Las aplicaciones para ligar dejan al descubierto la intimidad de sus usuarios
Un error en Happn muestra durante horas la ubicación exacta de la comunidad, un caso paralelo al que ha vivido Grinder
Las miradas en una biblioteca, conversaciones en bar, sonrisas en el metro… la forma tradicional de ligar está en horas bajas. Ahora se llevan las aplicaciones para conocer gente, concretar una cita y huir del local o quedarse en caso de que exista feeling. El problema de la innovación tecnológica en este campo es la privacidad. El debate está más vivo que nunca tras descubrirse un fallo en una de las plataformas estrella, Happn, que ha disparado las alarmas en Francia.
Los galos (especialmente los parisinos) son muy activos en esta especie de red social que informa, previo registro, de las personas con las que alguien se cruza por la calle y también son usuarios de la aplicación. Una vez se dispone de la lista, los miembros de la comunidad pueden revisar los perfiles y escoger a los más interesantes para empezar a chatear. Sólo si el otro también está dispuesto a dar el paso.
Descubrir la ubicación exacta de un usuario
El fallo en el sistema ha alterado este funcionamiento. Durante un lapso de tiempo, los usuarios pudieron ver dónde se encontraban exactamente el resto de miembros de la comunidad, que está formada por dos millones de inscritos y, de ellos, más de 700.000 activos al mes.
Los responsables de Happn afirman que el error se subsanó en menos de 24 horas. Pero el mal a su imagen ya estaba hecho. Las quejas por el daño a su privacidad y por las situaciones a las que abocaba la brecha en el sistema han propiciado bajas. La compañía no ha facilitado los números en los que se concreta la crisis.
Grinder, la aplicación destinada a los gays
Algo parecido le ocurrió a Grinder, una aplicación con un perfil similar dedicada a un sólo público: el gay. Sus agujeros en la seguridad (en la geolocalización y protección de los chat) han derivado en situaciones verdaderamente peligrosas para sus usuarios.
La homosexualidad aún está perseguida en países como Rusia, Egipto, Arabia Saudí o Zimbawe. Allí ha llegado la aplicación y su comunidad disfruta por una parte de una vía de escape a un contexto de opresión pero ha jugado malas pasadas a sus miembros. Algunos de ellos han tenido que enfrentarse a sanciones al ser descubiertos por la aplicación.
Debate abierto
Los responsables de Grinder decidieron directamente deshabilitar la geolocalización en estos territorios bajo el precepto de la «responsabilidad social».
Por el momento, siguen operando en todas las regiones. De cara a la galería, han conseguido dar carpetazo a un momento de crisis. Con todo, el debate sobre la seguridad en estas plataformas sigue abierto.