Con este método de fabricación los objetos se crean suspendidos en gel
La impresión 4D denominada ‘Rapid Liquid Printing’ es una mejora respecto el proceso de impresión 3D por capas más habitual
La impresión líquida rápida (‘Rapid Liquid Printing’) puede producir objetos más o menos grandes de manera mucho más rápida que la impresión 3D convencional. Además este método desarrollado por investigadores del MIT supera algunas limitaciones de la impresión 3D y se libera parcialmente de la acción de la gravedad.
El método permite fabricar objetos tan grandes como una silla en cuestión de minutos
El hecho de que la fabricación de objetos sólidos o flexibles se realice en un recipiente lleno de gel significa que —a diferencia de lo que sucede con la impresión 3D— la impresión de una capa o una parte del objeto no se sustenta sobre la anterior. Esto ofrece una mayor velocidad de impresión y una enorme libertad para diseñar objetos.
Trazos ‘en el aire’ que se convierten en objetos al instante
Por tanto la fabricación o impresión en gel no se basa en la fabricación por capas, sino que unos cabezales robotizados dibujan en 3D en el líquido, libremente. «Su única limitación es el tamaño del tanque de gel», explican en Dezeen. Así es como resulta posible imprimir objetos tan grandes como una silla en cuestión de minutos.
La reacción química entre el cabezal y el gel es la que materializa los trazos en el gel —similar a la gomina para el pelo— solidificándolo. El objeto impreso adquiere su densidad final y preestablecida una vez la figura queda expuesta al aire. «Casi todos los procesos de impresión utilizan capas —explican los investigadores— y esas capas afectan a la estructura del material».
En cambio la impresión suspendida en líquido permite fabricar «formas mucho más complejas de lo que lo haría una impresora 3D convencional, ya que cada capa es sostenida por el gel sin necesidad de una capa «sólida» anterior la sostenga», explican en Fast Co.
BMW quiere incorporar la impresión impresión líquida en el interior de sus vehículos
Hace un par de años BMW mostró un prototipo de coche como parte de su iniciativa BMW Vision Next 100 —en referencia a cómo BMW creía que debían ser los coches de dentro de un siglo— cuyas formas exteriores podían cambiar de aspecto gracias al uso de materiales flexibles, controlados por ordenador.
Más recientemente el departamento de diseño de BMW, en colaboración con el Self-assembly Lab del MIT, ha desarrollado un material flexible que permite imprimir objetos inflables.
Gracias a esos materiales, explican, «los futuros interiores de los automóviles pueden interactuar y adaptarse a la perfección» con el conductor y los pasajeros del vehículo. «El objeto puede cambiar de forma dependiendo de la cantidad de presión de aire en el sistema.»
«Los controles neumáticos del sistema permiten que la estructura impresa cambie su forma, su función o sus características de rigidez,» lo que aplicado a los asientos significa, por ejemplo, ofrecer un confort y sujeción adecuada y adaptada en tiempo real a los movimientos del vehículos, o al tamaño y el peso del pasajero.