problema es que la mayoría lo hace sin un criterio adecuado, explica Antoni Aguilar, director de la Escuela Pía de Mataró (Barcelona) y experto en tecnología aplicada a la educación.
Si la proporción entre los padres es de uno de cada cuatro, en el caso de los abuelos estas herramientas también son cada vez más comunes –en torno a uno de cada diez abuelos las utiliza con sus nietos. La problemática sin embargo es idéntica: ¿utilizan bien las familias las nuevas tecnologías para educar a sus hijos?
Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 26,4% de padres y madres de entre 35 y 44 años que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) consideran que internet y los diferentes dispositivos móviles «le sirven mucho o bastante para educar». Una opinión compartida por el 21,7% de los padres de 45 a 54 años. Con todo, aún son mayoría entre el conjunto de los adultos los que considera inadecuadas estas palancas (36,9%). “Estos datos indican que las familias han incorporado, en menor o mayor medida, las tecnologías a su vida y a la de sus hijos», señala Aguilar. Quien advierte sin embargo que «esta incorporación de dispositivos no viene acompañada de consejos y guías para poder hacer un uso libre, adecuado y crítico que pueda responder a las necesidades y deseos reales de familias, niños y adolescentes».
De todas formas Aguilar señala cómo ya existen pautas que pueden servir de referencia para padres y abuelos. “En los últimos tiempos han proliferado guías y tutoriales realizados por parte de las diferentes instituciones que trabajan en torno a los niños y jóvenes y que pretenden ocupar este vacío”, apunta.
Educar con herramientas TIC: el 37% de los adultos las considera inadecuadas
Xavier Serra, jefe de Proyectos de Secundaria en la Escuela Pía Granollers (Barcelona), detalla otras ventajas que las familias ven como positivas vinculadas a las herramientas TIC como son “el aprendizaje indirecto del inglés asociado a los vídeos, juegos y aplicaciones” o el aprendizaje de “herramientas de edición que permiten a muchos niños desarrollar y hacer visible su talento artístico y creativo». «También ven la posibilidad de desarrollar la inteligencia computacional y programar desde muy pequeños, ser un aliado a la hora de estudiar en casa o ayudar a los hijos a entender los contenidos a partir de la suscripción a varios canales de Youtube de carácter educativo», concluye Serra.
Acceso prematuro
Más allá de las cauciones pedagógicas pertinentes, los datos sobre el uso de herramientas tecnológicas entre la población joven son tozudos. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Internet y, sobre todo, el ordenador, son utilizados de manera mayoritaria en edades anteriores a los 10 años, mientras que la disposición de teléfono móvil se incrementa significativamente a partir de los 10 años, hasta alcanzar el 93,9% en la población de 15 años.
Tal y como recuerda Aguilar, este acceso prematuro a las tecnologías y a las redes sociales ha llevado conflictos en algunas familias. sin que, en la mayoría de los casos, tengan la capacidad de gestionarla», afirma Aguilar.
Nuevas tecnologías: «Hemos dado a nuestros niños herramientas muy potentes y les hemos cargado de mucha responsabilidad»
Este experto cree que el papel de la familia y la escuela, por este orden, resulta clave para «dotar de espíritu crítico a los jóvenes” y acompañarles para poder gestionar conscientemente los peligros y las oportunidades que les dan las nuevas tecnologías. «¿En qué momento debemos utilizarlas? ¿En qué cantidad? ¿Qué consecuencias tienen nuestras acciones en las redes? Estos y otros son elementos que requieren una profunda reflexión por parte de todos», propone Aguilar.