La expansión del Internet de las Cosas colapsará la red wifi
En cinco años en el mundo habrá 50.000 millones de dispositivos conectados, lo que peligra la fluidez en la transmisión de datos
Los expertos vaticinan que la nueva revolución tecnológica será protagonizada por el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que no es otra cosa que la conexión inalámbrica de toda clase de dispositivos: desde coches a refrigeradores, de impresoras a móviles o relojes inteligentes. Y todas estas conexiones viajan por una misma autopista: las redes inalámbricas, o sea, el popular wifi.
Se calcula que dentro de cuatro o cinco años habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados a Internet, una media de siete dispositivos por habitante. Suena fantástico, de no ser porque semejante volumen puede colapsar las redes inalámbricas.
Así lo advierten los investigadores del grupo Wireless Networks Research Group (Wine) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), perteneciente a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En una entrada que han colgado en el blog del Internet of Things (IoT) Solutions World Congress -el congreso mundial de este sector que se ha celebrado en Barcelona-, describen que si bien habrá importantes mejoras tecnológicas con la expansión del IoT, se crearán importantes problemas por la conectividad masiva.
«Muchas empresas que operan con la tecnología inalámbrica quieren utilizar las bandas de libre utilización, aquellas por donde cualquier persona puede transmitir libremente y por las que opera la tecnología Wi-Fi» dicen Xavi Vilasojana, investigador principal del Wine y exprofesor visitante de la Universidad de Berkeley.
Por ello desde este centro de investigación reclaman que los gobiernos y las empresas implicadas pongan en marcha regulaciones para evitar la congestión de las bandas de comunicación, y que la redes wifi no mueran de éxito en un plazo cercano.
El lado siniestro del IoT
Pero esta es uno de los problemas a la vista. Hace una semana, varios ataques informáticos habían tumbado los servidores de Twitter, The New York Times y Spotify, y la mecánica había sido mediante la saturación de servidores con una oleada de demandas de acceso falsas.
Pero para no ser detectados, los ciber piratas no habían usado las redes de ordenadores, sino diversos dispositivos conectados a wifi, que generaron estos pedidos falsos desde un malware (programa informático malicioso).
La poca seguridad en las conexiones de estos productos es el nuevo desafío de gobiernos y empresas. Nadie afirma que un ataque similar no vuelva a suceder en un plazo cercano. Y ya lo había advertido Telefónica en el informe «Alcance, escala y riesgos sin precedentes: asegurar el Internet de las cosas (IoT)». Cuando fue presentado en sociedad, John Moor, (director de The Internet of Things Security Foundation) dijo»si no tenemos cuidado podemos meternos en problemas sin darnos cuenta. Y algunos de ellos, sin precedentes». Dicho y hecho.