Los farmacéuticos alertan de que hay etiquetas que matan (literalmente)
Centenares de medicamentos se presentan en envases similares, lo que causa graves problemas si se administra de forma incorrecta
Alfredo Montero, farmacéutico del Hospital Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife), hace cuatro años tuvo en sus manos dos medicamentos: Vincristina y Metotrexato. El primero es un antitumoral y sólo se puede administrar por vía intravenosa, mientras que el segundo se utiliza por vía intratecal conjuntamente con un corticoide para tratar diversas leucemias y linfomas.
El problema, detectó Montero, es que el diseño gráfico de los envases es tan parecido que puede confundir: mismos colores, similares tipografías, y un descuido puede ser muy peligroso: si la Vincristina se administra por vía intratecal (el espacio que rodea la médula espinal) “tiene un 100% de mortalidad”, dice.
Cuando este farmacéutico subió la foto de los dos medicamentos a Twitter le respondió Sergio Plata, farmacéutico en el Complejo Hospitalario de Albacete. Y luego se le sumó Javier Arenas, también farmacéutico en el Hospital Costa del Sol de Marbella. Entre los tres impulsan la web ‘Stop errores de medicación’, que entre varias consignas instan que los laboratorios presenten sus medicamentos en forma más clara y con diseños gráficos más precisos para evitar confusiones.
OMS: los errores de medicación causan un perjuicio de 42.000 millones de dólares anuales en el mundo
Al poco tiempo comenzaron a recibir más contribuciones de profesionales y usuarios, y en su web se pueden ver numerosos ejemplos de medicamentos diferentes pero de presentación similar: por ejemplo el famoso Paracetamol (antipirético para reducir la fiebre) y el Lormetazepam (hipnótico usado para dormir) tienen presentaciones tan parecidas, que asusta pensar qué puede pasar si una persona consume el hipnótico cuando en realidad quiere bajar el decaimiento por la fiebre.
Vincristina y Metotrexato. La confusión por administrar en forma incorrecta puede ser fatal. Foto: Stop errores de medicación
Diseños más seguros
En esta plataforma impulsaron una campaña por Change.org para “que España disponga de un documento oficial donde se establezcan las recomendaciones sobre prácticas seguras en el diseño del envasado y etiquetado de medicamentos”.
La campaña se inició hace dos años, tiene 73.000 firmantes ningún organismo se ha puesto en contacto para activar la solicitud. Solamente el partido Compromís ha presentado en las Cortes Valencianas una proposición no de ley que insta a la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) y al Ministerio de Sanidad que elaboren una guía de buenas prácticas que evite la isoapariencia.
El poco valor al diseño gráfico
El nombre ‘isoapariencia’ fue acuñado en España, pero María José Otero, jefa del servicio de farmacia del Hospital Universitario de Salamanca prefiere hablar de “similitud en la apariencia de los medicamentos”. O lo que en inglés se conoce como ‘look alike’.
Otero es la directora del Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP), una filial del Institute for Safe Medication Practices, una organización que promueve la seguridad en la utilización de los medicamentos. Esta entidad trabaja en España desde 1999 advirtiendo sobre la confusión de los envases a los profesionales sanitarios y a los pacientes, y «trabajando estrechamente con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, y con otras organizaciones internacionales que buscan resolver este problema a nivel mundial». En esta institución exhiben numerosas quejas de presentaciones que inducen a errores y en algunas ocasiones, “ocho a diez veces al año”, los laboratorios responden y modifican las cajas o blísters.
Alfredo Montero: «Los laboratorios tienen rienda suelta para que diseñen las presentaciones a su gusto»
Según Otero, el problema de los envases similares es que “los laboratorios quieren mantener una imagen corporativa y no son conscientes que muchas veces contradicen la seguridad en la utilización, o confunden a la persona cuando quiere identificar correctamente un producto”. “Los laboratorios, al tema del etiquetado, siempre lo han dejado en un segundo plano”, agrega.
Ibuprofeno, para bajar la fiebre y Bisoprolol cinfa, para patologías cardiovasculares. Foto: Stop errores de medicación
Para Montero, el problema reside en que “la legislación no es exhaustiva en la presentación gráfica, donde se da rienda suelta a los laboratorios que diseñen a su gusto”. El problema no reside tanto en los profesionales, sino en los consumidores, sobre todo en las personas mayores, que suelen tener un gran stock de medicamentos guardados y que pueden confundirse por la similitud en los envases.
La otra cara: los genéricos
Los medicamentos genéricos son el reverso del problema: como tienen principios activos iguales entre sí, deberían presentarse en envases lo más parecidos posibles. Pero cada laboratorio tiene su imagen y no hay un patrón gráfico que los agrupe. Como se ve en la imagen, los dos de arriba contienen Omeprazol (antiulceroso) y los dos de abajo Metformina (antidiabético), pero sus presentaciones son totalmente diferentes.
Genéricos similares, presentacions diferentes: medicamentos con Omeprazol (antiulceroso) y con Metformina (antidiabético). Foto: Stop errores de medicación.
Un tercer problema, más complejo, sucede con las ampollas: el espacio para presentar un diseño gráfico diverso es muy limitado, y por razones de coste, en España se prefiere serigrafiar el envase antes que colocarle una etiqueta, precisa Otero. Apenas una pequeña indicación revela la diferencia de dosis entre una u otra, y las confusiones suceden cuando por equivocación se mezclan las cajas donde se guardan estos medicamentos, indica esta profesional.
Noradrenalina y Solinitrina: ampollas similares de dos soluciones distintas. Foto: ISMP
Letras mayúsculas para más claridad
Y un cuarto factor de confusión son los medicamentos que, por casualidad o porque contienen los mismos componentes, tienen nombres muy similares. El ISMP y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (COF) tienen un banco de datos con 350 pares de nombres parecidos, entre marcas comerciales (como Sumial y Luminal), nombres de principios activos (por ejemplo, dopamina y dobutamina), aunque también entre nombres comerciales y de principios (por ejemplo, Rohipnol y ropinirol).
Los genéricos de diferentes marcas deberían tener envases similares, para que el consumidor asimile que son los mismos principios activos
Para evitar problemas al ser leído en forma rápida o pronunciado en forma poco clara, muchas farmacias hospitalarias recurren a poner en letras mayúsculas la parte de los fármacos. Por ejemplo, dos antitumorales como la citada Vincristina y Vinblastina (cuya confusión de dosis puede provocar una reacción mortal) se podrían presentar, en forma comercial, como vinCRIstina y vinBLAstina.
No hay estadísticas en España de cuántos problemas causan los medicamentos administrados en forma confusa, pero en el mundo el coste mundial asociado a los errores de medicación se estima en 42.000 millones de dólares, según la Organización Mundial de la Salud. Por ello el ISMP de España trabaja junto a esta entidad en un programa para que en cinco años se reduzcan en un 50% los daños graves y evitables asociados a los medicamentos.
“La idea es que la presentación (en los medicamentos) sea tan clara como cuando compras una Coca-Cola: puede ser light, zero, la común, la que sea, pero sabes que siempre será una Coca-Cola”, dice Otero.