El roaming comienza a despedirse

A partir de este sábado, cuando un usuario quiera usar el móvil en otro país de la UE, los operadores móviles sólo podrán cobrar un coste adicional sobre la tarifa nacional contratada de 5 céntimos el minuto en las llamadas o el MB del tráfico de datos. Y en el caso de los mensajes de texto, el límite se establece en 2 céntimos (todos son precios sin IVA).

Estos nuevos precios del roaming implica una caída del 75% en las tarifas de estos servicios, aunque desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han alertado de que este cálculo se refiere a las tarifas que aplican por defecto las compañías, que también pueden presentar ofertas «que hasta el momento han supuesto pagar de más a los consumidores».

Evitar abusos de usuarios

Este descuento en las tarifas es el primer pasó que acordó la UE para que las compañías se adapten a la desaparición total de este recargo, que está programado para junio de 2017, y que esta medida tampoco provoque un aumento injustificado de los precios nacionales.

De todas maneras, para cuando el roaming pase a la historia, el proceso tendrá algunos límites, para que no haya abusos por parte de algunos consumidores. Por ejemplo, se quiere evitar que un usuario compre la tarjeta SIM en un país con tarifas más económicas y la use en su país de residencia, lo que crearía una situación de roaming permanente.

Recargos excepcionales

Además, la UE deja la puerta abierta a las operadoras que en «circunstancias excepcionales» apliquen un sobrecargo a los usuarios de itinerancia, siempre que puedan probar que este servicio le supone un «coste insostenible» a la empresa.

El roaming desaparecerá en la UE pero no en países que no son miembros, como Andorra o Suiza, donde habrá que tener mucho cuidado para no usar el móvil en forma despreocupada, y que luego llegue una factura astronómica.

Este sábado también entran en vigor las primeras normas a escala europea sobre neutralidad de la red, para garantizar el acceso abierto a los contenidos disponibles vía Internet, sin discriminación. Los proveedores de acceso a Internet no podrán reducir la velocidad de Internet con fines comerciales.