La app ¿Tienes sal? seduce a 33.000 vecinos españoles
La app ¿Tienes sal?, inspirada en una plataforma alemana similar, opera en Madrid y Barcelona con el objetivo de poner en contacto a los vecinos
Quedar con vecinos del barrio para tomar unas cañas, ofrecerse para pasear perros o recomendar la mejor pizzería de la zona son algunos de los usos de la aplicación móvil ¿Tienes sal?, que pretende recuperar la fuerza de las redes vecinales de antaño.
«Se está perdiendo la ayuda vecinal y el contacto con la gente que tienes más cerca», lamenta Sonia Alonso, cofundadora de la aplicación en España. Recuerda que de pequeña su madre la dejaba al cuidado de vecinos a los que también entregaba una copia de las llaves de casa, y cuando iban por la calle conocían «a todo el mundo», algo que dice que ya no es habitual.
Por ello, decidió importar una herramienta encaminada a tejer redes vecinales que ya lleva tres años funcionando «muy bien» en Alemania, donde la conoció a través de una amiga. El proyecto comenzó en Madrid en junio y en Barcelona un poco más tarde, en septiembre.
En la ciudad condal como en la capital lleva el nombre de ¿Tienes sal?, una frase recurrente entre vecinos que puede llegar a ser el punto de arranque de una amistad.
Una app para contactar con los vecinos
Uno de los objetivos de la aplicación es precisamente poner en contacto a vecinos de un mismo barrio o cercanos para intercambiar favores, hacer recomendaciones o quedar para charlar y compartir aficiones comunes. La diferencia es que la primera toma de contacto no es a través del timbre de la puerta o del telefonillo, sino del teléfono móvil.
«Intentamos que la gente no se meta solo en la pantalla, sino que sea una forma de romper el hielo para que después ocurran cosas reales», dice Sonia. La aplicación, con alrededor de 33.000 usuarios registrados, tiene 120 vecindarios activos en Madrid y 66 en Barcelona que no siempre coinciden con la delimitación geográfica o los nombres de barrios o distritos.
El funcionamiento es parecido al de muchas redes sociales: los vecinos pueden publicar información o preguntas en un muro que leen todos los inscritos de la zona y también pueden mandar mensajes privados a usuarios concretos. La creación de eventos y la creación de listados de organizaciones y comercios locales son otras de las opciones que ofrece ¿Tienes sal?.
La app da la posibilidad de crear grupos específicos para personas interesadas en quedar para tomar cañas, salir a correr, practicar inglés o recoger medicamentos para donar. Por ejemplo, Margarita, de 64 años, creó un grupo para mayores interesados en viajar o hacer planes por el barrio, algo que le resulta difícil pese a llevar viviendo cerca de 30 años en la zona.
«No siempre tengo amigos disponibles porque tienen compromisos familiares», explica esta vecina de la zona de Canal, en Madrid, divorciada y con una hija independizada. Asegura que la edad no es un impedimento para unirse a la red, pues está familiarizada con las nuevas tecnologías.
¿Tienes sal?, para todas las edades
A sus 65 años, Antonio también dio el paso de registrarse en ¿Tienes sal?, una aplicación que conoció a través de una hoja informativa depositada en su buzón, como la mayoría de los vecinos consultados. «Me gustó la idea porque buscaba fomentar la vecindad», dice este vecino de Puerta del Ángel que creó un grupo para compartir lecturas e intercambiar libros.
Pese a que hay casos de usuarios como Margarita y Antonio, lo habitual es encontrar a gente de menos edad, como Carlos, de 27 años, que llegó a vivir a Madrid en mayo y para el que esta app es una buena vía para conocer gente o pedir favores. «Acabo de pedir que me dejen una olla exprés porque quiero cocinar rabo de toro y me haría falta», comenta el joven.
David, un vecino madrileño de 40 años de la zona de Arapiles, cree que esta aplicación es una buena forma de «hacer barrio», algo que para la cofundadora de ¿Tienes sal? cada vez es más difícil en las grandes ciudades, donde hay mucho movimiento de personas que cambian de barrio o van a vivir al extranjero, pero también «mucha desconfianza».
«Hemos desaprendido a confiar en el otro y a apoyarnos en la gente que está más cerca, pero hay muchas ganas de recuperar esto», sostiene Sonia, que ha recibido peticiones para llevar la aplicación a ciudades como Alicante, Zaragoza o León.