¿Es seguro hablar por el móvil? (y III)
Las empresas del Ibex consideran una amenaza real el espionaje a través de teléfonos y 'tabletas'
¿Espió Argentina los teléfonos de Antoni Brufau antes, durante y después de la expropiación de YPF a Repsol? La mera posibilidad supone un riesgo demasiado elevado para las multinacionales que operan en sectores estratégicos y en países con la tecnología apropiada para husmear en las comunicaciones de las grandes corporaciones. Por ello invierten para minimizar la amenaza.
Los intentos de pinchazos así como el acceso no autorizado a datos confidenciales a través de los dispositivos móviles están a la orden del día, aunque no los ampare un juez como exige la legislación española. Tanto es así, que las empresas del Ibex gastan entre 100 y 150 millones de euros al año en proteger a sus directivos.
Las grandes conspiraciones se dan en casos muy contados. La mayor preocupación de los responsables de la seguridad es que se suplante la personalidad de los primeros ejecutivos y que se transmitan órdenes falsas desde sus teléfonos hacia el resto de la compañía o grupos de interés. Otra de las inquietudes es que la competencia logre información privilegiada.
La solución
De media, las licencias de las soluciones tecnológicas para proteger las conversaciones, las videoconferencias y los mensajes cuestan entre tres y seis millones de euros al año, dependiendo del número de directivos susceptibles de ser blindados. No es el único factor que cuenta en el precio, pero la discreción sobre estos productos es máxima.
Indra es uno de los mayores proveedores. Ofrece paquetes a medida a cada compañía y sus ventas han crecido en los últimos dos años, según fuentes del mercado. La firma no ha facilitado ningún dato. Sin embargo, sí ha trascendido que para que el sistema (ofrecido por la multinacional tecnológica así como por sus competidores internacionales) sea eficaz, las dos personas que hablan o comparten datos tienen que estar protegidas. Si no, habrá brechas de seguridad.
Líneas seguras
La propuesta, en esencia, permite encriptar con algoritmos más complejos lo que se comunican el presidente de una compañía y su consejero delegado, por ejemplo. Asimismo se disponen de medidas de prevención de salida de información no autorizada y controles específicos que alertan ante intentos de acceso no autorizado a las cuentas de correo configuradas en teléfonos o tabletas, explica un usuario.
Los cortafuegos y la codificación de las conversaciones afectan a los terminales porque las líneas seguras no existen. Las operadoras de telefonía móvil ofrecen el mismo rango de frecuencias para todos sus clientes, de modo que son vulnerables en igual medida. Por esta razón, la comercialización de las soluciones de seguridad se realiza en paquetes que parten del medio centenar de terminales, aunque en los casos más extremos, como el de Telefónica alcanza los 500 directivos. Los de César Alierta son los más protegidos.
Los ‘privilegiados’
Su proveedor de seguridad ha diseñado un software ad hoc que se despliega en un campo de frecuencias reservado, aunque idéntico al resto. La ventaja añadida es que ese paso sólo se comparte con las comunicaciones civiles de segundo escalafón del gobierno español. Los militares brindan sus sistemas a la presidencia del gobierno y a la jefatura del Estado, así como a los ministros. El coste anual que supone este programa para Defensa es de 15 millones de euros. En proporción, se trata de la opción más cara, pero la más infalible.
Las empresas que operan en sectores estratégicos como el de las telecomunicaciones, las energías y los transportes firman las mayores licencias de protección con los desarrolladores, copan prácticamente el 60% del presupuesto conjunto de las ibex. Pero un mercado pujante entre los compradores de seguridad para móviles es el de las entidades financieras.
La banca, nicho creciente
Los grandes bancos y fondos de inversión internacionales están sometidos a la lupa de los gobiernos. Sin ir más lejos, el Ministerio de Defensa mantiene una unidad a través del Centro de Inteligencia destinada a predecir amenazas económicas. Su trabajo consiste en captar datos que hagan prever el comportamiento de los inversores, por ejemplo, ante las emisiones de deuda soberana, entre otros aspectos financieros.
Los agentes destinados a este cometido tuvieron su punta de trabajo durante el verano. El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio órdenes específicas de obtener datos para prever el comportamiento de la prima de riesgo. Defensa no ha confirmado este extremo, aunque Moncloa dispone de información privilegiada relativa a los mercados. Los inversores institucionales y los banqueros internacionales tienen al acecho la mayor capacidad tecnológica de los estados; pero las soluciones de protección también se adaptan a las pymes.
Todo empieza por el terminal, aseguran los expertos, y pocos grandes ejecutivos utilizan un iPhone.