Lo bio y lo ecológico nos confunde
Para la mayoría de los españoles, los alimentos bio, ecológicos y orgánicos son sinónimos. Y creen que son más saludables. Pero cerca del 75% no acepta pagar de más por ellos
En el lenguaje cotidiano se pueden llegar a confundir los términos bio, sostenible, orgánico y ecológico. Al menos para el 64% de la población, que cree que estas denominaciones ‘son muy parecidas’. Y dos de cada diez personas directamente opinan que significan lo mismo.
En un estudio encarado por Unilever, se revela que el 41% cree que los productos ecológicos son realmente más naturales, e inclusive 7 de cada 10 considera que es importante que los productos sean ecológicos. Sin embargo, al momento de tocar el bolsillo, casi todos se echan para atrás: el 73% piensa que no vale la pena pagar más por este tipo de alimentos.
Parecidos no quiere decir que sean iguales
¿Pero qué significa cada denominación? Aunque la Comunidad Europea plantea estos términos como sinónimos, cada uno hace referencia a características diferentes del proceso de producción.
Ecológicos: son los alimentos que proceden de un ámbito natural, y que siguen en él durante las etapas de crecimiento y producción. Por ejemplo, que se siembran con semillas ecológicas, con suelos sin fertilizantes químicos y regado con aguas sin contaminar. En el caso de la ganadería, que los animales sean criados con alimentos naturales, en ámbitos descontaminados y que no ingieran hormonas de crecimiento ni antibióticos.
Bio: son los productos que no han sido alterados genéticamente, o sea, que en su proceso no hubo ningún laboratorio que haya modificado el fruto o la carne para lograr una mayor duración, potenciar el sabor, presentar un mejor color o volumen.
Orgánicos: esta denominación puntualiza el estado de pureza de los ingredientes o de sus etapas de crecimiento. O sea, que no tuvo una ayuda química de pesticidas o fertilizantes para lograr su crecimiento. Pero cuidado, porque no todos los alimentos orgánicos son ‘bio’, ya que podrían no contener químicos pero sí haber sido manipulados genéticamente, como las uvas para elaborar un cava, o el cacao para producir un chocolate.
Sostenible: este término es mucho más amplio, porque no sólo se refiere a las condiciones de producción alimentaria, sino también al respeto al medio ambiente, y a que las condiciones económicas sean justas para los productores.