El vacío legal de los drones retrasa aún más su implantación
Las aeronaves sólo pueden usarse fuera del núcleo urbano y con fines no comerciales
El futuro tecnológico pasa por los drones. Algunas de las funciones de estas aeronaves teledirigidas van desde la atención a enfermos, imponer multas, llevar comida, controlar situaciones de riesgo como incendios o realizar acciones de seguridad y vigilancia.
El uso de drones irrumpe directamente en la parcela privada de las personas. Existe un vacío legal que establece criterios de uso, aunque aún no están definidos del todo, que navega a la deriva entre el uso de drones en ciertos lugares para fines no comerciales pero que no resulten invasivos con las personas.
La ley 18/2014 dedicada expresamente a los drones limita el uso de éstos a las actividades científicas y técnicas, siempre que se lleven a cabo fuera de espacios urbanos, sin aglomeraciones ni edificios para no involucrar a viandantes que se encuentren al aire libre.
Por otro lado, el decreto provisional aprobado por el Ministerio de Fomento estima que todo aquel que quiera manejar un dron deberá poseer licencia de piloto o superar un curso específico en un centro homologado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
El secreto de la gallina de los huevos de oro
Juan Simó, director tecnológico de Astreus Aerial Cinema, asegura que se trata de una industria tecnológica que moverá cifras billonarias en los próximos años. «Esta tecnología plantea desafíos en lo relativo a la seguridad del espacio aéreo, protección frente a posibles caídas de aparatos, y respecto a la privacidad» apunta.
Carlos Gómez-Taylor, socio del bufete de abogados Cuatrecasas Gonçalves Pereira, considera que «se trata de un área pendiente de regulación específica». La razón es que son aparatos no tripulados por personas que sobrevuelan espacios geológicos de difícil acceso de cualquier otra forma.
Por ahora los únicos drones que pueden volar sin tener problemas legales son los que se utilizan con fines deportivos o lúdicos, porque se consideran aeromodelos y su actividad está regulada por la Real Federación Aeronáutica de España. De tener un uso comercial, ya se les pasa a considerar drones.
2015, año de las innovaciones
Si en algo destaca el pasado 2014 es en el descubrimiento y proliferación de los drones, en 2015 el desarrollo tecnológico se acentuará en el avance del uso y perfeccionamiento de los drones.
Por sus múltiples usos y por los avances que supondría su implementación en la sociedad de las tecnologías. Según Simó, aportarían «múltiples ventajas a las tareas de inspección, salvamento y hasta a la optimización del riego en la agricultura».
La Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un nuevo programa académico donde los drones cobran protagonismo por sus múltiples aplicaciones académico-tecnológicas. Cada vez son más las comunidades autónomas, empresas e instituciones educativas las que apuestan por la implementación de los drones al mundo académico.