La viuda de Steve Jobs invierte en el ‘nuevo Concorde’
Boom Supersonic, que aspira a recuperar los vuelos supersónicos, cierra una nueva ronda de financiación encabezada por Laurene Powell Jobs
Fundada en 2014, la startup Boom Technology trabaja en el desarrollo de un avión supersónico denominado Overture, que es capaz de volar a 2.335 km/h (o Mach 2,2; más de dos veces la velocidad del sonido) con 55 pasajeros a bordo y a una distancia de 8.334 kilómetros sin escalas.
Recientemente la compañía ha cerrado una nueva ronda de financiación de 100 millones de dólares de un grupo de inversores liderado por Emerson Collective, una organización fundada en 2004 por Laurene Powell Jobs, viuda del cofundador de Apple Steve Jobs.
Boom Supersonic tiene el compromiso de Virgin Atlantic, la aerolínea de Richard Branson, de adquirir al menos una decena de estas aeronaves, y Japan Airlines, que ha invertido 10 millones de dólares, también se postula como cliente de Boom. En total Boom tiene comprometidas una treintena de aeronaves.
El «Baby Boom» volará en 2019
Si todo va según lo previsto este mismo año volará el prototipo XB-1. Conocido como «Baby Boom», el XB-1 es una versión biplaza y con un tercio del tamaño del Boom Overture. El XB-1 será «clave» para validar las tecnologías que se aplicarán al modelo comercial, y permitirá «refinar los diseños e ingeniería, probar tecnologías supersónicas esenciales y garantizar la eficiencia, la seguridad y la fiabilidad» de la aeronave, dicen desde Boom.
El prototipo XB-1. Fotografía: Boom Technology
El avión supersónico Boom Overture tiene una configuración de ala delta muy similar a la aeronave anglofrancesa Concorde (que voló entre 1969 y 2003) y su equivalente rusa, el Tupolev Tu-144. El Overture sería la tercera aeronave comercial de vuelo supersónico en la historia de la aviación.
El resurgir del interés por los vuelos supersónicos
Aunque el vuelo supersónico comercial se desarrolló hace más de 50 años, las normativas relacionadas con la eficiencia, las emisiones y la contaminación acústica, unido a los costes de desarrollo y explotación, llevaron a la industria aerocomercial a decantarse por los vuelos subsónicos.
Sin embargo, en los últimos años, los nuevos materiales y tecnologías y los avances en ingeniería están propiciando un resurgir del interés por los vuelos comerciales supersónicos o SST (‘Super Sonic Transport’). La NASA también trabaja en el desarrollo de un SST en colaboración con Lockheed Martin.
Fotografía: Boom Technology
Los vuelos comerciales supersónicos se enfrentan sin embargo a numerosos desafíos técnicos pero también normativos: actualmente están prohibidos tanto en EE UU como en Europa, «y si eso no se puede cambiar cualquier avión comercial supersónico será inviable económicamente», dicen en Air & Space.
Además se calcula que los vuelos supersónicos superarán los límites de emisiones de CO2 en un 70 por ciento, y que consumirán entre cinco y siete veces más combustible por pasajero que las aeronaves subsónicas en rutas equivalentes. Tampoco cumplirían las normas actuales relativas al ruido producido durante las maniobras de aterrizaje y despegue.
Un avión supersónico «silencioso y eficiente»
Boom asegura que, cuando vuele en 2023, el Overture será un avión supersónico diseñado para maximizar la eficiencia y reducir la explosión sónica (la onda de choque sonora que se produce al superar la velocidad del sonido) «a una treintava parte de la del Concorde.»
El consumo de combustible y las emisiones por pasajero serán «similares a las de la clase Business en aeronaves convencionales» gracias a sus motores turbofan y a las tecnologías desarrolladas en las últimas décadas.
En cuanto al ruido producido durante las maniobras de aterrizaje y despegue Bloom asegura que Overture es «bastante pequeño» (un 75 por ciento del tamaño de un Concorde, y casi la mitad de pasajeros) y dado que los límites de ruido en el despegue y en el aterrizaje «se establecen en función del peso de la aeronave, en realidad nuestra aeronave será más silenciosa que muchos de los aviones que vuelan hoy en día.»
Madrid-Nueva York en tres horas y media (y no en siete)
Las ventajas comerciales de los vuelos supersónicos destacan por el ahorro de tiempo: un vuelo transatlántico de casi ocho horas se reduce a algo más de tres horas con el vuelo supersónico.
Eso sí, a un precio: Bloom asegura que, aunque los precios de los billetes los fijarán las compañías aéreas, el Overture está diseñado para que su explotación comercial sea rentable aplicando tarifas «similares» a las que se aplican actualmente en las clases Business. «Nuestra misión es reducir los costes operativos para hacer que los vuelos supersónicos sean aún más asequibles y accesibles», aseguran.