La alarma doméstica Nest tiene micrófono y Google olvidó mencionarlo
Google reconoce el error y dice que "nunca lo consideró secreto", en un momento de creciente desconfianza de los consumidores hacia las grandes tecnológicas
La pasada incorporación del Asistente de Google en la alarma doméstica Nest Secure ha hecho saltar las alarmas entre algunos usuarios al evidenciar la existencia de un micrófono en el dispositivos, algo que al parecer no constaba en sus especificaciones
La incorporación del Asistente de Google en múltiples dispositivos, desde sistemas de seguridad, camas, altavoces, routers y hasta productos de cocina, incluye que, más allá de la compatibilidad, muchos de ellos pueden convertirse en altavoces inteligentes.
Pero para que algunos de esos dispositivos funcionen, más allá de la compatibilidad con el asistente digital también como altavoces inteligentes, esos dispositivos tienen que ser capaces de «escuchar» las peticiones y órdenes del usuario. Y para eso es necesario que tenga un micrófono.
Precisamente un micrófono es lo que se ha descubierto ahora que incorpora el sistema de seguridad y alarma doméstica Nest Secure (que no se vende en España) tras la actualización que lo convierte en un altavoz inteligente. El problema: Google «olvidó» mencionar la existencia de ese micrófono al publicitar Nest Secure, y tampoco se indicaba en sus especificaciones técnicas según Business Insider.
Google reconoce su «error»
Esto significa que muchos usuarios han instalado ese dispositivo en casa sin saber de la existencia del micrófono, que en teoría se utiliza a modo de «sensor» para detectar sonidos, como la rotura de una ventana.
Sin embargo según Google, el micrófono «nunca está funcionando salvo que lo active el usuario.» En declaraciones a Business Insider Google reconoce el «error». «Aún así —dice la publicación— aunque Google incluyera el micrófono en su dispositivo Nest Guard para futuras actualizaciones —como su integración con Google Assistant— la noticia llega en un momento en que los consumidores desconfían cada vez más de las grandes empresas tecnológicas y de su compromiso con la privacidad de los consumidores.»