‘Els mandarins’, el nervio del buen periodista

Lo más destacable de Els mandarins, el libro que el ex director de El Periódico y actual columnista de La Vanguardia, Rafael Nadal, acaba de publicar es su estilo. No es normal encontrarse con un dominio del ritmo, una precisión y una capacidad de observación como las que el lector encuentra en las páginas de esta crónica, que abunda en el género del retrato como coartada periodística. En esa búsqueda de lo auténtico sobre lo superfluo, en esa economía de términos, en esa captación del detalle que pueda simbolizar una actitud, una vida, una profesión… se adivina el nervio de un buen periodista. Y “Rafa” Nadal ante todo es un muy buen periodista.

Más allá de ese placer, Els mandarins nos permite conocer de primerísima mano anécdotas que retratan a los personajes que han presidido la vida de Catalunya desde la transición: Pujol, Maragall, Montilla, Prenafeta, el editor Antonio Asensio, Laporta…, también el Rey o Javier de la Rosa, y algunas guindas como François Mitterand o Naguib Mahfuz, por lo que a la calidad de la escritura y la trascendencia de los personajes habría que añadir el morbo curioso que aporta acceder a momentos privados que no salen normalmente descritos en las crónicas periodísticas.

No se pierdan por favor el retrato demoledor que Nadal hace de Montilla: 30 segundos eternos que de haberse hecho públicos a buen seguro podrían haber acortado la anterior legislatura autonómica, o la invectiva entre platos de pasta italiana contra José Zaragoza, o la mala uva destilada sobre Zapatero… todo ello muy alejado del tono distante que emplea sobre los otros protagonistas del libro. Y tampoco se pierdan, me agradecerán este consejo, la deliciosa anécdota en la que el fallecido editor del grupo Zeta, Antonio Asensio, descubre lo que es la imagen y le explica al común amigo Arturo San Agustín.