Los mapas inteligentes encuentran un filón en la industria del motor
La compra del servicio de navegación de Nokia por BMW, Audi y Mercedes refleja la necesidad de los fabricantes de controlar, cada vez más, una tecnología de última generación en continuo proceso de cambio
Renovarse o caer en el olvido. Esta semana se hizo pública la compra por parte de las grandes automovilísticas alemanas de Here, la filial de mapas digitales de la compañía finlandesa Nokia. Esta empresa (y su tecnología), quizás el único servicio de navegación capaz de sostenerle la mirada a Google desde que el gigante de internet se decidió a entrar en el negocio, pasa ahora a manos de Audi, BMW y Daimler-Benz (fabricante de Mercedes).
La operación no ha sorprendido en el sector. Por el lado del vendedor, forma parte de la transformación en la que está inmersa Nokia desde la venta a Microsoft de su división de móviles en 2014. Y por el del comprador, supone un paso lógico en las aspiraciones del coche alemán por no perder posiciones en la carrera del vehículo conectado, frente a los rivales asiáticos y estadounidenses.
Maniobras estratégicas
Los mapas inteligentes han encontrado un filón en la industria del motor, que precisa de una tecnología cada vez más compleja para conectar a conductor y vehículo con su entorno. «La compra de Here es una maniobra estratégica y a largo plazo», analiza Vicenç Aguilera, presidente del Clúster de la Indústria d’Automoció de Catalunya.
Un movimiento que permite a los fabricantes alemanes hacerse con un avanzado software y arrebatárselo a los candidatos que podrían haber pujado por él (se había hablado de Uber y Facebook). Con todas las ventajas que eso tiene en términos de desarrollo y exclusividad.
«Las grandes automovilísticas serán cada vez más coordinadores de tecnologías«, comenta Aguilera sobre la necesidad de contar con tecnologías punteras que hagan posibles servicios como la asistencia o la conducción autónoma y la prevención de riesgos en la carretera.
GPS de bolsillo
Los sistemas de navegación han sufrido una metamorfosis desde que la geolocalización llegó a los móviles. Su éxito en estos dispositivos se observó con claridad en diciembre de 2012, fecha en la que Google lanzó al mercado la aplicación nativa para iOS del famoso servicio de mapas y batió todos los récords: diez millones de descargas en dos días.
Al mismo tiempo que los grandes fabricantes lanzaban sus propios sistemas, multitud de pequeñas empresas ponían en el mercado aplicaciones que, con las diferentes variantes de cada programa, permitían al usuario tener en un avanzado GPS integrado en su smartphone. Sólo hay que recordar la relevancia alcanzada por Waze, el software de navegación asistida que funciona a través de la información que aportan los usuarios, y que le llevó a ser adquirida, cómo no, por la propia Google en 2013.
Transformación del negocio
¿Y dónde quedan los dispositivos GPS tradicionales? La misma premisa de las grandes multinacionales del motor es aplicable a las empresas que un día tuvieron el monopolio de aquellos aparatitos que se colocaban en la repisa del coche y parecían el futuro. Antes de la llegada del teléfono inteligente, compañías como la holandesa TomTom y la norteamericana Garmin lideraban un mercado que crecía a pasos agigantados.
Hoy, ambas se han transformado, pero sin dejar de lado el producto a través del que alcanzaron el éxito. La compañía con sede en Amsterdam trabaja ahora conjuntamente con diversos fabricantes en la mejora de la navegación integrada al vehículo, además de en la gestión a distancia de flotas de vehículos. Al mismo tiempo que sus apps siguen estando entre las más descargadas del mercado.
En el caso de la empresa estadounidense el cambio ha sido todavía mayor. Tal y como reconocen desde Garmin Iberia el foco del negocio está ahora puesto en los accesorios para deportistas provistos de la última tecnología (o wearables), como las pulseras de actividad y otros dispositivos para corredores, ciclistas o nadadores.
Valor añadido
Dentro de esta renovación, el GPS sigue teniendo cabida en el catálogo de la firma, pero a través de gadgets para un cliente que busca una funcionalidad específica –por ejemplo, aplicable a la navegación marítima– y «un valor añadido en el producto», en palabras de Vanessa Garrido, portavoz de la empresa en España.
La transformación de los mapas inteligentes ha convertido la navegación digital en un producto de consumo en el último lustro. Al mismo tiempo que variaba el rumbo de un negocio sobre el que es difícil hacer predicciones. Preguntado sobre el futuro de éste, Harold Goddijn, director ejecutivo de TomTom, declaraba no hace mucho: «Es difícil de predecir. Cinco años es un periodo de tiempo muy grande en el mundo de la electrónica de consumo».