Netflix se consagra en los Oscar (aun sin el premio gordo)
Netflix gastó más dinero en promocionar 'Roma' que en producirla para conseguir el premio a la Mejor Película. No lo logró, pero se llevó tres estatuillas
La 91 edición de los premios Oscar ha consagrado la apuesta de Netflix por fichar grandes directores para disponer de una oferta cinematográfica exclusiva con las tres estatuillas que ha ganado Roma, dirigida por Alfonso Cuarón y producida por la plataforma. Pero el triunfo tiene un sabor amargo para el gigante del streaming: no ha conseguido el premio gordo, el de Mejor Película, que ha sido para Green Book, de Peter Farrelly, que también ha obtenido los galardones al Mejor Guión Original y el Mejor Actor Secundario (Mahershala Ali)
Roma, que acumulaba 10 nominaciones, se ha llevado tres: Mejor Director, Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Fotografía, también para Cuarón, que la asumió personalmente. Pero la apuesta de Netflix era muy alta. Tanto, que destinó a la carrera por los premios entre 25 y 30 millones de euros, según una estimación de The New York Times. Se trata de una cifra superior incluso al presupuesto de la película, estimado en 15 millones, y que resulta insólita para promocionar una película en blanco y negro y hablada en español y mixteco.
Que las productoras echen el resto en la promoción en busca de premios de la Academia es fácilmente explicable. Ganar el Oscar y, sobre todo, el que premia a la Mejor Película, supone, además de prestigio, una segunda carrera comercial, con el consiguiente aumento de ingresos en taquilla.
Pero no es el caso de Netflix, que estrena sus películas en su propia plataforma, y que en el caso de Roma ha efectuado un estreno en salas limitado, una condición necesaria para competir por los Oscar.
Apuesta estratégica
La compañía buscaba completar el círculo tras su triunfo con el mismo film en el festival de Venecia. La carrera de triunfos de Roma es la palanca de Netflix para conseguir respetabilidad en la guerra que le han declarado los exhibidores, de uñas por la competencia que supone la apuesta de la plataforma por la distribución cinematográfica por Internet, y que se tradujeron en un veto a la compañía en el último festival de Cannes.
Su triunfo a medias en los Oscar supone un paso más en esa dirección, pero deja a la empresa de Reed Hastings a medias. Su siguiente intento para hacer saltar la banca será con El irlandés, la nueva epopeya mafiosa de Martin Scorsese con Robert de Niro y Al Pacino, que ya está rodada y que es la gran apuesta cinematográfica de Netflix para 2019 y para la próxima temporada de premios.